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Hay algo muy extraño en nuestra galaxia

12 de diciembre de 2024

La Vía Láctea, considerada durante décadas el modelo por excelencia para estudiar las galaxias, podría no ser tan representativa como se pensaba. Nuevos hallazgos sacuden su estatus como referencia galáctica.

La Vía Láctea, a 26.000 años luz de su centro, desafía lo que creíamos saber: menos satélites activos y características únicas cuestionan su papel como modelo de formación galáctica.
La Vía Láctea, a 26.000 años luz de su centro, desafía lo que creíamos saber: menos satélites activos y características únicas cuestionan su papel como modelo de formación galáctica.Imagen: Muhammed Enes Yildirim/Anadolu/picture alliance

Tras décadas de usar a la Vía Láctea como modelo estándar para entender la formación y evolución de las galaxias, nuevas investigaciones sugieren que nuestro hogar cósmico podría ser menos "típico" de lo que se creía.

En particular, esta galaxia espiral, que alberga nuestro sistema solar a unos 26.000 años luz de su centro, ha revelado características únicas que la distinguen significativamente de sus pares cósmicos, poniendo en duda su papel como modelo universal para entender la formación galáctica.

Un equipo de investigadores, liderado por la profesora Risa Wechsler de la Universidad de Stanford, ha realizado la ambiciosa investigación que compara nuestra galaxia con otras 101 de masa similar. Los resultados, publicados en tres artículos en The Astrophysical Journal (acá, acá y acá), plantean un intrigante enigma sobre la naturaleza única de nuestro hogar galáctico.

El proyecto, denominado "Satellites Around Galactic Analogs" (SAGA), representa un desafío monumental en la astronomía moderna. "Es un verdadero problema de aguja en un pajar", explica Wechsler en un comunicado de prensa de la Universidad de Stanford. "Tuvimos que utilizar técnicas ingeniosas para separar 378 galaxias satélite de los miles de objetos del fondo", agrega.

Un hogar galáctico fuera de lo común

En concreto, los hallazgos revelan dos características peculiares de la Vía Láctea. Primero, tiene sorprendentemente pocas galaxias satélite en comparación con sus semejantes. Segundo, y quizás más intrigante, la mitad de sus satélites han dejado misteriosamente de formar estrellas. 

Por ejemplo, de las cuatro galaxias satélite más brillantes de la Vía Láctea —incluyendo la Gran y la Pequeña Nube de Magallanes—, solo estas dos últimas mantienen la fabricación estelar. Las demás, más pequeñas, han apagado su "fábrica" de estrellas, un comportamiento inusual en comparación con otras galaxias similares, donde la mayoría de los satélites continúan siendo fábricas estelares activas.

El proyecto SAGA reveló que la Vía Láctea tiene menos satélites activos en comparación con galaxias similares.Imagen: Kyodo/picture alliance

"Ahora nos enfrentamos a un enigma", admite Wechsler. "¿Qué ha sucedido en la Vía Láctea para que estos satélites de menor masa hayan detenido su formación estelar?".

La materia oscura —que compone el 85 % de la materia total del universo, pero que nunca se ha observado directamente— podría tener un papel en estas diferencias. "Probablemente, hay materia oscura recorriéndote ahora mismo y ni siquiera lo sabes", señala Wechsler.

Los investigadores han descubierto que las galaxias se forman dentro de enormes halos de materia oscura, cuya fuerza gravitatoria atrae la materia ordinaria necesaria para crear estrellas y galaxias. Los resultados del sondeo SAGA apuntan a que la peculiar distribución y comportamiento de los satélites de la Vía Láctea podría estar relacionada con una configuración única de estos halos.

Wechsler sugiere una posible explicación: "Tal vez, a diferencia de una galaxia anfitriona típica, la Vía Láctea tiene una combinación única de satélites más antiguos que han dejado de formar estrellas y otros más nuevos y activos –como las Nubes de Magallanes Grande y Pequeña– que solo recientemente cayeron en el halo de materia oscura de la Vía Láctea".

Un modelo cósmico en revisión

Estos descubrimientos sugieren que es necesario repensar cómo estudiamos la formación de galaxias. "Nuestros resultados demuestran que no podemos limitar los modelos de formación de galaxias únicamente a la Vía Láctea", concluye Wechsler. "Tenemos que observar la distribución completa de galaxias similares en todo el universo".

A pesar de que el equipo SAGA ha completado su objetivo inicial de mapear satélites brillantes en 101 galaxias anfitrionas, Wechsler afirma que aún queda mucho trabajo por hacer. El misterio de por qué nuestra galaxia es tan diferente sigue siendo una pregunta abierta que impulsa a los científicos a seguir investigando los secretos del cosmos.

Editado por Felipe Espinosa Wang con información de la Universidad de Stanford y The Astrophysical Journal.

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