Greenpeace: vertido de Fukushima ignora datos científicos
22 de agosto de 2023
La ONG ecologista Greenpeace criticó el anuncio del Ejecutivo japonés de que comenzará el próximo 24 de agosto el vertido del agua tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima al océano Pacífico.
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"Viola los derechos humanos de las comunidades en Japón y la región del Pacífico y no cumple con el derecho marítimo internacional. Lo que es más importante, ignora las preocupaciones de su pueblo, incluidos los pescadores", publicó Greenpeace en un comunicado.
La protesta de la ONG se produce después de que el Gobierno y la empresa propietaria de la central, Tokyo Electric Power (TEPCO), dijeran que han comprobado "la seguridad" del vertido y por ello decidieran comenzar esta semana con el mismo, según dijo el primer ministro nipón, Fumio Kishida, tras una reunión con los ministerios involucrados en la gestión del desastre atómico.
"Estamos profundamente decepcionados e indignados por el anuncio del Gobierno japonés de liberar al océano agua que contiene sustancias radiactivas y a pesar de las preocupaciones expresadas por los pescadores, los ciudadanos, los residentes de Fukushima y la comunidad internacional , dijo Hisayo Takada, director de proyectos de Greenpeace Japón, en el texto de la organización.
Un "fallo" y un "mito"
La ONG considera también que el actual sistema para limpiar el agua que será vertida, conocido como ALPS, es un "fallo" y que se trata de un "mito" que este agua deba ser vertida al océano con el fin de desmantelar la central, además de reclamar un "debate honesto" sobre el mismo.
El líquido que se va a verter se compone del agua contaminada durante el proceso de enfriamiento de los reactores dañados y el combustible fundido a raíz del accidente nuclear desencadenado por el terremoto y tsunami de marzo de 2011, así como de filtraciones de agua de lluvia en las instalaciones durante estos más de diez años.
Esta agua se ha estado almacenando en tanques tras someterse a un exhaustivo procesamiento para eliminar la mayoría de los elementos radiactivos, pero los recipientes y el espacio de almacenamiento físico en las instalaciones está llegando a su límite.
Pescadores japoneses y países vecinos, preocupados
La comunidad pesquera del país, y en especial los pescadores locales de Fukushima, han venido mostrando su rechazo a la iniciativa, por el nuevo golpe que el vertido supondrá para la reputación de las capturas de la zona, ya lastradas por las consecuencias de la crisis nuclear.
"El océano es propiedad común de toda la humanidad, no un lugar para que Japón arroje arbitrariamente agua contaminada con armas nucleares", reaccionó el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Wang Wenbin, añadiendo que Pekín tomará "las medidas necesarias para salvaguardar el ambiente marino, la seguridad alimentaria y la salud pública".
"La seguridad alimentaria y la salud pública en Hong Kong son las principales prioridades del gobierno", había escrito ya en Facebook John Lee, líder del Ejecutivo de Hong Kong, zona de administración especial china.
"He dado instrucciones (...) a los ministerios pertinentes para que activen de inmediato las medidas de control de las importaciones para proteger la seguridad alimentaria y la salud pública en Hong Kong", añadió.
Los pescadores de Fukushima temen por su supervivencia
La compañía de electricidad japonesa Tepco quiere verter al mar más de un millón de toneladas de agua de refrigeración tratada procedente de la central nuclear clausurada. ¿Significa esto el fin de la pesca en la región?
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
El viejo y el mar
Ya asoma el sol en el horizonte cuando el pescador Haruo Ono, de 71 años, descarga sus presas en el pequeño puerto de Shinchimachi. Desde hace medio siglo, Ono, pescador en la tercera generación, se hace a la mar desde Shinchimachi, a solo 55 km al norte de la planta de energía nuclear Fukushima Dai-ichi, el lugar donde ocurrió uno de los peores desastres nucleares del mundo en 2011.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Pescar para sobrevivir
Mientras limpia su pescado, Ono recuerda el día que lo cambió todo: el 11 de marzo de 2011, un terremoto de magnitud 9 provocó un tsunami con enormes olas en la costa este de Japón. El pescador sobrevivió en su bote, pero su casa en tierra fue destruida. Perdió a un hermano menor. El tsunami también golpeó la planta de energía nuclear de Fukushima.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Pesca en aguas contaminadas
La radioactividad liberada durante la catástrofe nuclear de Fukushima paralizó por completo la industria pesquera de la región. Tras 12 años, hay signos de una ligera recuperación en los precios del pescado. Ono considera "intolerables" los planes de la compañía energética Tepco de desviar el agua contaminada al mar: "Entonces tenemos que empezar de cero otra vez", advierte.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Tanques de agua contaminada
La manzana de la discordia: los innumerables tanques de agua sobre el terreno de la planta nuclear siniestrada de Fukushima. Según las autoridades, los tanques deben ser retirados antes de la reconstrucción del lugar. El agua se usó principalmente para enfriar los reactores luego de la catástrofe.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Discusión sobre el agua refrigerante
Un empleado de Tepco sostiene una prueba de agua procesada, que se filtra y se diluye. Tepco y el gobierno afirman que así ya no es peligrosa. Pero contiene rastros de tritio, y, aunque este isótopo radioactivo es relativamente inofensivo, los pescadores temen que, al verterse el agua en el mar, esta pueda terminar otra vez con la base de sus ingresos, y que tengan que empezar otra vez de cero.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
¿Todo bajo control?
La empresa de energía Tepco y el Gobierno de Tokio confían en estándares de pruebas de radiación, que son más estrictos que los de otros países que también descargan agua procesada. El lanzamiento también fue aprobado por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). "Tenemos el equipo para hacer que el agua sea segura", dijo a Reuters el portavoz de Tepco, Tomohiko Mayuzum.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Piscicultura en la central nuclear
Para demostrar cuán inofensiva es el agua tratada, Tepco está criando lenguados en tanques en la planta de energía Fukushima Dai-ichi fuera de servicio. Toshihiro Wada, de la Universidad de Fukushima, puede comprender las preocupaciones de los pescadores: el anuncio de Tepco de que drenaría el agua contaminada fue "desafortunado" para las pesqueras de la región, que recién se están recuperando.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
La pesca, primordial para la supervivencia
Antes de vender el pescado, Haruo Ono vierte su captura en un tanque de agua, en el puerto. Está enojado con Tepco: "El mar no es un bote de basura", dice, y pregunta: "¿Por qué vierten el agua al océano en Fukushima? ¿Por qué no en Tokio u Osaka?". La gente de la región ya ha sufrido bastante, y ahora se les hace la vida aún más difícil, dijo en entrevista con Reuters.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
Trabajar en el mar hasta morir
Ono se encuentra en el lugar donde antes estaba su casa. Después del tsunami, el área se convirtió en un parque. Aunque su nuevo hogar está cerca de allí, el hombre de 71 años quiere "trabajar en el mar" hasta su muerte. Pero es pesimista sobre el futuro de la pesca: "Es demasiado insegura para vivir", lamenta.
Imagen: Kim Kyung-Hoon/REUTERS
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rml (efe, afp, @greenpeacepress, actualizado a las 10:05 con reacción de China y Hong Kong)