Griegos rechazan nuevos controles fronterizos de Alemania
Anthee Carassava
29 de noviembre de 2017
La crisis de refugiados y el terrorismo islámico en Europa han resaltado las limitaciones y debilidades del acuerdo de Schengen.
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Al aterrizar en Stuttgart, George Anastasopoulos supo que algo no iba bien. Su avión, proveniente de Grecia, se estacionó a gran distancia de las otras aeronaves y al detenerse, carecía de puerta de desembarque. Los pasajeros fueron trasladados en un bus especial a un área aislada del gran aeropuerto.
Ahí comenzó el martirio. "Era como si me hubiese puesto en una extraña cuarentena”, recuerda Anastasopoulos, ingeniero y viajero de origen griego. "Por más de una hora fuimos sometidos a un control de pasaporte y seguridad que no respetaba de ninguna manera las reglas de libre transito europeas. Me sentí humillado y menospreciado”, relató. Anastasopoulos no es el único que ha vivido esa experiencia.
Schengen se desvía
El acuerdo de Schengen, que en 1985 eliminó los controles fronterizos en la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea, ha sido elogiado como uno de los grandes logros de la integración europea. Pero ahora, la crisis de refugiados y el terrorismo islamista han resaltado las limitaciones y debilidades de este sistema, lo cual ha llevado a países como Alemania a negarles a viajeros de Grecia el privilegio de transitar por Europa sin fronteras.
El Ministro del Interior alemán explicó que la nueva normativa para estos viajeros fue establecida a principio de este mes luego de que las autoridades registraran de mil entradas ilegales provenientes de Grecia desde principio de año. La entidad gubernamental agregó que se debía incrementar la seguridad en preparación para la temporada navideña, dada la posibilidad de ataques.
Sea la razón que sea, los griegos están furiosos, no solo por sentirse como chivos expiatorios sino también por ser humillados por el país que ellos consideran que contribuyó a la ruina económica de Grecia por su apoyo a una dura austeridad.
"Las preocupaciones de Alemania son válidas”, opina Anastasopoulos. "Y el Gobierno griego también es responsable por su mal manejo de la crisis de refugiados, pero esto no justifica la acción unilateral. Es como que si el estado de Massachusetts (EE.UU.) ordenara que todos los viajeros de California se presentaran en control de pasaportes porque en ese estado hay muchos inmigrantes”. Impulsado por las quejas de sus ciudadanos, el gobierno de Grecia, liderado por el izquierdista Alexis Tsipras, he reprochado la acción de Berlín.
El tráfico de humanos hace sonar la alarma
Sin embargo, las preocupaciones de seguridad son reales y no afectan solo a Alemania. Con unos 60 mil refugiados repartidos por todo el territorio, Grecia se ha convertido en un núcleo de tráfico de personas.
Días antes de la nueva normativa alemana de viaje, agentes británicos ayudaron a la policía griega a desmantelar una banda de traficantes que operaba en el país vendiendo pasaportes y permisos de trabajo falsos a inmigrantes que deseaban llegar al Reino unido.
"Los pasaportes y tarjetas de identificación falsos se encuentran por todas partes” cuenta Mohammed, un joven refugiado de 27 años. "Los más baratos y accesibles son los franceses, que se pueden comprar por un precio barato, alrededor de 150 euros, y donde los ciudadanos sospechan de menos de uno, de gente de piel más oscura”.
Mohammed ya puede percibir las dificultades que trae el cambio de política. En el último mes ha intentado viajar unas cuatro veces y aún no ha logrado superar los controles fronterizos.
Pasaportes falsos en manos equivocadas
La preocupación por la falsificación de documentos de viaje ha venido creciendo desde 2016, cuando la oficina antiterrorista de la Unión Europea identificó pasaportes falsos que supuestamente iban destinados a miembros del Estado Islámico que residían en campos de refugiados griegos.
El año pasado, Francia ofreció mandar una fuerza de seguridad especial para asistir la identificación de documentos falsos en manos de inmigrantes ilegales. A pesar de alegar estar abrumado y bajo recursos, el gobierno griego rechazó la ayuda francesa e intentó reorientar el debate hacia la necesidad de bloquear la entrada de inmigrantes en Turquía.
Ahora, para apaciguar a sus viajeros, Grecia mandará policías a aeropuertos alemanes para asistir con los puntos de seguridad. Pero muchos ciudadanos griegos no arresigarse estas Navidades, optando por hacer cambios de conexiones y simplemente no tocar tierra en ciudades alemanas.
Anthee Carassava (JCG/EAL)
El destino de los refugiados: huir hacia una vida incierta
Las imágenes de las grandes masas de refugiados de camino hacia Europa en 2015 y 2016 dieron la vuelta al mundo. Nunca se había documentado de forma tan amplia el sufrimiento que implica el proceso de la huida.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Messinis
El objetivo principal: sobrevivir
Un viaje vinculado a las penurias y a los peligros para el cuerpo y el alma: huyendo de la guerra y la miseria, más de un millón de personas, sobre todo de Siria, se pusieron en camino en 2015 y 2016 hacia Turquía y Grecia. En las islas de Lesbos, Quíos y Samos todavía aguantan más de 10.000 personas en los campamentos. Desde enero hasta mayo de 2017, llegaron más de 6.000 nuevos refugiados.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Messinis
A pie hacia Europa
Millones de personas intentaron llegar en 2015 y 2016 a Europa Occidental desde Grecia o Turquía siguiendo a pie la ruta de los Balcanes a través de Macedonia, Serbia y Hungría. Las masas de gente disminuyeron cuando se canceló oficialmente esta ruta y muchos países cerraron sus fronteras. Hoy, la mayoría de los refugiados llega a través de otra ruta muy peligrosa, de Libia a Europa por mar.
Imagen: Getty Images/J. Mitchell
Conmoción mundial
La imagen del niño de tres años, Aylan Kurdi, muerto en una playa turca dio la vuelta al mundo, causando una gran conmoción. Las imágenes de dicha tragedia se hicieron virales y se convierton en el símbolo de la crisis de los refugiados sirios. Europa no debe mirar hacia otro lado, era el mensaje que aparecía en las redes sociales.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/DHA
Caos y desesperación
Avalancha en el último minuto. Muchos sabían que su única vía de escape a través de Europa ya no estaba abierta, así que miles de personas intentaron desesperadas tomar trenes y buses abarrotados en Croacia. Unos días más tarde, Hungría también cerró sus fronteras. Al mismo tiempo, adecuaron contenedores, para que los refugiados pudieran quedarse hasta que llevasen a cabo su proceso de asilo.
Imagen: Getty Images/J. J. Mitchell
Ataques contra los refugiados
La irritación de la opinión pública fue enorme cuando una camarógrafa húngara puso una zancadilla a un hombre con su hijo en brazos, que intentaba cruzar un bloqueo principal en Röszke, Hungría, cerca de la frontera. En uno de los momentos más críticos de la crisis de los refugiados, en Alemania también aumentaron los altercados y ataques contra los refugiados.
Imagen: Reuters/M. Djurica
Fronteras cerradas
Cuando se cerró la ruta de los Balcanes en marzo de 2016, se produjeron muchos tumultos en las zonas froterizas. Miles de refugiados se quedaron atascados y la policía reaccionó de forma ruda. Muchos intentaron, como estos refugiados cerca de la frontera entre Grecia y Macedonia, evitar las fronteras, que se habían cerrado hacía poco tiempo.
Un niño bañado en polvo y sangre. La foto de Omran en Alepo, de cinco años de edad, dejó a la opinión pública en estado de shock y se convirtió en el símbolo de la crueldad de la guerra civil siria y la miseria del pueblo sirio. Un año más tarde, la red mostró nuevas fotos del menor en buen estado de salud. Los seguidores de Al Assad criticaron entonces que la imagen se usó como propaganda.
Imagen: picture-alliance/dpa/Aleppo Media Center
Incertidumbre en la nueva patria
Un hombre sirio carga a su hija, bajo la lluvia, en la frontera griego-macedonia, cerca de Idomeni. Espera encontrar seguridad para su familia en Europa. Según el Reglamento de Dublín, las solicitudes de asilo se deben procesar en el país de llegada de la UE. Muchos tuvieron que regresar al país de llegada. Grecia e Italia están sobre todo superados por la cantidad de solicitudes de asilo.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Esperando el apoyo de Alemania
Alemania es el país de destino número uno de los refugiados, aunque su política de refugiados y de asilo se haya vuelto más restrictiva debido al gran flujo de inmigrantes. En Europa, ningún país ha acogido a tantos refugiados como Alemania: 1,2 millones. La canciller Angela Merkel se convirtió en un ícono para muchos de ellos.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Hoppe
Estado de emergencia en los campamentos de acogida
El campamento de acogida de refugiados en el norte de Francia, en Calais, fue desalojado. El lugar se incendió y las cerca de 6.500 personas tuvieron que ser evacuadas y ubicadas en otros centros. Medio año más tarde, los informes de organizaciones humanitarias aseguran que muchos menores siguen merodeando y viviendo en los alrededores de Calais.
Imagen: picture-alliance/dpa/E. Laurent
Ahogados en el Mar Mediterráneo
Las embarcaciones de salvamento marítimo civiles y estatales no paran. A pesar del peligro extremo que pueden correr sus vidas, muchos refugiados huyen de la pobreza o de la guerra en sus países con la esperanza de tener un futuro mejor en Europa. Solo en 2017, 1.800 personas han perecido en el viaje. En 2016, 5.000.
Imagen: picture alliance/AP Photo/E. Morenatti
Sin ley en Libia
Cientos de miles de refugiados del África subsahariana y de Oriente Próximo esperan en los campamentos de Libia para poder cruzar a Europa por mar. La situación en dichos campamentos es catastrófica, advierten las organizaciones humanitarias. Hay testigos que hablan de esclavitud y prostitución forzada. Y a pesar de todo, no dejan de soñar con Europa.
Imagen: Narciso Contreras, courtesy by Fondation Carmignac