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¿Ha funcionado el acuerdo de cereales entre Rusia y Ucrania?

Arthur Sullivan
16 de marzo de 2023

El acuerdo de exportación de cereales alcanzado en julio de 2022 entre Rusia y Ucrania expirará el 18 de marzo. Los expertos y las organizaciones en seguridad alimentaria dicen que es esencial que se renueve el acuerdo.

Trabajadores acarrean bolsas de cereales a un depósito del Programa Mundial de Alimentos en Etiopía.
Cereales del Programa Mundial de Alimentos en Etiopía.Imagen: Eduardo Soteras/AFP/Getty Images

Durante los cinco meses que siguieron a la invasión rusa, Ucrania, líder en producción de cereales y otros productos agrícolas, no pudo exportar esos bienes al mundo. El bloqueo de Rusia a los puertos ucranianos cortó una arteria vital del sistema alimentario global.

Según expertos en seguridad alimentaria, eso suponía una catástrofe potencial para los países más pobres del mundo, debido a la escasez de granos y al consecuente aumento de los precios. Rusia  y Ucrania llegaron finalmente a un acuerdo en julio de 2022, con la mediación de Turquía y la ONU, para poner fin al bloqueo.

La Iniciativa de Granos del Mar Negro no ha sido del todo fácil, pero se ha mantenido en gran medida, a pesar de las amenazas de Rusia de retirarse del pacto. Dado que el acuerdo expira el 18 de marzo, las negociaciones para renovarlo están en marcha. Pero Rusia dijo a inicios de esta semana que estaba dispuesta a extenderlo por 60 días, la mitad de los 120 días que acordó cuando el trato se renegoció previamente, en noviembre de 2022.

Moscú dice que no está dispuesta a alargarlo más de 60 días debido a las restricciones que pesan sobre sus propias exportaciones agrícolas. Aunque las exportaciones rusas no han sido directamente sancionadas, las sanciones secundarias impuesta sobre la logística y los seguros dificultan la operativa, según funcionarios rusos. Y Moscú viene señalizando su descontento en ese punto desde hace meses.

Según el Programa Mundial de Alimentos, 382 millones de personas en 82 países se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda.Imagen: Sergey Bobok/AFP/Getty Images

¿Cuál es el trato?

William Moseley, profesor de Geografía del Macalester College, de Minnesota, EE. UU., y miembro del Panel de Alto Nivel de Expertos en Seguridad Alimentaria y Nutrición de la ONU (HLPE-FSN, por sus siglas en inglés), dijo a DW que es verdad que Rusia ha tenido dificultades para exportar fertilizantes debido al acuerdo. Pero las exportaciones de trigo ruso se han duplicado, subraya, sugiriendo que a Rusia "le está yendo muy bien” en ese sentido.

Bernard Lehmann, experto sénior en seguridad alimentaria y presidente del HLPE-FSN, dijo a DW que el acuerdo sobre los cereales tuvo un impacto significativo en aliviar el hambre en partes del norte y el este de África, así como en Medio Oriente y Asia.

"Sin el acuerdo, habría escasez de grano para estas importaciones, y los precios en general habrían subido aún más, haciendo muy, muy cara la compra de trigo de otros países", explicó. "Entonces, el acuerdo, en general, calmó al mercado, y los países mencionados anteriormente se beneficiaron de eso".

Moseley, por su parte, describe al acuerdo como un "éxito calificado”, ya que hizo que los precios internacionales de los cereales cayeran un 8 por ciento desde marzo y permitió a Ucrania abrir la capacidad de almacenamiento y seguir produciendo. En Yemen y Somalia, por ejemplo, golpeadas por conflictos armados, "la crisis es más aguda”, señaló, por lo cual el trato no ayuda en esos casos, si bien el PMA, que sí lo hace, utiliza históricamente una gran cantidad de cereales de Ucrania.

¿Granos para los ricos?

Una de las críticas que persisten en torno al acuerdo sobre granos es que los países más ricos, también varios de la UE, recibieron más cereales de Ucrania, luego de que terminó el bloqueo, que los países de las regiones más pobres. Según Moseley, eso es cierto, pero gran parte de lo que se embarcó a través de la iniciativa era maíz, no trigo. El punto principal del acuerdo sobre granos, añadió, es cómo impactó en los mercados internacionales de cereales, más que el flujo de los cereales ucranianos en sí.

Lehman confía en que la renovación del acuerdo sea en interés de Rusia. Moseley coincide, diciendo que Moscú puede verlo como una forma de ganarse el favor de sus aliados en África. Pero dice que, aunque prolongar el acuerdo es beneficioso a corto plazo, "a largo plazo necesitamos un sistema alimentario global más resiliente, alimentado por una gama más amplia de granos de fuentes más diversas".

(cp/ms) 

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