Una imagen de la destrucción masiva: a tres días de los ataques de Hamás, que la UE y Estados Unidos califican como una organización terrorista, se han intensificado los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, había prometido venganza: "Lo que les haremos a nuestros enemigos en los próximos días, tendrá eco durante generaciones".

De acuerdo con información de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH), casi 800 edificios han sido destruidos en la Franja de Gaza y más de 5.000 están gravemente dañados. Además, unas 400.000 personas se habrían quedado sin acceso a los servicios de agua.

Tras ataques aéreos contra el campamento de refugiados en Jabaliya, en el norte de la Franja de Gaza, rescatistas buscan supervivientes. Según las autoridades locales, hasta ahora, los ataques aéreos en Gaza han dejado 830 muertos y 4.200 heridos. Del lado israelí, se reportan unas 900 víctimas mortales y más de 2.600 heridos tras los ataques de Hamás.

También un niño perdió la vida en el ataque contra el campamento de refugiados en Jabaliya. Un hombre sostiene el cuerpo del difunto en sus brazos, que será enterrado junto con otros muertos. De acuerdo con las autoridades sanitarias en Gaza, entre las víctimas mortales hay más de 140 niños y más de 100 mujeres.

Sentados sobre el techo de una camioneta, palestinos huyen de los bombardeos israelíes. Las Naciones Unidas informan que más de 187.000 personas han abandonado sus casas. Unas 137.000 estarían alojadas en escuelas, otras 40.000 se habrían refugiado en alojamientos privados. Después de que Israel bloqueara las salidas de la Franja de Gaza, ya no es posible huir de allí.

Tropas israelíes vigilan la frontera con Gaza. En la noche del siete de octubre, milicias islamistas de Hamás lograron entrar en territorio israelí por varios puntos fronterizos. La kilométrica valla fronteriza entre los territorios palestinos e Israel fue construida en 1994. También en la frontera entre la Franja de Gaza y Egipto hay una valla de varios kilómetros.

Después de que el gobierno de Israel movilizara a unos 300.000 reservistas, muchos temen una ofensiva por tierra del Ejército israelí. Vehículos y equipamiento militares han sido concentrados en la frontera con Gaza. Asimismo, la población en las localidades fronterizas en Israel ha sido evacuada casi por completo.

En la Franja de Gaza aumenta el miedo ante una catástrofe humanitaria. El secretario general del Consejo Noruego para Refugiados, Jan Egeland, advirtió de una "catástrofe total". En su opinión, un "castigo colectivo" contra la población viola el Derecho internacional. "Si niños heridos mueren en hospitales por falta de electricidad, podría considerarse un crimen de guerra", dijo.

Yahya Sinwar, el jefe militar de Hamás en la Franja de Gaza desde 2017, es considerado uno de los cerebros detrás de los ataques terroristas contra Israel. Este extremista, aquí en una imagen de 2022, creció en un campamento para refugiados en Gaza y es la segunda persona más poderosa detrás del dirigente de Hamás. Según Sinwar, los palestinos son mártires que prefieren morir que ser humillados.

La espiral de la violencia continúa. Un portavoz de Hamás dijo a agencias que, cada vez que Israel lanza un ataque aéreo contra la población civil sin advertencia, moriría un rehén israelí. Por su parte, el ministro de Exteriores de Israel, Eli Cohen, reaccionó a la amenaza y respondió que los "crímenes de guerra" contra rehenes no se perdonarán.