Acometer la deuda histórica con los pueblos indígenas; llevar salud, agua, electricidad, educación al pueblo de Guatemala; restaurar bosques, ríos, lagos; velar por los millones de desplazados, apoyar a los pequeños empresarios, promover la inversión nacional y extranjera y respetar los derechos humanos: todo eso prometió el presidente Bernardo Arévalo en su discurso de posesión. Y pidió a la comunidad internacional: "No nos dejen solos”.

"Esta solicitud de no dejarnos solos, a la Unión Europea (UE) y a otros actores políticos del mundo, la viene haciendo la sociedad civil desde hace mucho tiempo. Nuestro sentimiento es que estamos pendiendo de un hilo”, dice a DW Anabella Sibrián, directora de Protection International Mesoamérica, que revive la angustia que hubo hasta el último momento del cambio de mando.

Anuncio de Borrell

"Queremos estar alineados con las prioridades del nuevo Gobierno. En materia de desarrollo sostenible, de salud, de educación”,  declaró a comienzos de semana, por su parte, el Alto Representante de la Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, durante una visita a la región del Petén, en donde anunció 50 millones de euros para un nuevo programa de desarrollo social y medio ambiental para esa región selvática, arqueológica y fronteriza. También anunció otros tres millones de euros adicionales para Guatemala en el marco del programa regional para Mesoamèrica"Cinco bosques”.

"Simbólicamente, es muy importante que el anuncio se haya hecho en esa comunidad de Uaxactún, en la región del Petén, en ese sitio arqueológico maya”, sigue Anabella Sibrián. "Fueron, precisamente, los pueblo maya, los indígenas guatemaltecos, representados por sus autoridades ancestrales, los que lograron que se respetaran los resultados de las urnas. Han sostenido la democracia del país. El mensaje de la UE ha sido contundente”, agrega.

Presencia europea de larga data

"Desde los acuerdos de Paz, ha sido importante el acompañamiento de los países europeos, de la Unión Europea. Ahora -en esta pequeña ventana de oportunidad que se abre para acabar con la larga noche de Guatemala- es importante que se tome en cuenta la voz de la gente, de las comunidades”, dice a DW Edgar Pérez, director del Bufete Jurídico de Derechos Humanos de Guatemala. Especialista en derechos humanos y en derecho penal, desde finales de la década de los 1990 Edgar Pérez busca justicia para las víctimas del conflicto armado de Guatemala y también defiende a comunidades desplazadas.

Con respecto al anuncio de los fondos europeos, "no es la primera vez que el Petén recibe este tipo de apoyos”, acota Edgar Pérez. "Y, hasta cierto punto, lo he criticado: ¿la inversión es para quién? Sería importante que se enfocara en las necesidades reales de la gente y que hubiera control sobre esa inversión”, añade.

El anuncio del nuevo programa de la UE -en el marco del Global Gateway para la transición verde y digital- para apoyar el plan del nuevo Gobierno guatemalteco se dio en una comunidad que gestiona de manera sustentable los recursos del bosque. Siendo parte del gran bosque mesoamericano, el Petén cuenta con 30 áreas naturales protegidas (desde 1990), pero también con grandes áreas deforestadas.

Diversas caras del Petén

"Las tomas satelitales muestran claramente la ruta de los cultivos de palma africana que van desde Altaverapaz y se adentran en el Petén. Hubo que talar mucho para esos cultivos y el Gobierno lo aceptó. Por otro lado, hay comunidades enteras desplazadas de las áreas protegidas, acusados de talar el bosque. Si esas comunidades tuvieran las motosierras, los tractores y los camiones que hacen falta para sacar esa madera, no estarían ahí. No son ellos y eso el Gobierno también lo sabe", agrega Edgar Pérez.

Según fuentes oficiales consultadas por DW, el programa que se inicia en marzo en el Petén -con el apoyo de España, Alemania, Suecia e Irlanda y también de la FAO- tiene como objetivo promover inversiones estratégicas para, por un lado, apoyar el desarrollo económico y social de una región con grandes desafíos en cuanto a pobreza y desigualdad y, por otro, promover el uso sustentable de los recursos -suelo y agua- del Petén. El programa va del 2024 al 2027 y cooperará con autoridades locales, sociedad civil y el sector privado particularmente con pequeñas y medianas empresas.

"Cuando veo sus trabajos de protección contra los incendios, su desarrollo artesanal o su capacidad para utilizar la madera del bosque de un manera tan eficiente, debo decir que estoy convencido que, a poco que el Gobierno les apoye, pueden avanzar muy rápidamente en el progreso. El progreso no quiere decir que abandonen estas tierras para irse todos a vivir a la ciudad. Al contrario. El progreso consiste en que puedan seguir viviendo aquí”, decía Josep Borrell a la comunidad de Uaxactún.

A esta declaración de buenas intenciones, Edgar Pérez opone la realidad de la parte norte del Petén: "El caso más ilustrativo es el de la Laguna del Tigre, una comunidad que estaba ahí antes de 1990 y había encontrado su propia forma de desarrollo económico. Producían semillas de pepitoria que comercializaban con sus vecinos mexicanos. El Estado los desplazó más allá de la frontera. Y su grito a los cuatro vientos, nadie lo escucha”.

Se trata de la parte fronteriza de la región del Petén, el patio trasero del norte. Ahí se juntan comunidades campesinas olvidadas por el Estado con los ríos de migrantes, el narcotráfico, el crimen organizado. "Es también la puerta para la seguridad nacional de Estados Unidos. En ese territorio están los grandes intereses lícitos e ilícitos del país”, subraya Edgar Pérez. 

Por otro lado, ¿a qué intereses podrían obedecer las inversiones europeas justamente en esa región? "Se especula con megaproyectos de turismo arqueológico, el agua subterránea y los humedales, sin olvidar el tema de los bonos de carbono. Hay una serie de temas de interés económico.  Nuestra pregunta es, ¿tomarán en cuenta el propio desarrollo de las poblaciones?”, plantea Edgar Pérez.

El jurista guatemalteco pone su esperanza en que se lleve a la práctica el Artículo 6 de la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA), que prevé el deber y el derecho de los ciudadanos de participar en las decisiones de política pública. Se remite también a la implementación de las nuevas regulaciones euorpeas en cuanto al respeto por los derechos humanos y a la consulta previa cuando se trate de inversiones que afecten a las poblaciones en la cadena de suministro. 

 El apoyo es claro

En cualquier caso, para apoyar también políticamente el plan del gobierno de Arévalo, la UE acaba de firmar con Guatemala un memorándum de entendimiento para el diálogo político, que se traduce en acompañamiento. "Es una señal clara de que la UE no quiso firmar acuerdos de entendimiento con representantes de una institucionalidad corrupta como la hemos tenido en los últimos años. Que ha violado los derechos humanos hasta el punto de desmantelar hospitales, quitando servicios fundamentales para la población en mayor vulnerabilidad, apoyados en funcionarios corruptos, en un sistema de justicia cooptado y un legislativo al servicio de sus propios intereses”, puntualiza Anabella Sibrián. 

 Como fuere, "las aspiraciones son enormes. La deuda histórica con pueblos indígenas y la población guatemalteca en general no es de décadas sino de cientos de años”, resume Edgar Pérez. "La pequeña ventana  de posibilidad a la esperanza que tenemos pasa por la voluntad política no solo del presidente -que ojalá mantenga la que subrayó en su discurso y en sus nombramientos ministeriales-, sino de los sectores, también de los amigos europeos, que tienen incidencia en la toma de decisiones”, concluye. (ms)