Mientras el resto de los europeos se pregunta si los helenos impondrán al fin las drásticas medidas de ahorro que les exigen, éstos se han resistido con sus últimas fuerzas a la intervención de la Unión Europea (UE) y a la imposición de durísimas reformas socioeconómicas. Pero el tiempo apremia. Grecia necesita urgente dinero fresco para evitar su suspensión de pagos.

El próximo 20 de marzo vence deuda pública por valor de 14.500 millones de euros. Antes de esa fecha debería llegar el nuevo tramo de ayudas de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de unos 130.000 millones de euros. Pero la oposición interna aumenta. Unos 15.000 manifestantes protestaron este martes (7.02.2012) en las calles de Atenas, se paralizó el ferrocarril, los hospitales atendieron sólo emergencias. Otra protesta se anuncia para el jueves: “Los griegos somos pacientes, pero estamos a punto de explotar”, advertía un ciudadano a la corresponsal de DW en Atenas.

Ahorro por doquier

Ante este panorama, las negociaciones del Gobierno heleno se dilataron. Los socios de coalición se reunieron este miércoles con cuatro horas de retraso, luego de haber pospuesto el encuentro durante varios días.

A discusión se hallan 50 páginas en las que se proponen 150.000 despidos; la reducción del salario mínimo en un 22 por ciento (a 590 euros) y hasta más para los menores de 25 años; salarios congelados en el sector privado hasta que el desempleo baje del 19 por ciento actual a un diez por ciento; recortes a las jubilaciones, la salud, la defensa y las comunidades. Las medidas que exige la troika de la UE, el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI para ahorrar otros 4.400 millones este año.

Para recibir el nuevo tramo de ayuda, los principales partidos políticos de Atenas deben prometer por escrito estas nuevas medidas, pues en unos meses habrá elecciones en Grecia y el actual Gobierno de transición será disuelto.

Así que, para la UE, el BCE y el FMI, las promesas en blanco y negro deben evitar que los vencedores de los comicios se distancien del paquete y las medidas a las que viene atado. Para los políticos griegos, esas promesas son una mala carta para ganar votos.

Entretanto, el primer ministro de Luxemburgo, Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, convocó a un encuentro de los ministros de Finanzas de la eurozona para este jueves 9 de febrero, en Bruselas. Se espera que en el encuentro se analice el paquete de ayuda para Grecia, así como un canje de bonos con los acreedores privados del país, informó la agencia reuters.

Avance en negociación con la banca

En torno al tema de la quita de deuda de unos 100.000 millones de euros hubo un avance en la noche de este miércoles (8.02.2012). En representación de los acreedores privados, Josef Ackermann, director ejecutivo del alemán Deutsche Bank, llegó a un acuerdo con Papademos, según confirmó un vocero de la International Banking Federation. Los detalles para calcular cuánto dinero resultará finalmente de la aspirada quita de deuda de bancos e inversores privados deben ser informados este jueves en la reunión convocada por Juncker.

En principio se prevé que el Gobierno griego incentive con 30.000 millones de euros a los acreedores para que éstos realicen un intercambio de deuda. Según el plan, el sector privado debe renunciar hasta al 75 por ciento de sus inversiones –que ascienden a 130.000 millones de euros- y cambiar deuda antigua por nuevos bonos de vencimiento a más largo plazo y menores intereses. Esto es lo que reduciría la deuda griega en 100.000 millones de euros y permitiría al país volver a ser capaz de pagar su deuda hasta 2012.

Como sea, Atenas tiene hasta el 13 de febrero para presentar una oferta oficial para la reestructuración de su deuda; pues la implementación técnica podría durar semanas e incluso fallar en un alto porcentaje del sector privado. Por ver está qué bancos, aseguradoras o fondos hedge se sumarán a la planeada quita y si se llegará con ellos a la cifra prevista. De lo contrario, la zona euro tendría que aumentar sus ayudas por encima de los 130.000 millones de euros. Y el BCE podría participar a través del fondo de rescate de estabilidad financiera FEEF.

Los escenarios…

¿Pueden ahorrar los helenos el monto que se les exige? Desde el punto de vista de los acreedores, la cuota de funcionarios entre el conjunto de los empleados del país es mucho mayor que en otros países del euro. Además, sus salarios son relativamente altos. Y a ello se suma que la administración fiscal no funciona e ingentes sumas se escapan al extranjero. Los acreedores cifran sus esperanzas también en un presupuesto de defensa inflado y el ejemplo de otros países en crisis saneados con éxito como Italia, Portugal o Irlanda.

El escenario de una bancarrota y salida de la zona euro de Grecia sólo es posible si Atenas decide salirse por sí misma. La expulsión de la zona euro no es legalmente posible, aunque los europeos la esgriman últimamente como arma para presionar a los griegos y lograr una estricta vigilancia de su presupuesto.

Lo cierto es que hace bastante que Atenas es incapaz de afrontar los pagos y depende de los acreedores internacionales. Sólo que sus socios del euro han seguido intentando salvarla. En el escenario de una salida de la eurozona, Atenas recuperaría el dracma, su antigua moneda, masivamente devaluada. Ello podría impulsar sus exportaciones y hacer más competitivos sus productos. Pero las pérdidas que sufrirían los ahorradores podrían generar consecuencias tan imprevisibles como el asalto de los bancos, advierten expertos.

Autor: Rosa Muñoz Lima / Brigitta Moll / dpa, reuters, afp

Editora: Emilia Rojas Sasse