Reformas estructurales
16 de enero de 2012 El programa de austeridad del Gobierno de Grecia se someterá nuevamente a discusión. La troika formada por expertos de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) analizarán las medidas de ahorro del Gobierno de Lukas Papademos y decidirán si desembolsarán 5.000 millones de euros más para ayudar a ese país. Según se dio a conocer, los expertos no sólo exigirán nuevas medidas impositivas, sino también reformas en el sector laboral, necesarias desde hace mucho tiempo y que, como es de esperar, se enfrentarán al rechazo de los sindicatos.
“Reforma del convenio de trabajo y más flexibilidad”
En 2011 se logró un objetivo mínimo, ya que el déficit fiscal griego comprende el 9,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, que llegó a menos del 10 por ciento, una marca importante a nivel psicológico, explica el ministro griego de Economía, Michalis Chryssochoidis, durante un reciente congreso de inversores en Atenas. Algo que, en vista de las numerosas malas noticias de los últimos meses, se puede considerar un éxito. Pero aún está lejos del 5,5 por ciento al que se quería llegar en 2012.
Es por eso que será necesario tomar medidas de ahorro adicionales por una suma de 1.500 millones de euros, lo que seguramente será un tema de discusión de la troika con el Gobierno griego. Por otra parte, los analistas de la UE, del BCE y del FMI también han comprendido que ya no es posible seguir tocándoles el bolsillo a los jubilados ni a quienes perciben bajos ingresos. En lugar de eso, los expertos instan a llevar a cabo reformas en el mercado laboral para reducir costos salariales y para impulsar la competitividad económica. A disposición están –por primera vez- el salario mínimo, el aguinaldo y el suplemento por vacaciones, señala el profesor de derecho laboral Jannis Lixouriotis, de la Universidad de Atenas. Pero, en vista de la actual situación económica, ni siquiera esas medidas serían suficientes, opina Lixouriotis.
“No basta sólo con congelar salarios y reducir el aguinaldo. Se hace necesario, en primer lugar, que las partes se sienten a la mesa de negociaciones para discutir sobre profundas reformas estructurales en el mercado laboral”, opina Lixouriotis. Según él, no es posible que un único convenio colectivo de trabajo prescriba el monto de todos los salarios del país sin tomar en consideración el desarrollo de la productividad en los diferentes sectores y empresas. Además, se necesita, de acuerdo con el jurista, más flexibilidad. Muchas personas estarían a punto de perder su empleo sólo porque su empleador no tiene derecho a asignarle otras tareas u otro lugar de trabajo. Y eso, según Lixouriotis, no puede seguir así.
“Problema griego, no europeo”
Pocas horas después del arribo de la misión de expertos en Atenas, se reunirán también los representantes patronales y sindicales griegos. Los sindicatos dieron a conocer que están en contra de los recortes salariales y dijeron que sólo negociarán acerca de una disminución en los costos salariales adicionales.
Por su parte, el Gobierno de Papademos, ex vicepresidente del Banco Central Europeo, manifestó que, de ser necesario, ordenaría por decreto una jornada tarifaria nula, en caso de que las partes no se pusieran de acuerdo acerca de desistir voluntariamente de un aumento. Y el vocero del Gobierno, Pantelis Kapsis, amenazó con más recortes al decir que el salario mínimo obligatorio es en Grecia mucho más alto que en España. Para el profesor Luxouriotis, se trata sólo de un simulacro de pelea. “El Gobierno utiliza a la troika como coartada para tapar su propia inercia”, dice. Y agrega que el problema de Grecia es, ante todo, un problema griego, y no europeo, como se lo presenta a menudo. Pero hay muchos políticos que se niegan a aceptar eso, por lo cual colocan a la misión de expertos como a las ovejas negras que quieren imponer medidas de ahorro sin tener en cuenta los desafíos a los que ya está sometida la economía griega. Con sus propuestas se puede, según Luxouriotis, ahorrar un poco más de dinero y tapar agujeros, pero las reformas estructurales se quedan cortas, subraya el profesor ateniense.
“Nuevo concepto para la eurozona”
Mientras algunos afirman que el Gobierno griego no tiene la voluntad de poner en práctica la receta de la troika -o no está en condiciones de hacerlo- otros opinan que los paquetes de austeridad ordenados desde afuera están destinados a fracasar. El motivo es que dichas medidas terminarían por estrangular la economía griega por completo. Entre los escépticos está Jannis Varoufakis, profesor de Economía en la Universidad de Atenas, que aboga por un cambio de estrategia a largo plazo y apela a la responsabilidad de los socios europeos.
“Ni Dios podría hacer que un programa de ahorro como éste funcione”, dice Varoufakis. En su opinión, no sólo Grecia, sino todos los países de la eurozona están en peligro de colapsar porque no reaccionan haciendo un frente común ante la crisis. Los mutuos reproches no ayudan a progresar, subraya el economista griego. Más bien se debería trabajar en un nuevo concepto estructural para la eurozona y en una política que propicie el crecimiento económico, por ejemplo, a través de un programa europeo de inversiones.
Varoufakis está convencido de que con reformas –por más necesarias que sean- no se puede solucionar una crisis grave de endeudamiento. Si ninguna idea resulta funcionar, el economista cree que una buena solución para la eurozona sería que Grecia se declarara insolvente. Pero advierte acerca de una posible caída del euro como moneda comunitaria.
“Retirarse de la zona euro significaría para Grecia cometer suicidio económico Además, en ese caso, el euro no sobreviviría ni 24 horas”, alerta Varoufakis. La moneda comunitaria europea está estructurada de tal forma que, en un lapso brevísimo, se produciría un efecto dominó cuyas consecuencias serían una profunda recesión en Europa del Norte, sobre todo en Alemania y en Holanda, así como una era de estancamiento inflacionario –“estanflación”- en los países deudores de Europa del Sur, señala el economista.
Autor: Jannis Papadimitriou/ Cristina Papaleo
Editor: Enrique López