Rescatados balseros cubanos sobrevivieron en isla solitaria
12 de febrero de 2021
Tres cubanos rescatados de una isla deshabitada de Bahamas, donde pasaron 33 días y sobrevivieron a base de comer cocos y ratas, fueron puestos bajo custodia de la agencia federal estadounidense de Inmigración.
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El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de EE.UU. señaló que los cubanos, dos hombres y una mujer, que fueron rescatados el martes 9 de febrero de la diminuta isla Anguilla Cay, siguen en el Broward Transitional Center, un centro de detención para inmigrantes ubicado en el Condado de Broward, en el sur de Florida (EE.UU.).
"Las tres personas tendrán acceso a todos los procesos legales disponibles para ellos bajo las leyes de los Estados Unidos", agregó la agencia federal, que también precisó que han recibido una "atención médica integral". Dicha agencia declinó dar a conocer si los tres cubanos han solicitado asilo en EE.UU., al estar protegido "por las leyes de privacidad".
Los tres cubanos que fueron rescatados por agentes de la Guardia Costera estadounidense habían sido llevados al hospital Lower Keys Medical Center, en Cayo Hueso, extremo sur de Florida, y sin heridas de gravedad, desde donde fueron derivados el miércoles al centro de detención de la localidad de Pompano Beach. Los cubanos declararon a la tripulación del helicóptero de los guardacostas que los rescató que unas cinco semanas atrás el barco en el que navegaban se hundió, pero lograron nadar hasta la isla desierta.
Balseros náufragos sobrevivieron con cocos, ratas y caracoles
A lo largo de ese tiempo en esa pequeña isla, ubicada en el extremo sureste de Cay Sal Bank (conocido en español como El Placer de los Roques), entre Cayo Hueso y Cuba, los tres náufragos sobrevivieron comiendo caracoles, ratas y cocos, además de lidiar con la falta de agua dulce, según relataron. "Fue increíble. No sé cómo lo hicieron. Nos sorprende que estuvieran en tan buen estado cuando los encontramos", señaló el teniente Justin Dougherty, un portavoz de la Guardia Costera estadounidense.
De acuerdo con esta agencia, durante una patrulla aérea de rutina los guardacostas descubrieron a las tres personas ondeando una bandera improvisada, pero el mal tiempo impidió que ese mismo día pudieran ser rescatados. En un video de los guardacostas publicado en redes sociales, el teniente Ricardo Rodríguez, un piloto que participó en el rescate, explica que pudieron comunicarse con los cubanos a través de una radio que lanzaron desde el aire, junto con botellas de agua y comida.
jov (efe, afp, ap)
Cuba: así se vive con 10 dólares de pensión
En Cuba, la edad de retiro es a los 60 años para las mujeres y 65 para los hombres. Los magros salarios, sin embargo, redundan en pensiones de menos de 10 dólares. Para muchos cubanos sobrevivir es una lucha diaria.
Imagen: DW/S. Derks
Estilo de vida frugal
Ángel Julio Soza, de 89 años, fotografiado frente a la casa en la que ha vivido toda su vida en el distrito de San Lázaro, un área pobre en Cienfuegos, en la costa sur cubana. Trabajó durante 40 años en la industria de la construcción y ahora vive con una pensión de 200 pesos, 7,55 dólares. Consultado sobre si le falta algo para vivir bien, responde "un televisor para mirar chicas hermosas".
Imagen: DW/S. Derks
Raciones subsidiadas
Todos los cubanos tienen una "libreta", un libro de racionamiento que les da derecho a comprar una determinada cantidad de alimentos a precios subsidiados por el Estado. El racionamiento se volvió más drástico en mayo de 2019, debido a que el bloqueo estadounidense se hizo más estricto y a la pérdida de la ayuda proveniente de Venezuela.
Imagen: DW/S. Derks
Vendedor ambulante
Raúl Bouza sentado frente a su casa en el centro de La Habana, una construcción que colapsó tras el paso de un huracán hace tres años. Su pensión es de 240 pesos. Todos los meses debe pagar una licencia de 500 pesos para poder vender baterías, bombillas y otras cosas, en un intento por generar más ingresos. Su hermano le envía remesas desde Miami: 100 dólares cada tres meses.
Imagen: DW/S. Derks
Gracias a la granja
Antonio Loreno Lozana, de 86 años, vive con uno de sus hijos en uno de los senderos turísticos que llevan a los valles tabacaleros cerca de Viñales, donde administra una pequeña granja. A los 200 pesos que recibe de pensión suma alrededor de 150 dólares al mes, dinero que gana con los productos agrícolas que vende al Estado y el café que vende a los turistas.
Imagen: DW/S. Derks
Parte de la sociedad
Evaristo Díaz Díaz (85 años) trabaja en una imprenta de La Habana, donde dobla cajas. Gracias a este empleo suma 300 pesos a su pensión, y además recibe desayuno y almuerzo. Evaristo dice que está muy contento con su trabajo porque le hace sentirse útil y parte de la sociedad.
Imagen: DW/S. Derks
Dar un poco
Aída Guerreros Blanco tiene 92 años y tiene que llegar a fin de mes con su pensión de 120 pesos. Vive en el centro de Bayamo, en el este de Cuba, y cuando ve a turistas extraviados se acerca a ellos para ayudarlos con algunas indicaciones, con la esperanza de recibir a cambio una pequeña donación.
Imagen: DW/S. Derks
De dulces y galletas
Miguel Calzada, de 90 años, está sentado frente a su casa en Trinidad, en el centro de la isla, donde vende dulces y galletas para complementar su pequeña pensión de 100 pesos.
Imagen: DW/S. Derks
Trabajando en el mercado
Mario Díaz tiene 80 años y trabaja como intermediario en el mercado inmobiliario de La Habana. Si logra vender una casa, obtiene el 10 por ciento de la venta. Si logra encontrar a alguien que permute una propiedad, recibe una donación. En 2018 vendió dos casas, negocios que le dieron cerca de 1.500 dólares de ingresos adicionales.
Imagen: DW/S. Derks
Proveedora familiar
Lidia Heredia tiene 86 años y vive con su hijastra, que está enferma y requiere de cuidados diarios. Su marido murió hace 15 años. Para poder llegar a fin de mes, todas las tardes vende cigarros y bolsas en una concurrida calle cerca del terminal de buses de Santiago de Cuba.
Imagen: DW/S. Derks
Seguir trabajando
A los 66 años, Rodolfo Aguilar González sigue trabajando como inspector de aguas en la ciudad oriental de Holguín. Aunque pudo jubilarse a los 65 años, él disfruta las dinámicas de la vida laboral y de poder interactuar con otras personas. Una ley permite a los cubanos seguir trabajando en un puesto menos demandante tras el retiro, pero Rodolfo eligió no abandonar su viejo empleo.