Su carta de renuncia fue difundida el viernes (8.05.2015) por medios locales después de que el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, anunciara públicamente la decisión de la vicepresidenta.

La salida de Roxana Baldetti tiene lugar tras la desarticulación, el pasado 16 de abril, de una red criminal que operaba dentro de la oficina recaudadora de impuestos y que, según las autoridades, era liderada por Juan Carlos Monzón, entonces secretario privado de la ahora exvicepresidenta. A raíz de este escándalo, varios sectores populares habían demandado su dimisión.

Baldetti se encontraba en Corea del Sur junto con Monzón cuando la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) y el Ministerio Público (MP) destaparon la red criminal, pero el entonces secretario no regresó al país y es buscado desde entonces por autoridades locales y la Interpol.

Baldetti colaborará con investigaciones

En la misiva, Baldetti asegura que el objetivo de su renuncia es despojarse de la inmunidad que la ley le confiere para "colaborar con todas las investigaciones que conlleven a dar con los responsables".

"Me aparto del cargo como una muestra de mi voluntad para que se esclarezcan los hechos, para eliminar toda sospecha de mi presunta interferencia en el proceso de investigación y, sobre todo, me pongo a disposición de los órganos de justicia para que se me investigue", reza el documento, que fue entregado al Congreso para que evalúe su autenticidad y lo apruebe posteriormente.

Baldetti asegura que el Ministerio Público y la Cicig han reiterado que no hay pruebas en su contra. Asimismo, la vicepresidenta defiende la labor desempeñada durante su carrera política y argumenta que su trabajo siempre estuvo orientado a "combatir la corrupción".

Miles celebran renuncia de vicepresidenta

Por el llamado caso "La Línea" ya han sido detenidas 27 personas, mientras que al menos otras dos están siendo buscadas por las autoridades.

Asimismo, miles de guatemaltecos celebraron el viernes la renuncia de la vicepresidenta del país. Con petardos y gritos, alrededor de 3.000 personas se reunieron improvisadamente frente al Palacio Nacional de la Cultura, una dependencia del Gobierno en la capital guatemalteca.

VC (efe, dpa)