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Hamburgo, tesoro de la unificación

Franziska Drewes (elm)4 de octubre de 2008

La caída del Muro de Berlín y de la Cortina de Hierro redobló el auge del puerto de Hamburgo, que se convirtió en la tierra prometida para muchos trabajadores de Alemania oriental.

Incesante actividad en los muelles de Hamburgo.Imagen: picture-alliance/dpa

Es poco antes de las cinco de la madrugada. El llamado “feeder” se encuentra en el muelle de la terminal Eurogate, una de las cuatro de su tipo en Hamburgo. Cerca de 1.000 grandes contenedores de color azul, blanco y rojo se aglutinan en el puente de un barco ruso.

El vaivén de contenedores es vertiginoso.Imagen: picture-alliance/dpa

Marcus Uhlig comenzó su turno de trabajo hace media hora. Él recorre una y otra vez el muelle y controla que todos los estibadores porten sus chalecos protectores. “La ropa con los reflectores es importante para que los trabajadores sean claramente visibles. Los cascos los protegen contra cualquier objeto que pudiera caer, como sucede aquí a menudo”, dice.

De Parchim a Hamburgo

Justo frente a la embarcación rusa se alza una grúa especial, que se parece a un robot de un solo brazo. Los estibadores se dan a la tarea de vaciar el barco. “Esto significa que deben sacar de las bodegas todos los contenedores. Luego éstos son transportados en otros vehículos especiales hasta el muelle”, aclara Uhlig.

Él trabaja desde hace cuatro años en los muelles de Hamburgo. Es originario de la ciudad de Parchim, en el estado de Mecklemburgo-Pomerania Occidental. Ahí, el hombre de 27 años tenía un negocio pero, debido a las malas costumbres de sus clientes a la hora de pagar, debió clausurarlo.

Para Uhlig, el de los muelles era un mundo distinto. “No conocía nada de esto, por lo que quedé muy impresionado al principio”, dice. “Yo sólo veía montañas y montañas de contenedores. Todo aquí es monstruoso en sus dimensiones; es prodigioso que todo funcione”, agrega.

Unificación y resurrección

Cerca de 1.500 contenedores llegan cada día en vehículos pesados a las tres terminales de entrada del consorcio Hamburger Hafen und Logistik AG (HHLA). La empresa controla el 70 por ciento de la carga de contenedores que pasa por los muelles de Hamburgo. En 2006, la empresa transportó seis millones de contenedores, cifra que se duplicará para el año 2012.

El puerto es uno de los puntos más importantes del comercio en la zona del Mar del Norte. Al mismo tiempo, siempre ha ocupado un lugar preponderante en el comercio a lo largo y ancho del Mar Báltico. “Hamburgo está conectado con las regiones de crecimiento más dinámico en el comercio internacional” dice Florian Marten, portavoz de HHLA. “Por ello, la ciudad ha experimentado niveles de crecimiento por encima del promedio nacional en los últimos años”, indica.

Lass grúas se alzan por doquier en el puerto alemán.Imagen: picture-alliance/dpa

Hamburgo, por siempre y para siempre

“Los muelles crecen”, reza un letrero en plena zona de descarga. Por doquier se ven grúas como puntas de flecha que apuntan hacia el horizonte. El estibador Steffen Danne también nació en la desaparecida República Democrática Alemana, y también ha encontrado su destino en los muelles de Hamburgo.

“Si no hubiera caído el Muro de Berlín, jamás hubiera llegado a Hamburgo ni a estos muelles. No sé qué me hubiera deparado el destino, pero la vida que tengo aquí es muy buena”, afirma el hombre de 31 años.

Como se ve, Danne desea residir permanentemente en Hamburgo, pues ahí ha encontrado un tesoro cada vez más difícil de alcanzar: un trabajo seguro y satisfactorio.

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