Grecia: migrantes abandonan campamentos de Pireo e Idomeni
13 de abril de 2016
Tras los disturbios registrados en los ultimos días en la frontera macedonia, cada vez son más los refugiados interesados en abandonar Idomeni. El puerto ateniense, por contra, está siendo evacuado “sin violencia”.
Publicidad
Cientos de migrantes y refugiados han abandonado en las últimas 24 horas los campamentos no autorizados del puerto ateniense de El Pireo y de la ciudad de Idomeni, en la frontera con Macedonia, informó hoy (13.04.2016) la televisión estatal griega. Tan sólo el martes salieron del campamento en El Pireo más de 1.000 personas. Aproximadamente 3.800 refugiados y migrantes permanecen en el lugar, según la emisora estatal ERT.
“El Pireo está siendo evacuado poco a poco, sin violencia”, dijo a la emisora estatal el portavoz de la comisión griega para la gestión de la crisis de refugiados, Giorgos Kyritsis.
Unos 500 migrantes también habían abandonado en la noche del martes el campamento en Idomeni. “Por primera vez, la gente está saliendo masivamente en Idomeni”, informó Kyritsis. La evacuación continuará durante algunos días, agregó. Según la agencia AFP, 700 migrantes habrían aceptado irse de Idomeni tras los disturbios registrados el pasado fin de semana, cuando cientos de migrantes radicalizados intentaron asaltar la valla en la frontera entre Grecia y Macedonia para seguir camino hacia el centro y norte de Europa. La policía macedonia dispersó a la multitud con gases lacrimógenos y balas de goma. 250 migrantes sufrieron heridas.
Esta misma mañana, decenas de personas volvieron a intentar saltar la valla. Como ya ocurrió el fin de semana, la policía macedonia lanzó encima de la valla botes de gas lacrimógeno, según se puede ver en imágenes difundidas por la televisión griega. Después de la acción policial, la gente se replegó y la situación se calmó.
“El lunes, siete autobuses sacaron a 300 personas de Idomeni”, donde más de 11.000 personas llevan semanas acampando con la esperanza de poder cruzar la frontera, dijo a AFP una fuente policial. El martes, otros ocho autobuses trasladaron a más de 400 migrantes a distintos centro de registro ubicados en los alrededores.
Según una ONG en la zona, cerca de 100 más –muchos de ellos iraquíes- fueron llevados al cercano campo de Veria.
La portavoz de ACNUR Liene Veide dijo ayer que “cada vez son más los refugiados interesados en abandonar Idomeni. No están agusto aquí, no se sienten seguros, no después de lo ocurrido en los últimos días”.
JC (dpa, AFP)
El campo de refugiados de Moria
Los refugiados que llegan a Lesbos son enviados a Moria, para ser registados. Debido a las largas colas, las malas condicios higiénicas y la falta de recusos, algunos lo consideran el peor campo de refugiados del mundo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Refugiados y refugiados
Al llegar a Lesbos, los refugiados son separados. Los sirios son enviados al campo de Kara Tepe, donde la mayoría dispone de un alojamiento sólido. Los de otras nacionalidades son llevados al campo de Moria, el primer centro para el registro de personas que dejaron sus países huyendo de la miseria. Allí, los refugiados duermen en carpas o a la intemperie, a la espera de poder viajar a Atenas.
Imagen: DW/D. Cupolo
Demasiada gente
El hacinamiento causa a menudo fricciones, como en esta cola para la comida. De acuerdo con un informe de la ONU, el campamento fue concebido para 410 personas. Sin embargo, hay allí entre 2000 y 4000 refugiados, dice Fred Morlet, que coordina el trabajo de los voluntarios en Lesbos. "Desde el principio faltaron recursos y ahora éste se ha convertido en el peor campo de refugiados del mundo".
Imagen: DW/D. Cupolo
Escasez de alimentos
Ramona Brongers, fundadora de la fundación Live for Lives, comenzó a trabajar con su ONG en Moria después de haber visto un llamado de auxilio en internet. "Preparamos 1.500 raciones al día, pero nunca basta para dar comida a todos", cuenta. Y agrega: "Ayudamos como podemos, pero los problemas son enormes y las organizaciones más grandes no asumen la responsabilidad".
Imagen: DW/D. Cupolo
"Dormir entre la basura"
Brongers relata que sus 36 voluntarios se vieron superados por las labores de aseo y recolección de desperdicios. "Mire a su alrededor, la gente duerme en la basura", dice Brongers. Acota que "es imposible mantener este lugar limpio; siempre estamos al borde de una epidemia". Hace poco se reportó un brote de sarna en el campo de Kara Tepe.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falta de motivación
Morlet reprocha la actitud de los encargados del campamento. "Los funcionarios todas luces no está motivados y a veces no vienen a trabajar, lo que implica que los refugiados no son registrados, mientras sigue llegando más y más gente. Dos horas de dilación significan un desastre humanitario".
Imagen: DW/D. Cupolo
Caminante descalzo
"Caminé de Pakistán a Turquía sin zapatos", dice Fiaz Uddah (al centro), quien espera que llamen su número. "Dormimos así, en estas cajas de cartón. No tenemos mantas", dice por su parte su amigo Israr Ahmed. Y añade: "Hacemos esto porque no queremos que nuestros hijos vivan como nosotros".
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Quién decide?
Arshid Rahimi, un afgano veinteañero de Ghazni, dice que su madre lo forzó a partir después de que su padre y su hermana fueran asesinados durante un ataque talibán contra una escuela cercana a su casa. "Mi vida se veía amenazada por los talibán, pero aquí la gente dice que he venido por razones económicas", señala, y pregunta: "¿Quién decide si soy un refugiado o no?"
Imagen: DW/D. Cupolo
"Se parece a Guantánamo"
Algunas familias pueden quedarse en las carpas de Moira, que son escasas, pero Morlet compara el campamento con una prisión. "Con cercos y alambrada de púas, se parece a Guantánamo", comenta. No obstante, predice que el número de refugiados no se reducirá. "Hay quienes dicen que el invierno los frenará, pero el mar es más calmado en invierno", apunta.
Imagen: DW/D. Cupolo
En manos de Dios
"Cuando estaba a bordo del bote en que vine hacia acá, en medio del océano, comprendí que estamos solos, en las manos de Dios", dice Pejman Usefi, un afgano que vivía en Irán. "Si Dios decide salvarte, entonces te salvarás. Así es como veo mi situación en este campamento".