Entre 15.000 y 20.000 personas de distintos municipios vascos se movilizaron –a pie y en bicicleta– este 29 de abril hasta Guernica para denunciar las políticas de inmigración y de asilo que mantiene Europa. En un momento en que esta villa vizcaína celebra el 80 aniversario de su bombardeo, también se han desplazado a Guernica para participar en este acto ciudadanos del País Vasco francés, Valencia, Barcelona, Madrid o Galicia, así como residentes en Grecia y otros países.

Antes de llegar a Guernica, varias columnas con miles de personas han partido hoy y ayer de distintas localidades de las tres provincias vascas y de la ciudad vasco francesa de Baiona para reunirse en Muxika, en el límite con Guernica. A la entrada de esta villa, Ignacio Robles, el bombero vizcaíno que se negó a participar en el control de un cargamento de armas a Arabia Saudí, ha entregado una "lágrima" a la refugiada kurda Maryam Fathy, un símbolo relacionado con el cuadro el "Guernica" de Picasso.

Ya en una única marcha encabezada por refugiados con figuras de lágrimas simbólicas, los manifestantes han recorrido en silencio un kilómetro hasta llegar a Guernica, en un itinerario en el que se han visto acompañados por la música de fondo de dos violines. Por último, se ha celebrado un acto en favor de los refugiados en el que Pilar Ostolaza, una mujer de 80 años que en su día fue refugiada, ha dado la bienvenida a las personas que se ven obligadas a dejar sus países de origen, escapando de las guerras. (EFE)