Hamburgo: ataque a casa del vicecanciller cuando iba al G20
30 de noviembre de 2018
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Un grupo de encapuchados atacó la residencia del vicecanciller y ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, en Hamburgo. En la noche del jueves al viernes (30.11.2018), un grupo de al menos diez personas incendió primero un neumático frente al edificio de apartamentos en el distrito de Altona, donde Scholz tiene su vivienda, y luego arrojó frascos de mermelada llenos de pintura negra contra la pared de la casa. Los autores se dieron a la fuga después del ataque.
El político, del Partido Socialdemócrata alemán SPD, estaba en esos momentos camino a Argentina para asistir a la cumbre del G20 con la canciller, Angela Merkel, y no estaba en casa. Cuando tiene que trabajar en Berlín, Scholz, que también fue alcalde de Hamburgo, se aloja en otro apartamento próximo a Potsdam.
Una patrulla de la Policía que pasaba casualmente por allí descubrió el neumático en llamas y lo apagó. Estaba junto a un puesto de vigilancia de la Policía de Hamburgo que se usa para proteger la casa de Scholz, pero solo si está en la ciudad. El político, de 60 años, vive en el apartamento junto con su esposa Britta Ernst, que es ministra regional de Educación en Brandeburgo. La Policía cree que los atacantes también planeaban romper las ventanas del edificio, ya que se encontraron adoquines sueltos en las inmediaciones.
Un gran número de agentes buscó sin éxito a los autores del ataque. Se investiga actualmente si fue un delito político. No está claro aún si el ataque está relacionado con el inicio de la cumbre del G20 en Buenos Aires. (dpa/europapress)
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Hamburgo, escenario de una batalla campal (07.2017)
La violencia se ha apoderado de distintos barrios de la ciudad alemana de Hamburgo, donde las protestas contra el G20 se han convertido, por momentos, en verdaderos actos de vandalismo.
Imagen: Reuters/H. Hanschke
Policías por montones
Casi 20 mil agentes de la Policía se desplegaron en Hamburgo durante la realización de la cumbre del G20. Como vemos, algunos de ellos estaban fuertemente armados. Sus tareas no se remitieron a resguardar la seguridad de los importantes invitados, sino también a enfrentar las manifestaciones y controlar los desmanes que se desataron en el curso de las últimas jornadas.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Marks
Batallas campales
Aunque no todas las protestas fueron violentas, sí hubo varias que se vieron superadas por los excesos de grupos violentistas y transformaron la ciudad en campo de combate. Las autoridades esperaban estos escenarios, aunque este sábado 8 de julio la policía reconoció "niveles nunca antes vistos" de violencia. Al menos 213 agentes resultaron heridos, algunos de ellos con lesiones graves.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/M. Schrader
Barricadas y gases
Los enfrentamientos entre grupos antiglobalización y las fuerzas de seguridad se sucedieron en distintos sectores de la ciudad, y prácticamente a toda hora. Los choques más duros fueron protagonizados por el llamado "bloque negro", un grupo antisistema cuyos miembros van encapuchados. La Policía les exigía dejar al descubierto su identidad, lo que daba pie a disputas.
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS/O. Messinger
Una ciudad que sufre
Nadie sabe qué culpa purgó este paradero de buses, pero fue víctima de la violencia de los enfrentamientos, así como numerosas vitrinas, cajeros automáticos, máquinas expendedoras de boletos de transporte, señalización y toda clase de mobiliario urbano que ahora debe ser repuesto. Los más perjudicados con estos destrozos son los vecinos de Hamburgo.
Imagen: DW
Violencia nocturna
Bicicletas que tenían la mala fortuna de estar estacionadas en la calle, señales de tránsito y prácticamente cualquier cosa que estuviera al alcance de la mano servía para montar barricadas que dificultaran la acción de la policía. Las autoridades reportaron decenas de vehículos quemados y 63 detenciones solamente en la madrugada del sábado.
Imagen: Reuters/H. Hanschke
Fuego en Hamburgo
Las barricadas terminaron convertidas en enormes llamaradas, mientras grupos violentistas lanzaban piedras, trozos de madera, petardos y otros fuegos de artificio a las fuerzas de seguridad. En el barrio de Schanzenviertel se vivieron escenas de violencia inusitada. Entre los lesionados hay un policía al que le reventó un petardo en la cara y que podría perder la visión de un ojo.
Imagen: Reuters/F. Bensch
Destrucción y saqueos
En la calle Schulterblatt, conocida por sus cafés, restaurantes y tiendas de ropa, un supermercado Rewe fue saqueado y destruido por decenas de exaltados. La policía se vio obligada a desplegar grupos antidisturbios para controlar una situación que estaba escapando de sus manos. Helicópteros apoyaron desde el aire. Pocas veces Hamburgo había visto escenas de este tipo.
Imagen: Getty Images/AFP/O. Andersen
¿Qué tiene que ver esto con el G20?
No solo el supermercado Rewe sufrió la ira de los encapuchados. La droguería Budnikowsky fue destruida y arrasada por grupos que también golpearon a vecinos y a personal médico de las ambulancias que llegaban al lugar. El periódico Die Welt habló de una "absurda mezcla entre guerra civil y happening" y de agentes diciendo que esto "es una guerra".
Imagen: Reuters/P. Kopczynski
Malestar policial
El jefe en Hamburgo del sindicato policial, Jan Reinicke, criticó lo sucedido: "La situación ha exigido a la policía hasta el extremo", dijo el dirigente, según recoge el semanario Der Spiegel. "La política es la única responsable de la enorme cantidad de agentes heridos y de la destrucción de la ciudad", agregó. Para él está claro que "Hamburgo nunca debió ser sede de la cumbre del G20".
Imagen: DW/J. Witt
A limpiar este caos
Las primeras luces del día dejaron en evidencia la magnitud de los destrozos. La situación es tan grave que llegó al campo político, donde la Unión Cristiano Demócrata (CDU) acusó al alcalde de Hamburgo, el socialdemócrata Olaf Scholz, de haber subestimado la capacidad de acción de los violentistas. La Policía, en tanto, realiza una búsqueda casa por casa de miembros de grupos ultraizquierdistas.