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Hamburgo celebró en español

13 de mayo de 2010

El gol anotado por Diego Forlan en el tiempo adicional de la final de la Liga de Europa no sólo le dio el título de campeón al Atlético Madrid, también convirtió a la ciudad anfitriona de la final en un carnaval español.

Diego Forlan festeja el tanto anotado.Imagen: AP

Durante las horas previas al partido ya los aficionados españoles había contagiado a los habitantes de Hamburgo del ambiente de fiesta propio de la final de la Liga de Europa, logrando que en la ciudad se olvidara el dolor de no tener al equipo local disputando el trofeo. Con gritos de “Atleti – Atleti; campeón – campeón” los seguidores del club madrileño se tomaron las calles del puerto alemán cercanas al estadio.


Triunfo en el alargue


El partido arrancó muy bien para el Atlético Madrid que se fue en ventaja en el minuto 32 con gol conseguido por Diego Forlan; la afición del club de la capital de España, que ya se había hecho escuchar en el centro de Hamburgo, explotó en las tribunas en un colectivo grito de emoción al sentir que el trofeo de la Liga de Europa se materializaba. La dicha, sin embargo, no duro mucho: cinco minutos más tarde Simon Davies igualó el marcador para el Fulham ingles.


En el segundo tiempo, pese a que los de Madrid trabajaron mucho más que su rival de Londres, se llegó al minuto 90 con el 1-1 que obligó a jugar tiempo adicional. El estadio de Hamburgo ya no era escenario de un festejo, tanto ingleses como españoles empezaron a morderse las uñas, los nervios no daban para más, y sólo un gol podría ahorrar el drama de la definición con cobros de tiro penalti que se acercaba.


A cuatro minutos del pitazo final del partido fue otra vez Diego Forlan, el delantero uruguayo, el encargado de anotar –tras pase del argentino Sergio Agüero- el gol de la victoria para el Atlético Madrid, el nuevo campeón de la Liga de Europa, primer título continental del club español.

Imagen: AP


Hamburgo rojiblanco


A partir de ese momento los 13.000 seguidores del Atlético que acompañaron al equipo en su viaje a Alemania, muchos de ellos haciendo un agotador recorrido por tierra –en auto- debido a la cancelación de varios vuelos por culpa de la nube de ceniza producida por el volcán en Islandia, se tomaron el centro de Hamburgo vistiendo la ciudad de rojo y blanco, colores contrarios al azul y blanco del uniforme del club local.


La tradicional plazoleta del Rathausmarkt, así como el barrio de St Pauli, zona de la vida nocturna en Hamburgo, empezó a hablar español como idioma oficial pues allí sólo se escuchaba las alegres voces que entonaban el himno del Atlético.


Problemas al regreso


El único lunar de la fiesta corrió por cuenta del tráfico aéreo; los vuelos previstos para abandonar Hamburgo en la madrugada del jueves con destino a Madrid se retrasaron por problemas logísticos en el aeropuerto. La afición rojiblanca, de todas formas, se tomó la situación con gran calma, el triunfo de su club mermó las incomodidades a las que se vieron sometidos para regresar a casa.


Las autoridades aéreas de Hamburgo, que habían suspendido las restricciones de vuelos nocturnos para felicitar el retorno de los aficionados que visitaron la ciudad con motivo de la final de la Liga de Europa, solucionaron los inconvenientes y todos los aviones con destino a Madrid lograron despegar a lo largo de la madrugada.


Uno que sí logro volver a España a tiempo fue el Principe Felipe de Asturias, quien desde el palco de honor del estadio de Hamburgo fue testigo del triunfo del Atlético.


Autor: Daniel Martínez

Editora: Claudia Herrera Pahl

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