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Hallig Hooge: ideal para desconectarse

5 de agosto de 2009

Quien de verdad se quiera desconectar encontrará en la Hallig Hooge de la llanura mareal de Schleswig-Holstein, un paraje natural intacto, el mejor lugar para dedicarse a la contemplación.

Colina artificial en la llanura mareal de Halling Hooge.Imagen: AP

"¿Necesita vacaciones en una isla?" Cualquiera que lance este comentario pasará por ignorante: desde el punto de vista geográfico, Hallig-Hooge no es una isla. Y, aún así, la pregunta calza a la perfección con la perspectiva de unas vacaciones en Hooge. Lejos del estrés de la gran ciudad, aquí se encuentra la tranquilidad necesaria y eso, todos los días del año.

Mar infinito

Excursión por Föhr.Imagen: foehr.de

Tras Langeness, Hooge es la segunda mayor de las "hallig" del Mar del Norte y, aún así, su tamaño no supera los seis kilómetros cuadrados. Unas tres horas se tarda en recorrer su dique exterior. Si la vista es buena, desde el este de puede se divisan la tierra firme y sus muchos molinos de viento. Desde el sur, la isla de Pellworm y la puntiaguda torre de su iglesia parecen estar a escasos metros de distancia. Desde el norte se vislumbran Langeness, Föhr y Amrum. Pero el oeste reserva, sin embargo, las vistas al mar infinito.

Capas de lodo

Como todos los "hallig" de esta zona, Hooge surgió de la marea viva de 1632 al separarse para siempre de tierra firme parte de la costa occidental de Schleswig-Holstein. En estos inicios se basan también las diferencias que la distinguen de una isla común. Las islas frisias cuentan con un núcleo de piedra, mientras que los "halling" se componen de capas de lodo semejantes a las que se encuentran en las regiones costeras. Su nombre procede de la palabra frisia para designar la sal, "hal", mientras que la terminación "lig" hace referencia a algo que ocupa una posición horizontal.

El peligro de las mareas

La isla de Pellworm desde el aire.Imagen: dpa

Desde que en 1634 la región se viera afectada por otra gran marea viva, el paisaje en esta zona no ha cambiado de manera sustancial. Aún así, en Hooge están acostumbrados ha vivir bajo la amenaza de las mareas. Las casas han sido construidas sobre 10 colinas artificiales, llamadas "Warften". Incluso si sube el agua, las construcciones permanecen en la superficie mientras el resto se inunda.

También el rey pasó por aquí

Las caminatas son sin lugar a dudas el punto álgido de unas vacaciones sobre en Hooge. Debido a lo impredecible del terreno y del tiempo se recomienda ir siempre acompañado de un guía del lugar. Quien además de esta vivencia natural quiera disfrutar de algo de cultura puede visitar el museo local o el "Königspesel" en el centro de Hooge: la habitación embaldosada de una granja en la que pernoctó el rey danés Friedrich VI cuando en 1825 se acerco hasta aquí para comprobar los daños ocasionados por una marea.

Hallig Hooge.Imagen: Flickr/akuhlmann74

Historias y leyendas

Ya la primera marea viva de 1362 arrasó con la ciudad de Rungholt y sobre ella circulan muchas leyendas. Al parecer, cuando brilla la Luna llena puede escucharse todavía el repicar de las campanas de Rungholf. Quien las hace es sonar el sacristán Ekke-Nekkepenn, que al parecer sigue deambulando por Hooge en honor del que se ha erigido aquí una pequeña estatua.

Autor: pg/wa

Editor: José Ospina Valencia

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