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Griegos indignados con Berlin

28 de octubre de 2011

El acuerdo de reducir la mitad del valor de la deuda griega, es un alivio para el Gobierno de Atenas de cara a la presión de la calle, pero está lejos de resolver automáticamente sus graves problemas.

La crisis golpea a la población griega.Imagen: dapd

“Hay que aguardar y leer lo que viene escrito en pequeño. Aunque parece que la inseguridad es menor, queremos tener claridad sobre las consecuencias que el tratado de Bruselas tendrá para los bancos griegos”, dijo el analista financiero Theodoros Krintas a la revista alemana de análisis económico “Capital”. El experto advirtió que a fin de cuentas, con reducciones de deuda o sin ellas, el endeudamiento griego seguirá suponiendo el 120 % del PIB griego dentro de una década, frente al 160% de hoy.

En el país heleno políticos de todos los partidos se muestran disgustados ante la perspectiva de que Grecia pierda parte de su soberanía a favor de la Unión Europea como resultado del plan de salvamento. El partido comunista, que ha engrosado sus filas a raíz de la crisis, advirtió este viernes sobre lo que llamó “una bancarrota descontrolada de Grecia”. Para los populistas de derecha, que también sacan provecho de la situación según las encuestas, el primer ministro griego, Giorgos Papandreu es “o un ignorante sin remedio o actúa de mala fe”.

Papandreu anunció en un discurso televisado que las resoluciones adoptadas en Bruselas de ninguna manera comprometerán las cajas de pensiones ni el sistema bancario de su país. "Atenas necesita la presencia regular de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para evitar los problemas de comunicación", dijo el ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.

Angela Merkel, arquitecta del acuerdo de Bruselas.Imagen: dapd

Berlín, blanco de los ataques

“El acuerdo supone desde luego un alivio, pero también una nueva responsabilidad”, afirma el diario ateniense “Ta Nea”, que muestra una cierta simpatía por el Gobierno de Papandreu. “Nuestra dignidad nacional sufrirá una mutilación”, advierte por su parte el ultraconservador “Vradyni”, mientras que el rotativo “Avgi “ ve todo el asunto como obra de la “Comisaria Merkel”.

Ni el renombrado periódico “Eleftherotypia” pierde oportunidad para arremeter contra los alemanes. “El tanque alemán nos trajo un nuevo paquete de austeridad”, reza su titular. “Los alemanes se proponen asiatizar el sur de Europa”, afirma un comentariasta. El rotativo liberal de izquierda es una de las víctimas de la crisis. Sus redactores no han recibido salarios desde julio y pese a ello siguen trabajando. Los bancos, antaño tan generosos a la hora de hacer préstamos, ya no otorgan ningún crédito.

Los líderes de la oposición conservadora indicaron que el acuerdo de Bruselas podría significar años de dolorosa austeridad. El jefe del partido opositor Nueva Democracia, Antonis Samaras, afirmó que el acuerdo de la deuda perpetúa los errores que llevaron al país a una recesión. "No estamos más cerca de una solución, pero estamos ante muchos años más de colapso y pobreza. Ni la economía ni la sociedad pueden soportar esto", dijo Samaras.

La crisis golpea a la población griega.Imagen: dapd

Alza en la bolsa de Atenas

La desconfianza la ha generado el mismo Gobierno griego, según observadores. Durante los últimos dos años todos los ministros de Finanzas señalaban con urgencia la necesidad de reducir los salarios en un 50 por ciento, de lo contrario sería necesario hacer una horrenda reestructuración de la deuda griega que llevaría al país al abismo. Y ahora resulta que no sólo es deseable tal reestructuración sino que es incluso la salvación económica. Eso van a tener que explicárselo a la población griega.

Los líderes de la eurozona llegaron a un acuerdo con los bancos privados y compañías de seguros que aceptaron renunciar voluntariamente al 50% de sus demandas y acordarán otro tramo de rescate. Los países de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) proporcionarán a Grecia un segundo paquete de rescate adicional por 100.000 millones de euros. Atenas necesita esta medida para evitar una quiebra que amenaza también a otros países débiles de la zona del euro, incluída Italia.

Los griegos recibieron la noticia con temor de tener que soportar años de austeridad, control estricto y la injerencia de acreedores internacionales, que ahora tendrán una presencia permanente en el país.

La bolsa de Atenas reaccionó con sobriedad. Durante la crisis sufrió el peor desplome desde la década de los años 80. Pero justo tras la cumbre de Bruselas el índice griego se disparó, registrando ganancias de más de cinco por ciento. Las alzas fueron lideradas por los bancos, cuyas acciones tuvieron ganancias de hasta 12 por ciento. Es un alivio. Desde hace semanas las acciones estaban en el suelo. 

Autor: Jannis Papadimitriou/ Eva Usi

Editora: Emilia Rojas

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