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Greta Thunberg, la niña que quiere salvarnos

Zoran Arbutina
24 de septiembre de 2019

Greta Thunberg es un fenómeno: inició el movimiento "Viernes para el futuro" y ha inspirado a millones de jóvenes a comprometerse con la protección del clima. ¿Por qué?, se pregunta Zoran Arbutina.

Greta Thunberg, activista sueca.
Greta Thunberg, activista sueca.Imagen: Reuters/C. Allegri

Cuando uno busca en Google "Greta Thunberg", encuentra unas 185 millones de entradas, y la tendencia va en aumento. Greta Thunberg se ha convertido en un fenómeno mediático global. Ella es observada, no importa lo que haga ni dónde. Sus palabras son citadas en todos los medios, que solo esperan a que abra la boca.

Se le conoce comúnmente como una activista del cambio climático que inició el movimiento global "Viernes para el futuro" e inspira a millones, especialmente a los jóvenes, a participar en la lucha contra el cambio climático.

Se reúne con jefes de Estado, habla ante el pleno en las Naciones Unidas y recibe importantes premios. Ahora es una de las 100 personas más influyentes del mundo. Ya hay biografías sobre ella, e incluso un libro con sus discursos, de al menos 64 páginas. ¡Y Greta Thunberg tiene solo 16 años!

¿Cómo es posible? La mayor parte de lo que dice no es realmente nuevo. Ella misma lo enfatiza, una y otra vez. Ella no afirma haber sacado a la luz nuevas verdades. Más bien, hace un llamamiento a todos para que finalmente tomen nota de lo que se ha sabido durante mucho tiempo y que ha sido probado científicamente, para que actúen en consecuencia. ¿Pero, por qué justamente ella? ¿Y cómo surge todo este auge mediático?

La niña divina habla…

A lo largo de la historia ha sucedido que hay algo en el aire que nadie se atreve a expresar. Entonces aparece alguien que lo pronuncia, lo hace visible y comprensible para todos. En este caso, la portavoz es una chica de 16 años. Ella es joven y se ve aún más joven. Cuando se dirige a nosotros, vemos la cara una niña. Eso nos conmueve profundamente.

En algunas culturas es un niño El Salvador. En Nepal, hay niñas adoradas hasta su pubertad como Kumari, o diosas infantiles. Los niños son considerados inocentes y puros. Ellos expresan verdades que los adultos tratan de ignorar y esconder. Dependiendo del punto de vista, las verdades expresadas por un niño aparecen más genuinas.

Y así es Greta Thunberg, una hija de nuestro tiempo, que dice la verdad. Una que mira a los ojos y nos llama mentirosos. Y nosotros la miramos hechizados, la aplaudimos. Nosotros proyectamos en ella nuestros deseos, anhelos y miedos. La vemos como un ser que nos salvará. ¡Al fin! Y ahora podemos sentarnos y relajarnos.

Una verdad en blanco y negro

El auge mediático también tiene algo que ver con otra de las habilidades de Greta Thunberg: ella es una maestra de la simplificación y las frases agudas. Eso es algo que tiene en común con muchos populistas. Hay pocos campos de la ciencia tan complejos e imprecisos en sus análisis y resultados como la investigación del clima. Sin embargo, todas las actuaciones de Greta Thunberg se reducen a una supuesta claridad y simplicidad, como si fueran leyes de física newtoniana. "Escuchen - al fin - a los científicos", pide Thunberg, como si no hubiera científicos que tienen diversas posturas frente al cambio climático.

Greta Thunberg ve el mundo solo en blanco y negro. A cuestiones complejas ofrece respuestas radicales. Y exige acción, aquí y ahora. Ella no da tiempo para reflexionar o hacer preguntas. No lo pienses, ¡solo hazlo! "¡Nuestra casa está en llamas!" Ese es el mensaje que todos entienden. Greta Thunberg es clara e insistente y, por lo tanto, encaja en el formato de Twitter. Ideal para un mundo de medios que adora los titulares y exige simplificaciones. Por eso es que su mensaje es tan efectivo.

(jov/er)

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