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Hamburgo será la “Capital Verde de Europa 2011”

23 de marzo de 2009

La Comisión Europea estrena un programa para estimular el desarrollo urbano sostenible en el continente, reconociendo anualmente a las ciudades con las mejores iniciativas en materia de protección ambiental.

Hamburgo: verde y con atmósfera fluvial y marítima a la vez.Imagen: picture-alliance / dpa

El pasado 23 de febrero la Comisión Europea otorgó por primera vez el título “Capital Verde de Europa”, un reconocimiento a las ciudades del Viejo Continente que han integrado la protección ambiental a sus criterios de planificación urbana de manera sistemática y un estímulo para que otras urbes también lo hagan.

El proceso de selección se desarrolló en dos etapas: en la primera participaron 35 ciudades; en la segunda, sólo ocho – Friburgo de Brisgovia, Münster, Ámsterdam, Bristol, Copenhague, Oslo y las ganadoras de esta edición, Estocolmo y Hamburgo.

La capital sueca llevará el título en 2010 y la ciudad alemana, un año más tarde. “Hemos dejado claro que el desarrollo económico y la protección del medio ambiente sí pueden ir de la mano”, dijo la senadora Anja Hajduk, máxima autoridad en materia urbana y ambiental en Hamburgo, al enterarse del veredicto.

Mucho más que bosques y arboledas

Narcisos amarillos a orillas del lago "Binnenalster", en Hamburgo.Imagen: picture-alliance/ dpa/dpaweb

Hamburgo es conocida internacionalmente por haber logrado reconciliar armoniosamente el carácter industrial de su aparato productivo con los paisajes rurales que la rodean; la cronometrada agitación de su puerto con el imperturbable ir y venir de las aguas que la cruzan; el pulso de la vida urbana con la serenidad de sus parques, bosques y arboledas. Ese es un atributo que no solamente atrae a numerosos turistas durante todo el año, sino que se traduce en una elevada calidad de vida para la mayoría de sus habitantes. Y esa es una de las razones por las que Hamburgo fue nombrada “Capital Verde de Europa 2011”.

Los evaluadores de la Comisión Europea se basaron en diez indicadores: acceso de la ciudadanía al transporte público, grado de contaminación acústica, nivel de producción de residuos y eficiencia en su administración, consumo de agua, tratamiento de las aguas residuales, gestión medioambiental de la autoridad local, aprovechamiento sostenible del suelo, grado de contribución local al cambio climático global, disponibilidad de zonas verdes abiertas al público y la calidad del aire que se respira.

Logros y metas ambiciosas

Quienes seleccionaron a Hamburgo como “Capital Verde de Europa 2011” celebran el hecho de que casi todos sus habitantes puedan disfrutar de aire limpio. La ciudad se propone reducir la producción de anhídrido carbónico en un 40 por ciento entre 2009 y 2020, y en un 80 por ciento de aquí al año 2050.

A juicio del comité elector, las autoridades hamburguesas están respaldando sus políticas ambientales con un presupuesto nada magro. Como muestra, un botón: desde hace varios años se están invirtiendo cuantiosas sumas en programas de ahorro energético en los edificios de la administración pública. Más de 18 millones de euros habría costado la sustitución de 600 calderas tradicionales por modernas calderas de condensación (artefactos que producen agua caliente a baja temperatura con un alto rendimiento) y el reemplazo de más de 200.000 lámparas tradicionales por lámparas de bajo consumo energético.

Escepticismo verde

Pero no todos están convencidos de que Hamburgo sea realmente la “capital ecológica” que la Comisión Europea percibe desde Bruselas. “Ese premio es un chiste. Aquí tendrían que pasar muchas más cosas para que la ciudad pueda merecer ese título”, sostuvo el director de la sede hamburguesa de la Liga para la Protección de la Naturaleza (NABU, por sus siglas en alemán), Stephan Zirpel, en entrevista con la radioemisora estatal NDR 90,3.

Manfred Braasch, líder regional de la organización no gubernamental Liga Alemana para el Ambiente y la Conservación de la Naturaleza (BUND, por sus siglas en alemán), agregaba que el nombramiento distrae la atención de graves pecados en materia de política ambiental, como el relleno del Mühlenberger Loch (hogar y sitio de descanso para miles de singulares especies animales y vegetales, y, según NABU, la más grande marisma de agua dulce en Europa) o la aprobación de la construcción de una central eléctrica a base de carbón en Moorburg, en la zona sur de Hamburgo.

Dilemas de la política

La senadora de la ciudad Estado de Hamburgo, Anja Hajduk, sabía que sería difícil satisfacer todas las expectativas de los ecologistas de base desde que aceptó dirigir el despacho de desarrollo urbano y ambiental en Hamburgo, el bastión regido por la inusual coalición de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) y el partido verde Bündnis 90/Die Grünen que ella representa.

Casi cualquier concesión que Hajduk se viera obligada a hacer como miembro de una coalición política sería difícilmente perdonada por sus pares. De ahí que no le extrañara el revuelo que causó cuando le tocó aprobar la construcción de la citada central eléctrica a base de carbón en Moorburg en septiembre de 2008, pese a que su partido había prometido oponerse a esa obra durante la campaña electoral previa.

Hamburgo: neblina y reservada elegancia evocan imagenes de Londres.Imagen: picture-alliance / dpa

Lo que Hajduk probablemente no imaginaba es que sus adversarios naturales, los empresarios y comerciantes, comenzaran a percibirla positivamente en tan poco tiempo - la senadora está en su cargo desde hace menos de un año -, gracias, en parte, a la elección de Hamburgo como “Capital Verde de Europa 2011”.

Cómo comenzó todo

El 15 de mayo de 2006, representantes de quince ciudades europeas se reunieron en Tallin con los de la Asociación de Ciudades Estonias para discutir sobre la creación de un título parecido al de la “Capital Cultural de Europa”, pero orientado a recompensar los esfuerzos hechos para solucionar los problemas ambientales que suelen acompañar al desarrollo urbano de las grandes metrópolis.

El 29 de junio de 2006, el Comisario Europeo titular de los asuntos de medio ambiente, Stavros Dimas, se encontró con Jüri Ratas - padre de la iniciativa y ex alcalde de Tallin­­ - para ofrecerle su respaldo y contribuir a la implementación de este premio. Hoy día, más de cuarenta ciudades apoyan el proyecto de la “Capital Verde de Europa”.

Autor: Evan Romero-Castillo

Editor: José Ospina-Valencia

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