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¿Guerra Fría en Suramérica?

7 de agosto de 2009

El acuerdo militar que está por firmar Colombia con Estados Unidos despierta temores de un conflicto militar en Suramérica. DW-WORLD habló con el politólogo alemán Günther Maihold sobre las implicaciones del acuerdo.

Presidente de Colombia Álvaro Uribe y el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.Imagen: AP/ dpa/ DW-Montage

Los conflictos políticos entre los gobiernos latinoamericanos se asemejan cada vez más a un juego de Mikado; una disputa debe ser resuelta a la vez, pero lograrlo es casi imposible sin reavivar controversias pendientes. En principio, son esas circunstancias las que exigen un apego estricto a las reglas del juego diplomático por parte de todos los participantes: mientras mayor sea el grado de dificultad de las negociaciones, más cuidadoso debe ser el lenguaje usado en las conversaciones.

Pero los dimes y diretes al otro lado del Atlántico tienden cada vez más a terminar en gestos hostiles y, a veces, hasta marciales. El Presidente venezolano, Hugo Chávez, advirtió el jueves (6.8.2009) que el acuerdo entre Estados Unidos y Colombia, que permitirá al primero usar siete bases militares en el territorio del segundo, puede desencadenar una guerra en Suramérica. Anunció además que Venezuela misma firmaría un acuerdo armamentista con Rusia en septiembre. ¿Tienen base los temores del presidente venezolano?

Distraer la atención internacional


“Esa es una imagen que a Chávez le gustaría ver convertida en realidad, pero eso está muy lejos de lo que los involucrados planean hacer”, asegura el Dr. Günther Maihold, subdirector del Instituto Alemán para Política Internacional y de Seguridad de Berlín, subrayando que el presidente venezolano necesita un enemigo externo que le permita sostener su perspectiva ideológica del mundo, desarrollar su política interna y distraer la atención internacional de las acusaciones según las cuales el Estado venezolano proporcionó armamento de gran calibre a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

“Chávez intenta construir una constelación de peligros para su país y crear la impresión de que una invasión militar está por ocurrir para disipar la impresión de que él apoya a las FARC; aunque eso es evidente desde hace algún tiempo porque Venezuela se ha convertido en parte de la cadena para traficar drogas desde Suramérica hacia el mundo. Y, naturalmente, en esa actividad están involucradas las FARC”, explica Maihold.

Preocupación en Latinoamérica


Sin embargo, la preocupación que se ha extendido por América Latina debido a la presencia militar estadounidense en Colombia es tangible y la posibilidad de que Chávez pudiera estar instrumentalizando políticamente la incomodidad de los Gobiernos regionales no deslegitima ese desasosiego. Ya en la edición del miércoles (5.8.2009) del diario español El país se comentaba que, aunque no se han dado a conocer detalles sobre el contenido del acuerdo entre Estados Unidos y Colombia, algunos analistas temen que las operaciones militares contra el narcotráfico, el tráfico de armas y la guerrilla de las FARC trasciendan el territorio colombiano.

De ahí que el Presidente colombiano, Álvaro Uribe, haya emprendido una apretada gira por el continente para tranquilizar a sus vecinos: Perú y Chile le dieron un espaldarazo; Paraguay mostró un apoyo moderado; Brasil y Uruguay admitieron sentirse preocupados e insistieron en que las operaciones militares se realizaran con transparencia; y Argentina y Bolivia manifestaron su desacuerdo con la presencia de militares estadounidenses en Colombia.

De Ecuador a Colombia


Seguidores de Chávez se manifiestan en Venezuela contra bases militares en Colombia.Imagen: AP

“El cierre de la base militar de Manta, en Ecuador, solicitado por el propio Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, es el motivo por el cual los militares estadounidenses se trasladan ahora a Colombia. Yo no puedo comprender el alarmismo que este traslado genera, porque, hasta ahora, esa base militar funcionó en Ecuador sin causar problema alguno; con todo y que Ecuador es un país miembro de la ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América)”, dice Maihold, refiriéndose a la conocida postura antiamericana de las naciones que integran esta organización.

El senador colombiano Darío Angarita, partidario de Uribe, ha dicho que el acuerdo en cuestión no ha sido concebido para agredir a nadie, aludiendo específicamente a Ecuador y Venezuela, que rompieron relaciones diplomáticas con Colombia en marzo de 2008 y julio de 2009, respectivamente, cuando ésta atacó un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano e hizo público el hallazgo del armamento venezolano en manos de ese mismo grupo guerrillero.

Venezuela, Ecuador y las FARC


En la actual crisis diplomática entre Colombia y sus dos vecinos, Ecuador y Venezuela, las FARC juegan un papel nada pequeño. A mediados de julio se difundió un video en donde el jefe militar de la organización terrorista, Mono Jojoy, afirma que las FARC financiaron la primera campaña electoral del Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en 2006. Un comunicado del grupo terrorista desmintió la información poco después, tensando aún más las relaciones entre Quito y Bogotá.

Un poco antes, el 2 de junio de 2009, Colombia informó a Venezuela que había hallado en poder de las FARC tres lanzacohetes AT-4 pertenecientes a las Fuerzas Armadas venezolanas. El Estado venezolano no dio respuesta a esa comunicación, pero se vio obligado a reaccionar un mes más tarde, cuando los fabricantes del armamento en cuestión confirmaron desde Suecia que los lanzacohetes habían sido vendidos a Venezuela en 1988. La respuesta de Chávez: la ruptura de relaciones con Colombia y un pronunciamiento que, según la prensa venezolana, dejó más incógnitas que certezas.

Cita en Quito


Günther Maihold, politólogo alemán.Imagen: SWP

Consultado sobre las implicaciones que podría tener para el Gobierno venezolano la constatación de que ha apoyado materialmente al grupo guerrillero colombiano, Maihold responde sin titubeos: “Chávez puede contar con que habrá sanciones. El apoyo a grupos ‘terroristas' es castigado por la comunidad internacional y eso es algo de gran importancia para un país como Venezuela, que depende de manera extrema del comercio internacional”.

Está por verse también si existen instancias en Latinoamérica capaces de limar las asperezas entre los gobiernos en discordia. El lunes 10 de agosto tendrá lugar la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Quito, en donde se tratará esta materia, aunque con la ausencia de la delegación colombiana. “El hecho de que Uribe no asista a la venidera cumbre hace evidente que él no encuentra en esa organización a ningún interlocutor pertinente”, dice Maihold. “Unasur no es el foro apropiado para solucionar estos asuntos. Allí se hace política simbólica y nada más”.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: Claudia Herrera Pahl

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