El Braunschweiger Zeitung, de Alemania: “Los alemanes no se hacen fácil con su historia. El 13 de agosto de 1961 es una fecha histórica en la que se debe rememorar con respeto a las víctimas. El Muro de Berlín fue derribado, pero el recuerdo de las personas vive.”

13 de agosto: día trágico y difícil para alemanes

Die Welt, de Berlín: “A los pueblos sólo les interesa el destino de las personas más cercanas: mientras traen a memoria sus momentos felices, los demás permanecen incógnitos, extraños, se diluyen en lo no concreto.

Esta es la razón por la cual el 13 de agosto no es un día que los alemanes comprendan. Los llamados de cada 13 de agosto se han vuelto de año en año menos sensibles. Esto se debe también a que para ambas partes de la Alemania reunificada este día es día trágico y difícil.

Para el Este, la construcción del Muro significó el encarcelamiento. Occidente no pudo evitar la división, resignándose a aceptar el hecho años más tarde. Una división que vista hoy fue totalmente irracional. Una división de una nación que no nadie defendería. Por esta razón recordar la construcción del Muro es tan importante.”

Georgia regaló victoria a Rusia y propinó derrota a Washington

Der Kurier, de Viena: “El presidente (de Georgia) Saakashwili le regaló a Rusia una victoria y le propinó a Estados Unidos una derrota, y todo, como nunca Moscú se lo hubiera soñado: Osetia del Sur y Abjazia, de las que Georgia han sido, prácticamente sacados, quedan sin el control central de Georgia.

Rusia aprovechó esta oportunidad para demostrarles a otros insurrectos que ha recuperado su poder de decisión y su fuerza. Lo que ahora espera Moscú es la salida de Mijail Saakashvili, de la presidencia de Georgia.

Los rusos se conformarían con que en su patio trasero (Georgia) rigiera alguien que fuera neutral ante Estados Unidos.”

“Europa no hace respetar a Georgia por no enojar a Rusia”

La Gazeta Wyborcza, de Varsovia: “La vieja Europa no escucha ni a Polonia ni a los lituanos ni a los ucranianos. La vieja Europa no quiere hacer enfadar a Rusia y considera la integridad de las fronteras de Georgia como un asunto desdeñable por la que no vale la pena endurecer las relaciones con Moscú.

Sobre una posición así podemos enojarnos; obligar a la vieja Europa no podemos. Lo único que podemos hacer es instar a un cambio de posición.”