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Inspiración en la crisis

21 de marzo de 2012

La escena cultural griega también sufre las consecuencias de la crisis, pero algunos la toman como fuente de inspiración y experimentan con métodos no convencionales.

Panos Kokkinias: "Leave Your Myth in Greece"
Panos Kokkinias: "Leave Your Myth in Greece"Imagen: Panos Kokkinias

Vender grandes obras de arte a precios pequeños: esa es la receta del galerista griego Giorgos Georgakopulos, que estudió Gestión Cultural en la ciudad alemana de Braunschweig y es considerado el fundador del nuevo movimiento “Cheap Art”. Con su concepto intenta ayudar a que las obras de artistas de Grecia, país golpeado por la crisis, puedan llegar al gran público. Hace 17 años que Georgakopulos está en el negocio del arte, y desde que comenzó la crisis financiera el número de los visitantes que llegan a su muestra anual “Cheap Art” se ha duplicado.

Temor a la imitación

Sólo en 2011, el galerista logró vender en Grecia más de 2.000 obras de arte al precio único de 80 euros. Este año planea ampliar su actividad a Chipre y a Holanda. Luego de su regreso a Grecia, Georgakopulos tuvo al comienzo enormes dificultades debido a las particularidades de la gente de su país. “La mayoría de los artistas griegos tenían miedo de que alguien se aprovechara de sus conocimientos o de su pasión por el arte”, dice. Algunos piensan, por ejemplo, que una obra de arte no vale nada si se la ofrece a precios de subasta. Además, añade, muchos artistas desconfían de los galeristas. “Temen que puedan ver sus obras en el atelier, como si estuvieran a la caza de nuevas ideas para copiar”, explica.

Pero a Georgakopulos nunca le faltan ideas. Hasta la misma crisis griega es fuente de inspiración para él. Su proyecto actual, en el que participan 16 pintores y autores de instalaciones lleva un título en alemán: Schadenfreude, un sustantivo que no tiene equivalente en griego ni en castellano, y un título que alude, de algún modo, a la debacle por la que pasa el país heleno.

Procesando la crisis con humor

“La palabra Schadenfreude es conocida internacionalmente y, además, es difícil de traducir”, explica el galerista. “Tiene dos acepciones: por un lado, alude a la reacción espontánea y muy humana de reírse del traspié de otra persona, como si se viera tropezar a alguien en una película muda y a uno no le quedara otro remedio que reírse”, dice. La otra acepción está teñida de una cierta envidia y del deseo de boicotear el éxito del otro. “Es exactamente ese estado de ánimo el que visualizan los artistas griegos con sentido del humor al ocuparse intensivamente del tema como observadores de la crisis”, agrega.

Pero, ¿está permitido reírse de la crisis? Ese es el dilema en el que también se encuentra el fotógrafo ateniense Panos Kokkinias, que estudió en EE. UU. y trabaja como artista independiente en varios países. Kokkinias es considerado un maestro de la fotografía escenificada, y en su última exposición en la capital griega elabora las preocupaciones y el estado de ánimo de los griegos en tiempos de crisis.


Panos Kokkinias: "Landscapes"Imagen: Panos Kokkinias

El absurdo de lo cotidiano

Con cada toma, Kokkinias expresa un soplo de ironía. Por ejemplo, en una foto en la que se ve a personas que, jubilosas, corren detrás de un automóvil haciendo flamear banderas griegas. Pero el asunto es que corren en tierra de nadie. ¿Están celebrando un evento patriótico o huyendo? La fotografía no responde a esa pregunta, pero al autor ese tipo de escenas absurdas le parecen típicas de la incertidumbre que significa vivir en la Grecia actual.

“Siento que mis fotos no son necesariamente de protesta, sino un registro de inventario irónico, discreto y sin comentarios”, explica Kokkinias. “No puedo cerrar los ojos ante lo que pasa en Grecia. Pero mi tendencia a ser irónico conmigo mismo me ayuda a crear un autorretrato colectivo y a animar a mis compatriotas a la autocrítica”, dice el fotógrafo. Él cree que la clase política es la principal responsable de la crisis, “pero nosotros también somos responsables de algún modo, ya que hemos tolerado la corrupción y el clientelismo durante demasiado tiempo, y no hemos protestado lo suficiente”, lamenta Kokkinias.

Como muchos otros griegos de su generación, también este artista de 45 años está pensando en irse del país. “Me fui a EE. UU. a los 25 años y trabajé allí como fotógrafo independiente. El negocio iba bien, pero llegó el momento en que sólo deseaba volver a Grecia, ver este paisaje, esta luz. No podía contra eso”, relata. Y añade que, a pesar de eso, le gustaría mudarse con su familia a Alemania para poder ofrecer a sus hijos un futuro mejor.

Autor: Jannis Papadimitriou/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López

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