UE: Grecia pide plan de expulsión de migrantes no admitidos
12 de septiembre de 2016
Grecia, en dificultades por las cantidades de inmigrantes y refugiados que no pueden salir por el cierre de fronteras, pide a la Unión Europea un mecanismo de expulsión a los países de origen para los no admitidos.
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El ministro griego de Inmigración, Yannis Muzalas, consideró una "paradoja" que España pueda expulsar a los sin papeles a Marruecos o Alemania a Afganistán, pero la Unión Europea (UE) no, y por eso reclamó "un mecanismo europeo de retorno", en una entrevista publicada hoy por "Libération" con motivo de una visita a París.
Muzalas alertó de que con el cierre de las fronteras en el interior de Europa, "más de 59.000 inmigrantes y refugiados" se han ido acumulando en Grecia "en tres semanas", lo que teniendo en cuenta la población del país equivaldría a la llegada de 520.000 a Francia.
Por eso, reclamó que este año se reubiquen en otros países europeos una cifra superior a los 30.000 acordados inicialmente, y recordó que por ahora sólo se ha hecho con 3.500 y que otros 7.000 que están listos no han salido por falta de plazas en los otros Estados. "La UE -insistió el ministro griego- debe elaborar soluciones comunes" y el reparto de refugiados que se prometieron "deben respetarse".
France cuestiona responsabilidad “única” de Grecia
En ese contexto, rechazó la intención de Alemania de devolver a Grecia los sin papeles que hubieran entrado en Europa por allí mientras se renegocian los acuerdos europeos sobre la gestión de los refugiados y propuso "la creación de un mecanismo europeo" para "acelerar los procedimientos de expulsión, en particular a países de Asia central" como Afganistán y Pakistán.
Muzalas, que es recibido hoy por el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve, cuestionó el principio europeo de que Grecia, como país de entrada sea "el país eternamente responsable de los demandantes de asilo llegados a su territorio", y también que el reparto sólo se haga cuando se supera un umbral (el 150 % de las capacidades de acogida del Estado concernido).
A su juicio, las diversas versiones de reforma hechas de los acuerdos de Dublín "han fracasado desde que la realidad migratoria ha cambiado". Y subrayó que lo que quieren es "encontrar soluciones a la crisis de refugiados, pero no imponiendo derechos diferentes en el interior de la UE".
JOV (efe, dpa)
Inusual campo de refugiados en Grecia
En la península griega del Peloponeso existe un inusual albergue para refugiados. Myrto Papadopoulos fue hasta allí para conocerlo de primera mano.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Conexión con el exterior
Un adolescente navega al atardecer por Internet. Los celulares inteligentes suponen en la mayoría de los casos la única conexión de los refugiados con el mundo exterior.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Equipamiento básico
Estos bungalows alojan a ocho personas en dos dormitorios. En cada casa hay un cuarto de aseo y una cocina pequeña equipada con una cocinilla de camping y un fregadero, pero no hay agua caliente ni frigorífico.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Descansando
Ranee Mousa, de 27 años, posa con su bebé de 8 meses, nacido en Siria poco antes de que Renee y su esposo huyeran hacia Grecia.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Momento de paz y tranquilidad
Mujeres del campo llevan de paseo a un grupo de niños por las afueras del pueblo de refugiados. Antes de que comience la temporada turística en junio, los alrededores de Myrsini son relativamente tranquilos y poco frecuentados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Reflexionar sobre el futuro
Un grupo de hombres charla durante la puesta de sol en la playa a las afueras del campo de refugiados. En el campo viven menos de 60 hombres acompañados por sus mujeres e hijos.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un hogar lejos de casa
Mujeres y niños sentados bajo la luz del atardecer frente a los bungalows turísticos. En total, hay 340 habitantes en el pueblo, 209 de ellos tienen menos de 18 años y 69 son mujeres.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Vida de familia
Una mujer siria posa frente a su alojamiento con su bebé de 6 meses en brazos. Algunas mujeres del campo que ya tienen niños pequeños están de nuevo embarazadas.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Una bendición para la economía local
Tarek Alfelou acude junto a sus hijos Wedad, de 11 años, y Ziad, de 7, al pequeño supermercado de Myrsini, situado a una media hora a pie del campo. La ciudad ha experimentado un pequeño auge económico gracias a las compras de los refugiados.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Un rostro conocido
El alcalde de la ciudad de Andravida, Nabil-losif Morant, procede de Siria. Asegura no ser el único alcalde de origen no griego en Grecia y que la idea del campo fue suya. El consejo municipal la aprobó de forma prácticamente unánime.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Cultivo de fresa
Un trabajador de Bangladés en su granja de fresas, situada cerca del campo de refugiados. Muchos trabajadores de las granjas de la región son migrantes del sur de Asia sin papeles válidos. Durante la temporada de recogida de la fresa, reciben entre 22 y 25 euros por ocho horas de trabajo.
Imagen: DW/M. Papadopoulos
Ayuda local
Giorgos Aggelopoulos es un habitante de Myrsini que colabora como voluntario en el campo de refugiados y ha trabado amistad con algunas de las familias. Asegura que la oposición de la gente contra el pueblo de refugiados ha amainado considerablemente después de que los habitantes vieron que se trataba, sobre todo, de familias con niños.