Tras el derribo del caza ruso, por parte de Turquía, el presidente ruso, Vladimir Putin, restringió severamente sus relaciones bilaterales. Los ciudadanos rusos temen las consecuencias.
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Veinticinco de las marcas de cerveza más bebidas en Rusia son producidas por EFES, una productora turca. 25 marcas que representan el 17% del consumo de cerveza en Rusia. Pero tanto les gusta la cerveza turca a los rusos que algunos estarían dispuestos a salir a la calle a protestar, si su venta es prohibida.
De repente muchos notan que Turquía es un importante inversionista en Rusia. En la misma Moscú se nota: los turcos fueron los más importantes creadores del moderno barrio de rascacielos Moscow City. La torre "Evolución" fue construida por la empresa turca "Renacimiento de la Construcción”. En total, más de 100 empresas de construcción turcas trabajan en Rusia y muchas desarrollan grandes proyectos de construcción de lujo, como las instalaciones deportivas de los Juegos Olímpicos de Sochi, la restauración de la Duma, la autopista M11 Moscú-San Petersburgo y la nueva terminal del aeropuerto de San Petersburgo.
¿Cómo reemplazar destinos turcos de turismo?
Mientras muchos se rompen la cabeza preguntándose cómo van a encontrar un puesto de trabajo cuando pierdan el que tienen con empresas turcas, 4,5 millones de sus compatriotas se preguntan en dónde podrán gastar su dinero en el futuro. Muchos rusos pasaron en 2014 sus vacaciones en Turquía. Y no conozco a nadie que no haya regresado contento. Turquía es uno de los países favoritos de los rusos. ¿Y ahora? "¿Tendremos que ir a la Crimea?", suspira una joven moscovita y pregunta: "¿Qué debemos hacer?".
Israel pesca en río revuelto y ha lanzado ahora una inmensa campaña para invitar a los rusos a conocer el Mar Muerto. Pero también Tel Aviv y Jerusalén se están poniendo de moda, dice Larisa Akhanova, de “Tez Tour”, uno de los mayores operadores turísticos. Larisa sabe que en Israel muchos hablan ruso, pero reconoce que para los rusos será muy difícil encontrar un país que reemplace a Turquía. “En Rusia no hay suficientes hoteles, no tenemos la infraestructura para que los rusos tomen sus vacaciones a la vez”, dice Larisa Akhanova a DW. Pero, según ella, “Abu Dabi, Chipre y Túnez podrían servir como destinos alternativos”. Y para los moscovitas y habitantes de San Petersburgo Alemania ya es popular. Alemania ocupa el tercer lugar, tras Egipto y Turquía, como uno de los destinos favoritos de los rusos. Berlín está a sólo 2,5 horas de vuelo de la capital rusa y los billetes aéreos son asequibles.
Muchos sectores industriales afectados
A partir de este 1° de enero de 2016 el tráfico sin visado entre los dos países quedará suspendido, así como los vuelos charter. Los vuelos regulares no se verán afectados, por ahora. De lo contrario, Turkish Airlines tendría que cancelar 88 vuelos diarios. Los productos "Made in Turkey" serán embargados. Se trata especialmente de cítricos y tomates, así como de textiles y piezas de automóviles. Ya se escucha que algunos funcionarios están impidiendo el libre transporte de artículos turcos, antes de que el decreto entre en vigencia.
Según el diario oficialista Izvestia, que cita al ministro ruso de Agricultura Alexander Tkachev, los rusos no notarán la falta de productos turcos e indica que “las alternativas están en Azerbaiyán, Uzbekistán, Marruecos e Israel”.
La primavera turca
Enfrentamientos en las calles, heridos y muertos: desde hace dos semanas, miles de turcos se han manifestado en contra del régimen del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. Y la historia no tiene un final a la vista.
Imagen: Getty Images
Alzados contra la violencia del Estado
Al menos cuatro muertos, miles de heridos y cientos de detenidos. Desde fines de mayo se acabó la tranquilidad en Turquía. Desde entonces se producen casi a diario choques entre los manifestantes y la policía: gases lacrimógenos y carros lanzaaguas, contra piedras y bombas molotov. Por momentos, las ciudades parecen zona de guerra.
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Manifestaciones masivas
"Estas protestas han mancillado la reputación de nuestro país". Eso declaró el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, defendiendo la dura represión policial. Incluso se refirió a los manifestantes como "marginados sociales". En esa ciudad han salido, a diario, más de 100.000 personas a expresar su descontento. Las protestas se han extendido también a otras localidades.
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Lucha contra la tala de árboles
Las protestas comenzaron como un movimiento de resistencia a un proyecto de construcción de un centro comercial en el Parque Gezi, que alberga a docenas de añosos árboles y se encuentra justo al lado de la plaza Taksim. Ese parque es uno de los últimos espacios verdes del centro de Estambul. Cuando comenzó la tala, los manifestantes levantaron un campamento para proteger el parque.
Imagen: Aris Messinis/AFP/Getty Images
Dura represión
Una dura respuesta ofrecieron las autoridades al campamento, que fue desalojado en un polémico operativo policial a finales de mayo. Las fuerzas de seguridad expulsaron a los pacíficos manifestantes con carros lanzaagua y gas pimienta. Esto generó un enorme malestar en la población.
Imagen: Reuters
Cientos de heridos
La policía intentó impedir que los manifestantes entraran a la plaza Taksim. Médicos turcos informaron que solo el 31 de mayo cientos de personas quedaron heridas, algunas de las cuales incluso perdieron la vista. Eso enardeció aún más a los ciudadanos, que comenzaron a ver cómo cada vez eran más quienes llegaban a protestar contra el gobierno.
Imagen: Reuters
Gobierno en la mira
El régimen de Erdogan está en el centro de las críticas. Su partido de corte islamista-conservador aplica políticas cada vez más autoritarias, en las cuales los manifestantes ven mayores restricciones legales a su libertad individual. Erdogan apoyó los planes de construcción en Estambul e ignoró las demandas de quienes estaban en las calles.
Imagen: Reuters
La chica de rojo
En una foto que circula en las redes sociales se ve a Ceyda Sungur, una funcionaria de la Universidad Técnica de Estambul, quien con su vestido rojo se ha convertido en un símbolo de las manifestaciones. En la escena, un policía le rocía, a corta distancia, su carga de gas lacrimógeno. Así como los expulsan, al día siguiente los manifestantes vuelven al mismo lugar, una y otra vez.
Imagen: Reuters
Policías en la niebla
La policía ha utilizado su arsenal más moderno para combatir el alzamiento ciudadano. Su accionar en distintas ciudades turcas ha sido cuestionado por el excesivo uso de la violencia, mientras funcionarios del régimen han detenido a personas acusadas de llamar a través de Twitter a participar en las marchas.
Imagen: picture-alliance/AP
Partidarios de Erdogan a la calle
A su regreso de un viaje por el norte de África, el primer ministro Erdogan recibió un contundente respaldo de sus partidarios, que lo fueron a esperar al aeropuerto de Ankara. En un discurso improvisado en el lugar, Erdogan advirtió que la paciencia se le estaba acabando. A su juicio, quienes protestan en su contra estarían trabajando "codo a codo con el terrorismo".
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Final abierto
Lo que comenzó como un movimiento para evitar la tala de árboles en un parque ha llevado a Turquía a sumarse a la lista de países de su región donde la ciudadanía ha salido a la calle a expresar su malestar. Por ahora no se ve un final para las manifestaciones.