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Grecia: ¿la hora de los empresarios?

Florian Schmitz
10 de septiembre de 2018

Con recortes de impuestos, el primer ministro Alexis Tsipras quiere ganar puntos después de las medidas de austeridad. Los empresarios esperan mejor competitividad y que trabajadores calificados se queden en el país.

Thessaloniki International Trade Fair
Imagen: picture-alliance/AP Photo/G. Papanikos

Banderas rojas, blancas y azules ondean sobre una céntrica calle de la ciudad greca de Salónica. Es el primer día de la 83 Feria Internacional de Comercio en la segunda ciudad más grande de Grecia. Este año la feria está enfocada en Estados Unidos. Después de casi una década de crisis económica, es la primera feria comercial tras la finalización del programa de rescate internacional. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, elogió una "nueva era" en presencia del secretario de Comercio de EE.UU., Wilbur Ross, que realizó una visita relámpago. Allí habló de muchas oportunidades de cooperación y elogió a Grecia por su papel ejemplar como miembro de la OTAN.

Sin embargo, la visita de alto nivel de EE.UU., los diversos elogios de Bruselas, París y Berlín son vistos con escepticismo desde los puestos de la feria. "No creo que algo cambie, ya lo hemos escuchado en los últimos años y hoy es aún peor", se queja la empleada de una empresa de alimentos en el campo ferial. Los salarios son malos, la vida es cara. Ella no tiene esperanza de mejora.

Realpolitik de campaña

El discurso de Tsipras del sábado fue esperado con sentimientos encontrados. El primer ministro griego presenta tradicionalmente en la noche de apertura de la exposición el programa económico para el próximo año. Para el actual jefe de Gobierno, que debe presentarse a las elecciones de 2019, se trata de un acto de cuerda floja: "Hoy, tres años después del difícil acuerdo con los países donantes, puedo decir por primera vez con certeza hemos tomado la decisión correcta”. Esto también en referencia al referéndum con el que los griegos votaron sobre el tercer programa de crédito en 2015. Más del 60 por ciento votó en contra. Tsipras se pondría luego de acuerdo con la troika, en contra de la voluntad de los votantes.

Asistentes a la feria en Salónica.Imagen: DW/F. Schmitz

Desde entonces, ha tenido la reputación de ser un admirador de la Realpolitik fiable con sus socios europeos. Con los griegos, sin embargo, ha perdido gran parte de su popularidad. Tsipras se alegra de que el "país esté de nuevo en pie", mientras que en el centro de la ciudad los escuadrones de la policía mantienen a raya a los manifestantes con gas lacrimógeno. Los nacionalistas protestaron violentamente contra el acuerdo en la disputa por el nombre con su vecino del norte, Macedonia. Los sindicatos se manifestaron contra el desempleo y las políticas de austeridad.

¿Una buena oportunidad?

Por el contrario, Tsipras promete invertir en la emergente economía digital y en sectores tradicionales, como el turismo y la agricultura. Promete salarios más altos. Después de los duros años, señaló, el auge será percibido por todos. Tampoco habrá más recortes a las pensiones y se reducirá a la mitad el odiado impuesto inmobiliario.

Queda por ver si Tsipras podrá conseguir puntos con estas promesas en votantes como Nikos Giuris, quien es dueño de una agencia de diseño y comunicación en Salónica. Una empresa a la que le va bien, pero que por los altos impuestos casi no deja nada de ganancias. Aquí la oferta de Tsipras es reducir el impuesto a las empresas del 29 por ciento actual a un 25 por ciento. Reducción del IVA del 24 al 22 por ciento. Y las costosas cotizaciones de pensiones y seguros para los trabajadores autónomos serán rebajadas. "Veremos qué pasa en los próximos meses", dice Giuiris escéptico. Las promesas son conocidas en Grecia, pero hacerlas realidad más bien no.

Manifestaciones contra el desempleo, violencia contra el reconocimiento de Macedonia.Imagen: Reuters/A. Avramidis

También para Pavlos Terkenlis fueron duros los años de crisis. El empresario es dueño de una de las panaderías más famosas del país, una empresa familiar con más de 450 empleados. "Nuestro principal problema era el bajo poder adquisitivo. El sistema bancario también había colapsado. Nunca se sabía lo que iba a pasar al día siguiente", recuerda Terkenlis.

El nuevo interés en los Balcanes

Además de los regalos en impuestos, hay otro punto más en la agenda de Tsipras. Durante años ha estado trabajando en una mejor relación con los vecinos del norte para impulsar la economía en la región: "Salónica podría convertirse en el centro económico de los Balcanes debido a su ubicación estratégica", señaló el gobernante griego. El puerto del Pireo es propiedad de los chinos. Si los Balcanes estuvieran finalmente conectados con Occidente, la brecha terrestre entre China y Europa Central se cerraría, para disgusto de Rusia. ¿Pero esto crea automáticamente crecimiento?

El empresario Pavlos Terkenlis.Imagen: DW

El comercio por sí solo no trae prosperidad, según Athanasios Savvakis, presidente de la Federación Industrial del norte de Grecia: "Los Balcanes son un mercado natural para el norte griego. Nuestras empresas ya están conectadas con todos los países, incluida Macedonia". Para finalmente beneficiarse de esto, Savvakis insiste también en recortes de impuestos y salarios más altos. "Tenemos mucho potencial, pero los trabajadores calificados emigran y no regresan porque simplemente ganan más en el extranjero”, concluye.

Autor: Florian Schmitz (CT/CP)

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