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El Perú de Humala

6 de junio de 2011

Para llegar a puerto, Ollanta Humala tuvo que tirar por la borda–por lo menos verbalmente- pesados fardos. Su mayor desafío: lograr alianzas que le permitan gobernar Perú y enfrentar la corrupción, dice analista a DW.

Victoria para Ollanta HumalaImagen: dapd

Ollanta Humala, militar retirado y doctor en Ciencias Políticas, ha ganado la segunda vuelta de las elecciones en Perú. Aún antes de conocerse los resultados definitivos, su contrincante conservadora, Keiko Fujimori, aceptó la victoria del nacionalista Humala. Los ecos de este anuncio aún no se habían apagado, cuando las acciones de mineras líderes en la bolsa peruana se desplomaban.

¿Temor al nacionalismo?

El discurso fuertemente nacionalista empleado en la primera vuelta de la campaña electoral infunde temor; el apoyo humano y material del presidente venezolano, Hugo Chávez, nutre las dudas. Con todo, “hay muchas clases de nacionalismo”, dice a DW Anna Ayuso, especialista en América Latina en el Centro de Estudios de Investigaciones Internacionales de Barcelona. “Si bien esta línea es consustancial al discurso de Humala –y está presente en muchos dirigentes latinoamericanos-, ha tratado de rebajar su nacionalismo excluyente”, explica Ayuso.

Tanto es así que hay términos que han sido evitados en el último trecho del camino por llegar a la presidencia; uno de ellos es `nacionalización´. No obstante, Humala sí ha hablado de una mayor regulación estatal y “de que las exportaciones reviertan en las políticas públicas; esto ha asustado a algunos inversionistas que temen que haya una mayor fiscalización”, explica la investigadora quien por otro lado sí cree que el presidente electo se va a esforzar por poner en marcha medidas sociales.

Del Chavismo al Lulismo

Que su contricante sea hija de Alberto Fujimori y que Ollanta moderara su discurso lo han llevado al triunfoImagen: AP

“Probablemente vaya seguir las políticas de Brasil y de otros países de alrededor en cuanto a lucha contra la indigencia y hará llegar estas medidas a los lugares más pobres en la zona rural, la menos beneficiada del crecimiento tan grande que ha tenido el Perú. Esto representaría un pequeño esfuerzo fiscal”, puntualiza Ayuso agregando que representaría cumplir una promesa electoral. En su campaña Humala se presentó como el Lula del Perú; atrás va quedando la opción de calzarse las botas del Socialismo del Siglo XXI del controvertido presidente venezolano. En este sentido, para poder llegar a puerto, Ollanta Humala tiró por la borda –por lo menos verbalmente- varios pesados fardos: su plan de una reforma constitucional y la posibilidad de reelección.

“Ello explica”, así Ayuso, “que un sector de la clase media haya acabado por darle su voto”. También tuvo que moderar el tono en su postura contraria a los tratados de libre comercio que tiene el Perú –uno con Estados Unidos y otro, recién firmado, con la Unión Europea. Un respeto a los acuerdos internacionales, prometió el presidente electo, “lo que no quiere decir que no intente condiciones o requisitos adicionales que traten de compensar lo que él catalogue de perjuicios para Perú”, puntualiza Ayuso.

Prometiendo renovación

Sin mayoría en el Congreso, el ex comandante tendrá que pactarImagen: AP

¿Reformas de más calado que incluyan cambios estructurales en la producción y en el reparto de la renta? “Le va a resultar muy difícil. Va a tener la resistencia de unos sectores de mucha concentración de poder que están básicamente en Lima, donde él no tiene apoyo”, comenta. Si a esto se suma que Ollanta Humala –que en su momento representó la idea de un Perú con los límites incaicos- gobernará con medio país en su contra y sin mayoría en el Congreso, está claro que va a tener que pactar.

"Habrá que ver qué postura tendrán las oligarquías y en qué medida los medios de comunicación –que están mayormente en manos de ese sector- tratan de hacer una desestabilización del Gobierno. Va a tener que estar jugando a varias manos. Eso no es fácil”, dice la investigadora, puntualizando que el ex presidente Alejandro Toledo-uno de los sus contendores en la primera vuelta- probablemente se vuelva su aliado. En cuanto a la integración regional, el apoyo del Brasil de Dilma parece garantizado; también el de Mauricio Funes en El Salvador, el de Fernando Lugo en Paraguay, el de Evo Morales en Bolivia; el de Chávez en Venezuela. “Si se mantiene en la línea moderada, puede ser un ejemplo para mejorar las relaciones regionales”, prevé Ayuso.

Sombras del pasado

Con todo, el comandante Ollanta Humala –sobre quien pende la sombra de violaciones a los derechos humanos anteriores a su carrera política- llega al poder gracias a que su contrincante es hija del ahora encarcelado Alberto Fujimori.

“Afrontar el problema de la corrupción que está vinculado al narcotráfico será un desafío. El fujimorismo –que escribió algunas de las páginas menos brillantes de la historia de Perú- basa sus raíces en el mantenimiento de sus mecanismos de control a través de redes de corrupción. Ése es el gran reto de Humala”, opina la analista política quien no rebosa de optimismo: “Creo que va a ser complicado y que las reacciones van a ser virulentas si ataca la raíz. Pero sí se pueden conseguir avances, comenzando por la mejora de la administración de Justicia”.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas

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