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Grieta en el Bayern

Daniel Martínez (EL)17 de abril de 2015

La sorpresiva renuncia del médico que durante casi cuatro décadas cuidó de las estrellas del Bayern, y el manejo que le ha dado el club a la situación, develan cuán agitada e intensa es la lucha por el poder en Múnich.

Imagen: imago/Ulmer

La advertencia del director de comunicaciones del Bayern, Markus Hörwick, de que en la rueda de prensa con Pep Guardiola solo se aceptaría una pregunta en torno a la renuncia del médico del equipo, Hans-Wilhelm Müller-Wohlfahrt, sorprendió a los periodistas tanto como la decisión de irse tomada 12 horas antes por el galeno que durante 38 años cuidó de los jugadores del club insignia de la Bundesliga.

Con esa actitud el club optó por esconder un elefante debajo de la alfombra. La renuncia de Müller-Wohlfahrt y todos sus colaboradores es uno de los principales temas de discusión del momento en el deporte alemán y su separación del Bayern ha causado gran indignación entre los aficionados. Al fin y al cabo el médico no era simplemente un empleado más del club, sino que durante los muchos años que trabajó allí fue pilar del crecimiento que convirtió a Múnich en una de las más importantes capitales del fútbol internacional.

Mientras las especulaciones y los rumores están desatados en las calles y las redes sociales, el Bayern prefiere la parquedad por encima de la oportunidad de aclarar lo que está sucediendo al interior del club. En un comunicado de apenas dos párrafos se acusa el recibo de la renuncia y se le agradece al doctor el trabajo desempeñado durante tantos años. Luego Pep Guardiola responde a la pregunta ¿qué pasó entre usted y el médico? con un escueto “Nada”.

Visibilidad limitada

Los detalles que se conocen son muchos, pero su profundidad es poca. El doctor Müller-Wohlfahrt renunció como fruto de una discusión en la que se le responsabilizó de la derrota 1-3 contra el Oporto en los cuartos de final de la Champions League; su relación con Pep Guardiola fue difícil y estuvo caracterizada por la controversia y la desconfianza; las directivas del club, con su escueta reacción más cercana al silencio que al lamento, publicamente dejaron solo al médico.

Esos los hechos. De ellos se deduce una conclusión obvia: algo venía pasando dentro del Bayern que la derrota contra Oporto hizo explotar. De no haber sido así un empleado fiel a lo largo de casi 40 años no deja al equipo en momentos en los que atraviesa dificultades. Los dirigidos por Pep Guardiola están al borde de una eliminación de la Champions League, algo que desembocaría en la calificación del trabajo de la temporada como un fracaso rotundo. Además, en la semifinal de la Copa Alemana espera el Dortmund, un hueso duro de roer que está dispuesto a oponerse a que los bávaros lleguen a la final en Berlín.

Jackson Martínez y el Porto pusieron en jaque al Bayern.Imagen: Reuters&/R. Marchante

También es de destacar que detrás suyo el doctor Müller-Wohlfahrt deja sin asistencia a varios pacientes que bajo su supervisión estaban trabajando en la recuperación de sus lesiones; la mayoría de ellos son futbolistas con los que construyó una relación de confianza porque los que había tratado y sanado en el pasado.

Actualmente la lista de bajas en el Bayern es larga: Philipp Lahm y Bastian Schweinsteiger (a quienes recuperó a tiempo para que se conviritieran en campeones del mundo en Brasil 2014), Arjen Robben (quien bajo su cuidado dejó de ser “el hombre de cristal”), Franck Ribéry, Mehdi Benatia, Javi Martínez, Tom Starke y David Alaba. Todos ellos son claves en el equipo, se les necesita para cumplir las metas propuestas para esta temporada, y confían en su doctor de siempre, que sin embargo no se quedó más en el Bayern, ni por ellos, ni por el compromiso ante el propio club.

¿Y ahora?

Ottmar Hitzfeld, el hombre que condujo al Bayern a la victoria en la Champions League en el 2001, dijo a la prensa en Múnich: “La decisión no es fácil, pero llegado el momento el club debe estar del lado del entrenador y no del médico”. Los bávaros tomaron esa decisión y desatada la tormenta han encontrado refugio en la fe que depositan en Pep Guardiola.

El entrenador cuenta con el respaldo incondicional de la cúpula directiva del Bayern, algo que se le retiró al doctor Müller-Wohlfahrt. A la afición, y en especial a los jugadores que en apenas un par de días enfrentan la fase crítica de la Champions League bajo una inusual presión por culpa de la derrota sufrida contra Oporto, el mensaje les ha llegado claro.

Así las cosas, el resumen al día de hoy es simple: el médico se ha ido, el Bayern -sin mayores aspavientos- ha dado por culminado un capítulo de su historia, el balance de poder se ha dilucidado poniendo en relieve que las directivas y el entrenador están solidamente unidos, y a los jugadores solo les resta seguir trabajando en procura de alcanzar las metas propuestas. El próximo martes, dependiendo del resultado en el partido del vuelta de los cuartos de final contra el Oporto en Múnich, quizás haya otro rumbo.

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