Con bloqueos de carreteras se ha manifestado en Guatemala la protesta por la negativa del Tribunal Supremo Electoral (TSE) a aceptar la inscripción de la líder indígena maya Thelma Cabrera y su compañero de fórmula del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MPL), un partido de izquierda crítico con el Gobierno, para las elecciones presidenciales del 25 de junio.

En un país con más del 43 por ciento de población indígena, según el censo de 2018, muchos ven en Thelma Cabrera una esperanza de inclusión de un sector históricamente postergado. Pero ella, que ya había postulado a la presidencia con anterioridad, no es la impugnada por el TSE, sino el candidato a la vicepresidencia, Jordán Rodas Andrade, quien fuera Procurador de Derechos Humanos desde 2017 hasta 2022.

 Rodas denuncia "fraude electoral"

"El registro de ciudadanos me niega la inscripción, porque aduce que hay una denuncia presentada por mi sucesor como Procurador de Derechos Humanos, de la cual no se sido notificado”, dice Rodas a DW.

"Estamos accionando ante la corte Suprema de Justicia y la Corte de Constitucionalidad, porque cumplo con los requisitos legales, constitucionales, para ser vicepresidente. Solamente aparece esa denuncia del nuevo Procurador de Derechos Humanos, que es parte del pacto de corruptos”, afirma, y denuncia un "fraude” electoral: "Desde ya comenzaron las anomalías, porque se está negando a los guatemaltecos el derecho de elegir libremente”.

Un requisito cuestionado

El requisito de la "constancia transitoria de la inexistencia de cargos" contra un candidato, en el que se basa el TSE para negar la inscripción de Rodas, es objeto de polémica en Guatemala. El abogado constitucionalista y profesor universitario Edgar Ortiz viene estudiando el tema desde hace años y considera que "es, en realidad, un parche muy mal puesto al sistema legal”.

Subraya, en conversación con DW, que únicamente demuestra que una persona no tiene alguna denuncia pendiente o algún proceso administrativo en curso. Y menciona los motivos por los que ha sido cuestionado: no se aplica la presunción de inocencia y está en juego la vigencia de los derechos jurídicos.

"La Corte Interamericana ha dejado muy claro que únicamente se pueden restringir derechos políticos por una sentencia penal firme. Y nosotros estamos definiendo en la ley que, con una simple denuncia, se descalifica a una persona”, dice, recordando que no es la primera vez que ocurre. "Durante procesos anteriores se ha boicoteado la participación de muchas personas. La verdad es que es un vicio del sistema, que está allí, que obviamente tiene estándares muy bajos y eso hace que se preste a manipulación. No responde ni a parámetros constitucionales, ni a parámetros del sistema interamericano de derechos humanos”, indica.

Desafío al statu quo

Jordán Rodas y Thelma Cabrera han llevado el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos humanos y esperan un pronunciamiento contundente. A su juicio, en Guatemala se está intentando bloquear su candidatura para impedir un cambio.

"El motivo de fondo es el statu quo del poder económico y político, que ha mantenido la desigualdad y la corrupción, junto a la discriminación que caracteriza al país, lamentablemente. Tienen temor, tienen pánico al binomio de Thelma Cabrera y Jordán Rodas, por ser la única alternativa al statu quo. Ella quedó en cuarto lugar hace cuatro años y ahora, complementando fuerzas, fácilmente podríamos pasar a la segunda vuelta electoral, y ese es el temor de fondo”, afirma.

"Punto de inflexión"

El abogado Ortiz considera que, con requisitos como el esgrimido contra la inscripción de Rodas, se abre la puerta a que se judicialicen las candidaturas y se determine por esa vía quién puede participar y quién no. "Creo que eso lesiona la confianza en el sistema democrático. Porque, idealmente, el sistema debe ser lo más abierto posible, para que participen todos y la gente decida en las urnas. La extrema judicialización de la inscripción de candidatos no es buena para el país, ni es buena para nuestra democracia”, afirma.

Jordán Rodas asegura no estar "obsesionado con ser vicepresidente”, pero explica que su partido, el Movimiento para la Liberación de los Pueblos, no retira su postulación, por respeto a la decisión de las bases que lo nominaron como compañero de fórmula de Thelma Cabrera. Explica que "los pueblos originarios y las comunidades ya están cansadas de que el Estado las siga excluyendo. Por eso están ejerciendo su derecho constitucional de manifestarse”. Y, a la espera de lo que resuelvan la Corte Suprema y la Corte Constitucional, afirma que "estamos en un punto de inflexión, en el cual aún se puede rescatar nuestra frágil democracia”.

(ms)