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Hank Aaron: leyenda del béisbol que luchó contra el racismo

Jon Shelton
23 de enero de 2021

El defensor de los derechos civiles y miembro del Salón de la Fama falleció a los 86 años. A pesar de los prejuicios raciales, se convirtió en uno de los mejores del deporte y todavía posee varios récords.

Imagen: John Bazemore/AP/picture alliance

Henry "Hammerinh Hank" Aaron, miembro del Salón de la Fama de las Grandes Ligas, murió a la edad de 86 años.

Los Bravos de Atlanta anunciaron su muerte este viernes (22.01.2021) y lo llamó "un hijo del sur profundo que se elevó por encima de la pobreza y el racismo para convertirse en una de las figuras más importantes en la historia de Estados Unidos".

"Nunca perdió su naturaleza humilde"

"Estamos absolutamente devastados por el fallecimiento de nuestro amado Hank. Fue un faro para nuestra organización, primero como jugador, luego desarrollando jugadores y siempre con los esfuerzos de nuestra comunidad. Su increíble talento y determinación lo ayudaron a alcanzar los logros más altos, pero nunca perdió su naturaleza humilde", agregaron los Bravos.

En el transcurso de sus 21 temporadas con los Bravos de Milwaukee (luego Bravos de Atlanta) y luego dos más con los Cerveceros de Milwaukee, Aaron ganó una cantidad vertiginosa de títulos de bateo y fildeo, estableciendo récords que permanecen intactos hasta el día de hoy. Participó en 25 Juegos de las Estrellas, fue nombrado el Jugador Más Valioso de la liga y ganó dos títulos de bateo. El talentoso deportista también fue incluido en el Salón de la Fama de las Grandes Ligas en 1982.

Un defensor abierto de los derechos civiles, Aaron también recibió la Medalla Presidencial de la Libertad en 2002, la condecoración civil más alta de Estados Unidos.

En reacción a la noticia sobre su fallecimiento, el Centro Martin Luther King Junior tuiteó: "Eras más que un atleta. Tu liderazgo trascendió los deportes. Y estamos agradecidos por tu valentía y compromiso con la lucha por la libertad".

La alcaldesa de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, también expresó su gratitud en Twitter: "Si bien el mundo lo conocía como 'Hammering Hank Aaron' debido a su increíble carrera llena de récords, él era la piedra angular de nuestra aldea, uniéndose agraciada y libremente a la Sra. Aaron para ofrecer su presencia y recursos y hacer de nuestra ciudad un lugar mejor".

Hijo del sur

Nacido como Henry Louis Aaron el 5 de febrero de 1934 en Mobile, Alabama, fue uno de los siete hijos de una familia negra pobre en el sur segregado y desafió la pobreza y el odio racial con perseverancia y gracia, hasta eventualmente convertirse en uno de los más grandes en el juego.

Aaron comenzó su carrera jugando pelota semiprofesional mientras aún estaba en la secundaria y finalmente se unió a los Payasos de Indianápolis de la Liga Negra Americana en 1951. Fue entonces cuando recibió ofertas de los Gigantes de Nueva York y los Bravos de Boston, que eran equipos de las Grandes Ligas de Béisbol (MLB). Se unió a la franquicia de los Bravos, en la que jugó para su equipo de ligas menores, los Osos Eau Claire. En 1952, fue nombrado Novato del Año de la liga.

A pesar de las dificultades de la vida como un hombre negro en el racialmente hostil sur, la destacada actuación de Aaron le permitió ascender de rango y finalmente consiguió su primera apertura en las Grandes Ligas en 1954. Su actuación en el campo, así como su destreza en el bateo, rápidamente le valieron el apodo de "Hammering Hank".

Carrera legendaria

Aunque Aaron era un hábil corredor de bases y jardinero derecho, y ganó el prestigioso premio del Guante de Oro tres veces, fue su bateo lo que le dio fama. Terminó su carrera con un promedio de bateo de .305 de por vida y todavía hoy, 44 años después de su último juego, tiene el récord de las Grandes Ligas de más carreras impulsadas (2.297), es el segundo con más jonrones (755), el tercero con más hits (3.771) y el cuarto con más carreras anotadas (2.174).

Pero su momento más legendario en el campo sucedió el 8 de abril de 1974. Aaron se había acercado al récord de Babe Ruth de 714 jonrones y esa noche en la cuarta entrada frente al lanzador de los Dodgers de Los Ángeles, Al Downing, finalmente lo rompió con un batazo sobre la cerca del jardín izquierdo.

"Mi pistola está observando todos tus movimientos negros"

El comentarista de los Dodgers, Vin Scully, narró la escena en la televisión nacional: "Qué momento tan maravilloso para el béisbol, qué momento tan maravilloso para Atlanta y el estado de Georgia, qué momento tan maravilloso para el país y el mundo. Un hombre negro está recibiendo una ovación de pie en el sur profundo por romper el récord de un ídolo del béisbol de todos los tiempos. Y es un gran momento para todos nosotros".

Aaron no era ajeno a ser odiado por el color de su piel, lo había experimentado durante toda su vida. Pero rara vez habló de las amenazas que enfrentó antes de esa noche, pero sí más sobre el daño que ese odio causó a familiares y compañeros de equipo.

Un odio que creció a medida que se acercaba al hito. Luego, Aaron compartió con amigos cercanos las cartas que le enviaron. El excomisionado de la MLB, Bud Selig, describió como "vil" una de esas misivas, que decía: "No vas a romper este récord establecido por el gran Babe Ruth si puedo evitarlo. Los blancos son mucho más superiores que los conejitos de la jungla. Mi pistola está observando todos tus movimientos negros".

"No puedes comprender que alguien se sienta tan motivado a escribir algo así sobre otro ser humano. Creo que cualquiera que conoció a Henry Aaron te diría lo mismo, que era una de las mejores y más decentes personas para caminar en esta tierra", dijo Selig sobre la carta.

La vida después del béisbol

Después de terminar su carrera como jugador, Aaron trabajó como ejecutivo para la organización de los Bravos antes de convertirse en un exitoso hombre de negocios, propietario de varios concesionarios de automóviles y restaurantes en su ciudad natal de Atlanta.

Aaron fue objeto de un odio intenso una vez más en su vida cuando habló con el periódico USA Today sobre el estado de las relaciones raciales en Estados Unidos en 2014. "Hemos avanzado en la dirección correcta y ha habido mejoras, pero todavía tenemos un largo camino por recorrer en el país. La mayor diferencia es que en ese entonces tenían capuchas. Ahora tienen corbatas y camisas almidonadas", expresó. Como pasó en 1974, llovieron los correos de odio. Aaron sabía que pasaría, pero se negó a permanecer en silencio.

Sobre su papel en la sociedad, Aaron dijo que sabía que "Dios te puso aquí por una razón. Y la razón por la que te puso aquí no es para que te quedes quieto. Él te puso aquí para hacerte entender que tienes que hacer todo lo que puedas para intentar mejorar las cosas para otras personas".

(rr/ee)

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