Gustavo Petro pide a Joe Biden que libere a ‘Simón Trinidad’
26 de noviembre de 2024
Aprovechando la tradición de los presidentes estadounidenses de otorgar indultos antes de dejar su cargo, el Gobierno de Colombia pidió el proceso a favor del exlíder de las FARC Juvenal Ovidio Ricardo Palmera.
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El Gobierno de Gustavo Petro pidió al presidente estadounidense Joe Biden que indulte al ex cabecilla de las disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Juvenal Ovidio Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, antes de que deje el cargo en enero de 2025, según trascendió este lunes (25.11.2024).
Simón Trinidad, un exbanquero que pasó por Harvard antes de convertirse en un líder de las FARC, fue capturado en Ecuador en 2004 y extraditado a Estados Unidos, donde cumple una condena de 60 años por secuestro, en una prisión de Colorado.
En un comunicado subido este lunes a la red social X (antes Twitter), la Embajada de Colombia en EE. UU. informó que el pasado 12 de noviembre envió una nota diplomática pidiendo el indulto "en un espíritu humanitario y con el propósito de contribuir a la agenda de paz de Colombia".
"Este esfuerzo busca garantizar la participación del señor Pamera en los procesos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), priorizando su contribución con la verdad para avanzar en la justicia y la paz en el país", escribió la entidad. La Embajada también solicitó "facilitar las condiciones técnicas" para que Simón Trinidad participe en las "audiencias virtuales requeridas por las autoridades judiciales colombianas".
Antes de dejar la Casa Blanca en manos de su sucesor Donald Trump, Biden tiene la posibilidad de otorgar indultos, lo que se ha convertido en una tradición para los presidentes estadounidenses. Sin embargo, la petición del Gobierno de Petro generó polémica en el país sudamericano.
"No queremos a los criminales en la calle"
En la misma red social, el exministro de Defensa y exembajador en Washington Juan Carlos Pinzón llamó a Estados Unidos a que "en ningún caso" aceptara la petición.
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Por su parte, la senadora del Centro Democrático Paloma Valencia dijo que, "a través de la modalidad de gestores de paz, hemos visto salir a los peores criminales. Primero la liberación de paramilitares; ahora parece que también se pretende la de Simón Trinidad. Los colombianos no queremos a los criminales en la calle, sino en la cárcel".
La mayor organización guerrillera de América acordó dejar las armas en 2016, pero algunos grupos disidentes siguieron operando y desde entonces se han fortalecido en armamento y número de combatientes. Ocho años después, también han crecido las críticas contra el tribunal especial creado para juzgar los peores crímenes del conflicto porque aún no ha emitido su primera sentencia.
ama (afp, efe)
Acuerdo de Paz en Colombia: 52 años de guerra y cinco de paz
Hace cinco años, Colombia firmó la primera versión del Acuerdo de Paz con las FARC, que luego fuera complementado y suscrito el 24 de noviembre de 2016. Los guerrilleros fueron primero idealistas, y luego criminales
Imagen: picture-alliance/dpa
Los campesinos se convierten en un ejército
A mediados del siglo XX se libra una batalla entre bandos políticos de Colombia. Los grupos de izquierda crearon repúblicas independientes en zonas remotas, que fueron tomadas gradualmente por las tropas gubernamentales. Dos de los líderes de la "República de Marquetalia" se escapan: en 1966 Manuel Marulanda y Jacobo Arenas (izq.) fundan las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC).
Imagen: ALATPRESS/AFP
La insurgencia como forma de vida
En el Amazonas, los campesinos tienen una ventaja táctica: conocen el terreno. Pronto las FARC aprenden de otros grupos guerrilleros de América Latina y comienzan a reclutar a estudiantes y habitantes de los barrios marginales de las ciudades, entre ellos, más de 18.000 menores. Las mujeres también se unen, o son obligadas a unirse a los rebeldes. Aunque tienen estrictamente prohibido tener hijos.
Imagen: ALATPRESS/AFP
Mercenarios, narcotraficantes, extorsionadores
Más tarde, varios frentes del grupo marxista se involucran en el narcotráfico: se ofrecen como mercenarios a los cárteles de la cocaína y luego participan en el cultivo. Mientras el ejército colombiano, con el apoyo de Estados Unidos, destruye las zonas de cultivo y los laboratorios de drogas (foto), las ganancias suben.
Imagen: Guillermo Legaria/AFP
El secuestro como modelo de negocio
Los ingresos de las FARC se llegaron a estimar en cientos de millones de dólares al año. También, producto del secuestro que ellos llamaban “toma de rehenes”. Las FARC habrían secuestrado a casi 10.000 personas entre 1970 y 2010. La víctima más destacada fue la política ecologista Ingrid Betancourt en 2002. Sólo después de 6 años las fuerzas militares liberaron a Betancourt y a otras 14 víctimas.
Imagen: Remi Ochlik/MAXPPP/picture alliance/dpa
La lucha por la paz
Ya en la década de 1980, las FARC negociaron un frágil alto el fuego inicial con el gobierno colombiano. En los años 90, presentaron un programa político de diez puntos. En 2001, el líder de las FARC Manuel Marulanda (derecha) se reúne con el presidente Andrés Pastrana para reanudar las conversaciones de paz. Pero la reunión no tuvo éxito.
Era poco probable que las FARC y el gobierno colombiano llegaran a un acuerdo, entre otras cosas, porque los rebeldes intensificaron los actos terroristas durante las negociaciones. No mostraban ninguna consideración por las víctimas civiles, como aquí en Medellín, en 2003, cuando un coche bomba hirió a 30 personas y mató a seis, entre ellas a un niño pequeño.
Imagen: Vergara/AFP/picture alliance/dpa
Terror de izquierda y de derecha
La Masacre de Bojayá es el nombre con que se conoce este crimen de lesa humanidad. En esta iglesia del Chocó murieron unos 119 civiles, víctimas de la explosión de una pipeta de gas lanzada por las FARC el 2 de mayo de 2002. El crimen fue cometido en enfrentamientos con paramilitares (AUC) por el control del acceso al río Atrato. Unas 250.000 personas murieron en el conflicto, la mayoría civiles.
Imagen: picture-alliance/dpa
Guerrillas debilitadas
Álvaro Uribe, elegido presidente en 2002, intensifica la guerra. El 1° de marzo de 2008, la Fuerza Aérea de Colombia mata al subjefe de las FARC, Raúl Reyes, y poco después muere Marulanda. Su sucesor también cae en 2011. En 2008, las FARC se habían reducido a unos 8.000 miembros, frente a los 20.000 de la década de 1990. La mayoría desertó. Juan Manuel Santos era entoces ministro de Defensa.
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Colombia firma el Acuerdo de Paz
Así debilitadas, las FARC inician conversaciones de paz con el nuevo presidente, Juan Manuel Santos (izq.). Las negociaciones tendrán lugar en Cuba. El 26 de septiembre de 2016, el líder rebelde Timoleón Jiménez (centro) y Santos firman la primera versión del Acuerdo de Paz. Una estrecha mayoría de colombianos votó en contra en un referéndum no vinculante.
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El desarme de los rebeldes
Al firmar, las FARC se comprometen a desarmarse. Unos cientos de rebeldes se niegan, los otros 7000 aproximadamente se enfrentan a la reintegración en la vida civil. Los sospechosos de haber cometido violaciones de los derechos humanos son llevados ante un tribunal especial. A principios de 2021, los miembros de la dirección también fueron acusados por primera vez.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture alliance
Reconciliación entre guerrilleros y víctimas
Algunos excombatientes de las FARC trabajan activamente por la reconciliación con la sociedad colombiana, y especialmente con sus víctimas. Aquí, el exguerrillero Rodrigo Granda se reúne con la hermana de dos víctimas de secuestro para pedir perdón. Las víctimas también participan en proyectos de reinserción.
Imagen: Fernando Vergara/AP Photo/picture-alliance
Todavía queda mucho camino por recorrer
Las FARC son ahora un partido político: Los Comunes. Pero muchos acusan al Gobierno de Iván Duque de no aplicar partes esenciales del Acuerdo de Paz. Algunos rebeldes regresaron a grupos armados criminales. Entre ellos, los dos principales negociadores del Acuerdo de paz, Iván Márquez y Jesús Santrich. A mediados de 2019, anunciaron en un video que había comenzado la "segunda Marquetalia".