En realidad, el Habsburgo de Viena era la sede oficial de los gobernantes de Austria, pero la joven esposa del emperador amaba el Palacio de Schönbrunn, que fue un regalo de su padre. Ella lo decoró de acuerdo a sus gustos. Schönbrunn es hoy Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO, y una de las atracciones turísticas más populares de Austria.

Quien mira hacia arriba en la Gran Galería del Palacio de Schönbrunn, puede apreciar a María Teresa exactamente en el centro del techo. Ella hizo de Schönbrunn un centro de representación cortesana, donde la realeza de Europa entraba y salía. La Gran Galería es considerada hoy como uno de los más preciados salones rococó de Europa.

Si bien es cierto, su esposo Francisco I era el gobernador oficial, María Teresa dirigía asuntos de Estado. Ella introdujo la educación obligatoria e hizo populares las patatas en el país. Era considerada una leyenda viviente y era retratada a menudo. La apariencia y la ropa de las celebridades de entonces, eran tema de conversación, como hoy en día, en la sociedad.

En la Iglesia Agustiniana en el centro de Viena, María Teresa y Francisco Esteban de Lorena se dieron el sí en 1736. En la actualidad, las misas se celebran aquí. Pero si quiere estar más cerca a María Teresa, puede ir a la “Cripta del corazón”: aquí se encuentra su verdadero corazón en una urna de plata.

María Teresa hizo expandir también la casa de vacaciones de Habsburgo. Característico del lugar es la inscripción en latin "Rerum irrecuperabilium summa felicitas est oblivio" - traducido: Bienaventurado el que olvida lo que no puede cambiar. La Casa Verde de Lusthaus en el parque era su lugar favorito. Ella jugaba a las cartas en el jardín, donde actualmente se llevan a cabo conciertos y bodas.

María Teresa montaba caballo aquí. Por ejemplo con el "Carrusel de damas”, una formación de carruaje de caballos para celebrar una importante victoria militar. Recién en 2016, después de 450 años de existencia, la Escuela de Equitación Española tiene a una mujer, Hannah Zeitlhofer, como jinete y entrenadora. Esta escuela de equitación es parte del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO.

En 1744, María Teresa dejó construir este palacio en el bastión agustiniano. En el edificio de Representación y Administración vivió luego su hija preferida Marie Christine, que compartía con su marido Albert la pasión por la colección de arte. Actualmente, la Albertina es una de las instituciones de arte más importantes de la ciudad con obras de Albrecht Dürer y hasta obras de Egon Schiele.

Cuando María Teresa murió en 1780 a la edad de 63 años, habría llevado puesta la bata de su marido. Sus restos yacen en la Cripta Imperial, que fue reservada para los emperadores de Habsburgo, en un doble sarcófago junto a su esposo Francisco Esteban. En un sencillo ataúd anterior descansa su hijo José II. En total, aquí reposan los restos de 12 emperadores y 19 emperatrices y reinas.

María Teresa tenía una cara llena, ovalada y una frente amplia. Además de cabello rubio, ligeramente rojizo, y ojos azules. Esta es la María Teresa de cera inmortalizada en el museo Madame Tussauds de Viena. Para el “selfie” hay una silla junto su imagen. Por la cantidad de visitantes por el aniversario número 300 de su nacimiento, probablemente solo se podrá estar de pie, como en sus audiencias.

Quien ordene una María Teresa en un café de Viena, debe contar con un doble de moca con nata y licor de naranja. Hoy en día existen en la capital austríaca alrededor de 150 salones de cafés clásicos con suelos de madera, sillas sencillas y bancos de felpa. En 2011, la cultura del café vienés fue reconocida oficialmente como patrimonio de la humanidad. (ct)