La ciudad hanseática pretende ser más ecológica eliminado de las oficinas públicas productos no ecológicos como las cápsulas de café, tratando de dar ejemplo en políticas de compras.
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La ciudad de Hamburgo gasta anualmente unos 250 millones de euros en productos y servicios: café, productos de limpieza, material de oficina, lámparas, muebles, coches, reparaciones y transporte. Hasta ahora, para la compra primaba como argumento el precio y la comodidad, mientras que el componente ecológico tenía solo un papel secundario. Una actitud que ahora la ciudad pretende cambiar.
El Senado de Hamburgo acordó adoptar estándares más ecológicos en todas las compras municipales. El objetivo es adquirir productos y contratos aun más respetuosos con el medio ambiente. Para eso, los encargados de la compras del ayuntamiento, escuelas y guarderías deberán atender a que la huella ecológica de los productos y servicios sea lo más limpia posible.
En este cometido, los departamentos de compra se podrán ayudar de una guía de 150 páginas que ha publicado el ayuntamiento, para convertir su gestión municipal en un ejemplo en toda Alemania. “Con un poder de compra de cientos de millones al año, la ciudad se puede comprometer para que se adquieran productos menos perjudiciales y para que los productos sostenibles tengan mayor aceptación en el mercado”, aclaró el concejal de medioambiente Jens Kertan, del partido de Los Verdes. A partir de ahora, también servirán como argumentos de compra el consumo de recursos, la durabilidad y el transporte: “Es una señal importante para la economía y el consumo privado. En un futuro se atenderá cada vez más a las consecuencias de la decisión de compra y el historial del producto”, continúa Kertan.
Sí al coche eléctrico
En la guía publicada se plantea una lista de artículos que la administración municipal no volverá a comprar ni utilizar. Por ejemplo, desaparecerán las cápsulas de café, desde hace tiempo objeto de críticas por generar demasiados residuos de plástico y aluminio. Cada año, estas cápsulas producen alrededor de cuatro mil toneladas de basura en Alemania, además de gases de efecto invernadero por el alto consumo energético requerido para la fabricación del aluminio.
Tampoco entrarán en las dependencias municipales las botellas y las vajillas desechables y los productos de limpieza que contengan cloro. “Se prescindirá de estufas tipo seta y otros calefactores porque el consumo de energía no corresponde con los efectos generados”, puntualiza Kretan. Aparte de eso, el ayuntamiento también plantea reglas para elegir pinturas más resistentes y menos nocivas y se intentará elevar la cuota de papel reciclado en las fotocopiadoras. Por último, para dar también ejemplo en el tráfico diario, se renovará el parque móvil aspirando a duplicar la cuota actual de vehículos eléctricos hasta el 2020.
Esta reforma en políticas de compra no supondrá, sin embargo, mayores costes para la ciudad, aclara Norman Räder, del departamento de Finanzas. Como ejemplo, el experto menciona las lámparas tipo LED, luces algo más caras que las halógenas o que las bombillas tradicionales pero que tienen un ciclo de vida cinco veces mayor y solo utilizan la décima parte de la energía. Sin duda, una decisión que no solo beneficia al medio ambiente, sino también a las arcas municipales.
Diez razones para amar Hamburgo
Vivir cerca del Puerto de Hamburgo permite disfrutar del ambiente único de esa ciudad, en el que la Libertad se escribe con mayúscula.
Imagen: picture-alliance/dpa/Kay Nietfeld
Ir con la corriente
De noche y de día, los barcos navegan por el río Elba hasta el puerto de Hamburgo, a 70 millas marinas de mar abierto. El sonido de sus sirenas y el de las gaviotas crean allí una atmósfera especial todas las mañanas. Los planes de ampliar el cauce del Elba se toparon con las protestas de ambientalistas, pero aún no hay nada decidido al respecto.
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Música del futuro
Hamburgo tiene un nuevo edificio emblemático: la Filarmónica del Elba, cuyo arco se eleva hacia el cielo como una nave gigantesca. La Filarmónica tiene 110 metros y fue construido sobre un antiguo depósito. Se inaugurará en 2017, y a finales de marzo de este año ya se pueden comprar entradas para los primeros conciertos.
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Viaje por las profundidades
Para acelerar los viajes desde la ciudad a los doques, en el sur del Elba, Hamburgo fue la primera ciudad europea en crear un túnel por debajo del río, en 1911. Peatones, ciclistas y automovilistas pueden viajar en ascensor hasta el subsuelo, por donde pasan los dos túneles de 426 metros de largo.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bodo Marks
Periscopio panorámico
Hamburgo es el segundo mayor puerto de Europa, y el mayor proyecto de reurbanización del Viejo Continente. Cuando el HafenCity esté listo, en 2025, será hogar para 10.000 personas. Desde la torre del Baakenhafen se puede observar un panorama en 360 grados del desarrollo de las obras. La torre fue diseñada como un periscopio náutico.
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Buenas conexiones
Nadie sabe exactamente cuántos puentes tiene Hamburgo. Las estadísticas oficiales hablan de 2.500, más puentes que en Venecia, Amsterdam o Londres. Luego de un gran incendio, en 1842, se tuvieron que reparar varios puentes de madera, y luego fueron incrementándose con puentes de hierro y acero sobre el río Elba y sobre el Alster.
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Complejo portuario
El emperador Guillermo II inauguró en 1888 la Ciudad libre y hanseática de Hamburgo, que entra en la Unión Aduanera Alemana. Se construyó un puerto libre para el depósito y elaboración de productos exentos de derechos aduaneros. Así se creó el mayor complejo portuario del mundo. Este verano boreal, Hamburgo podría ser nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
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La "Gran Libertad"
En la pequeña calle de la famosa Reeperbahn del barrio de St. Pauli se puede disfrutar de bares y clubes nocturnos. En 1960, músicos y artistas descubrieron el encanto de St. Pauli, y estrellas como los Beatles tocaron allí al inicio de su carrera.
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Torres danzantes
En el número 1 de la Reeperbahn se hallan varios edificios de oficinas. Las dos torres recuerdan a una pareja que baila tango, una reminiscencia del barrio rojo. En los pisos más altos hay un restaurante y un bar, y se puede acceder a la terraza, que ofrece una bella panorámica de Hamburgo a 105 metros de altura.
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Belleza y melancolía
Nadie en Alemania cantó la nostalgia del puerto como Freddy Quinn, que fue descubierto en la Reeperbahn en 1954. Las canciones del musical “Nostalgia de St. Pauli” se transformaron en éxitos discográficos. Desde Hamburgo se parte y se dice adiós, pero siempre se vuelve.