Greenpeace Alemania y activista exigen a G7 abandonar carbón
26 de junio de 2022
"Nuestros medios de vida no son un accesorio de la democracia, son su condición previa", dijo la ambientalista Luisa Neubauer.
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El director general de Greenpeace Alemania, Martin Kaiser, y la activista climática Luisa Neubauer exigieron al Grupo de los Siete (G7) el abandono del carbón como fuente de energía a más tardar en 2030, se informó el sábado (25.06.2022).
"Si ahora aumentamos (el uso) de las centrales eléctricas de carbón para tapar agujeros a corto plazo, tenemos que salir del carbón antes de 2030. Si encontramos otras vías, bastará con una salida como muy tarde en 2030", dijo Neubauer en una entrevista publicada por el diario "Reinische Post".
"Esperamos que el G7 también se comprometa a eliminar el carbón a más tardar en 2030. Nuestros medios de vida no son un accesorio de la democracia, son su condición previa", añadió, en referencia a la reunión del G7 que comienza mañana en el castillo de Elmau, en los Alpes bávaros.
Por su parte, Kaiser comentó al periódico "Passauer Neue Presse": "Debemos poner fin a la quema de carbón a más tardar en 2030 en todos estos grandes países industrializados, aunque las centrales eléctricas (basadas en dicha energía) deban funcionar ahora durante unos meses más".
Según explicó el máximo responsable de la organización ecologista en Alemania, dicha medida enviaría una importante señal a China e India, que, en su opinión, siguen siendo muy dependientes del carbón.
Además del anfitrión, Alemania, el grupo del G7 incluye a Francia, Italia, Japón, Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña. El canciller alemán Olaf Scholz ya anunció en enero que la presidencia del Grupo serviría para convertir al grupo de Estados en el núcleo de un club internacional del clima.
En un videomensaje difundido también el sábado, Scholz dijo que esa iniciativa ayudaría a afrontar el cambio climático y resolver la crisis actual de la energía, y también se refirió a la necesidad de buscar soluciones en la cumbre sobre la creciente inflación de precios.
"Muchas cosas que compramos se han encarecido. Los alimentos, pero sobre todo los precios de la energía", dijo y añadió que Alemania debe coordinar con otros lo que hay que hacer. "Porque solo podremos afrontar juntos los retos que esta nueva situación nos plantea a todos", afirmó Scholz.
gs (efe, dpa, Reinische Post)
Un castillo de cuento de hadas: Elmau, sede de la cumbre del G7
Desde el 26 hasta el 28 de junio de 2022, la cumbre del G7 tiene lugar otra vez en el castillo de Elmau, en el sur de Alemania. ¿Por qué allí? ¿Qué tiene de especial este hotel de 5 estrellas? Aquí se lo mostramos.
Imagen: Marco Müller/DW
Panorama de ensueño
La ubicación lo es todo: esa es una premisa del mercado inmobiliario. Y una condición con la que cumple el castillo de Elmau, en Baviera, cerca de la frontera con Austria. Está a solo 100 km de la ciudad de Múnich, en una de las regiones más bellas de los Alpes, y está lo suficientemente alejado como para satisfacer los deseos de quienes buscan tranquilidad... Y de los jefes de Estado del G7.
Imagen: Marco Müller/DW
¿No hay sol? ¡No importa!
Aunque el sol no brille, el paisaje es iluminado por su belleza. En todo el predio del castillo hay plataformas de madera con reposeras y sombrillas en las que uno puede contemplar el entorno natural en todo su esplendor. El edificio principal se llama "Hideaway", o sea, escondite, porque allí es posible retirarse del ajetreo cotidiano. Escondites hay suficientes en las instalaciones del castillo.
Imagen: Marco Müller/DW
Privacidad y confort
Hay tantos lugares para la privacidad porque se alquila solo un 35 por ciento de la superficie del castillo, algo poco común. La mayor parte del edificio es de acceso público, pero Elmau nunca está abarrotado. Este bar con salón y ambiente relajado es uno de los lugares públicos. Además, están la biblioteca, la librería, y tiendas de vestimenta y mobiliario.
Imagen: Marco Müller/DW
Elefantes por todas partes
Los que no se esconden en Elmau son los elefantes: los hay en almohadones, posavasos, botellas, y otros objetos. El por qué: el dueño del castillo, Dietmar Müller-Elmau, compró tela de la India con motivos de elefantes, y como él vivió en ese país durante muchos años, sabe que los elefantes son símbolo de un claro discernimiento y una gran memoria, y por eso quería tenerlos por todos lados.
Imagen: Marco Müller/DW
"Play to Stay": conciertos y alojamiento
El castillo-hotel de Elmau también cuenta con una sala de conciertos con numerosas butacas, en la que se realizan más de 200 conciertos al año. Algo muy particular: los músicos no reciben paga en dinero, pero pueden vivir gratis en el castillo. "Play to stay", se llama la iniciativa.
Imagen: Marco Müller/DW
Un banco muy famoso
Seguramente esta foto les resulta conocida a muchos. Fue tomada durante la última cumbre del G7 en Elmau, en 2015, y recorrió el mundo. El entonces presidente de EE. UU., Barack Obama, está sentado tranquilamente en un banco, y la excanciller alemana Angela Merkel parece estar aclarándole algunas cosas.
Imagen: Reuters/M. Kappeler
Ambiente oriental para relajarse
Del banco de madera al relax oriental: en el castillo de Elmau no falta un spa. Con 500 metros cuadrados de salones de masajes, tres habitaciones con techos de cúpula, dos saunas, y un salón de té oriental moderno, este sector de spa del hotel es un punto de encuentro para socializar. Además, el castillo cuenta con piscinas interiores y exteriores.
Imagen: Marco Müller/DW
¿Y dónde comer?
En Elmau no solo se pueden pasar unos días de relax, sino también comer deliciosos platos. En total, hay nueve restaurantes en el hotel. Esta foto muestra al Luce d'Oro, el restaurant más caro, varias veces premiado, por ejemplo, con dos estrellas de Michelin. Un menú de cinco platos cuesta aquí 189 euros; uno de ocho, 249 euros. Y junto a las mesas hay banquetas para colocar carteras u otra cosa.
Imagen: Marco Müller/DW
Hotel construido especialmente para el G7
Pero todas esas comodidades no fueron suficientes para el propietario, Dietmar Müller-Elmau. Quería edificar un hotel perfecto para una cumbre del G7, en el que los jefes de Estado y de Gobierno tuvieran habitaciones parecidas y pudieran reunirse en privado. Y lo logró: en 2015 se terminó de construir el complejo que se ve en la foto. Está a 100 metros del edificio principal y tiene 47 suites.
Imagen: Marco Müller/DW
Mirar el paisaje en lugar de la televisión
Así se ven las suites del complejo para la cumbre del G7. Aparte del dormitorio, tienen una sala de estar, un baño lujoso, un corredor con armarios y otra habitación con dos sofás. Pero lo mejor es la vista hacia las montañas, en tres direcciones, a través de grandes ventanales.