Unos 30.000 refugiados y migrantes se encuentran en estos momentos en Grecia a la espera de poder continuar su ruta hacia el norte de Europa. Grecia apeló a la solidaridad europea para afrontar la crisis.
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Mientras tanto, la frontera con Macedonia está herméticamente cerrada tras los incidentes registrados ayer, lunes. Según indicó la portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ANUR) Keti Kejayoglu, en el campamento fronterizo de Idomeni hay unas 8.000 personas, a las que se suman otras 3.000 en dos centros improvisados en las cercanías.
Tras los enfrentamientos registrados ayer, cuando la Policía macedonia repelió con gases lacrimógenos a varios centenares de refugiados que se lanzaron contra la valla exigiendo la apertura de fronteras, la situación este martes (1.3.2016) es de relativa calma.
Las autoridades del país vecino mantienen cerrado el paso fronterizo e inmovilizado el tráfico ferroviario, por temor a que la apertura de la verja a los trenes pueda provocar una nueva embestida.
Según señalaron los medios locales presentes en la frontera, la avalancha de ayer se produjo tras correr el rumor de que la frontera había abierto. Del lado griego esperan cuatro trenes, y del macedonio otros seis, en espera de que la frontera reabra en algún momento.
Grecia apela a la solidaridad europea
En Atenas, los cuatro centros de acogida habilitados entretanto están repletos, así como también el puerto del Pireo, donde esta mañana había unas 3.400 personas, a las que se sumará previsiblemente otro millar a lo largo del día, pues se espera la llegada de un nuevo transbordador desde las islas.
Kejayoglu señaló que las organizaciones de ayuda apenas dan abasto para hacer frente a esta nueva escalada de la crisis de refugiados y añadió que uno de los problemas más acuciantes en el Pireo es que no hay suficientes alimentos para satisfacer las necesidades básicas de los migrantes.
En las islas del Egeo la situación está bajo control, con unas 6.000 personas ya registradas o en espera de hacerlo en las próximas horas, según indicó un portavoz del Ministerio de Migración.
El Gobierno apeló a todas las autoridades municipales a habilitar centros de acogida provisionales para hacer frente a esta situación de emergencia, que en las próximas semanas previsiblemente se agravará. El ministro de Migración, Yannis Muzalas, calcula que en las próximas semanas el número de migrantes y refugiados puede alcanzar los 70.000.
Refugiados y sus historias
Hamber al Issa, de Siria
En Damasco Hamber trabajaba de cirujano. Tuvo que abandonar su patria por razones de las que no quiere hablar. Espera que no sea para siempre. En cuando sea posible quiere regresar a Siria para abrir allí un centro médico.
Macedonia
Hamber huyó a Alemania por la ruta de los Balcanes. Cuando llegó a Macedonia tuvo que seguir a pie hasta la frontera con Serbia. Cada vez que llegaba a una ciudad se comunicaba con su familia por Internet. Sus padres estaban muy preocupados por él.
Croacia
Desde Croacia Hamber intentó seguir su viaje hacia Hungría en ferrocarril. Estuvo dos días esperando hasta que consiguió sitio en un tren.
Por fin en Alemania...
Hamber todavía no puede trabajar como médico en Alemania, pero intenta aprovechar el tiempo de forma práctica y seguir formándose en su profesión. Actualmente trabaja de traductor en un centro médico.
Toba Shirmohammadi, de Afganistán
Toba tiene 16 años y huyó de la ciudad afgana de Herat. Los terroristas de su país atacan a las escolares para mantenerlas alejadas de las escuelas. El deseo de Toba era estudiar y asistir a los cursos de preparación para la universidad.
Toba y su familia
Toba huyó a Alemania con sus dos hermanas y los maridos de éstas. Después de atravesar Irán, Turquía y Grecia tomaron también la ruta de los Balcanes hacia Alemania.
Esperando para continuar el viaje
Toba y su familia esperaron en un centro de acogida en Macedonia antes de continuar hacia Serbia:
La meta: llegar a Alemania
Toba espera poder estudiar en Alemania, pero primero quiere aprender el idioma. Su meta es llevar una vida independiente.
Ahmed Alwan, Heba Alwan y Saleh Zeer, de Siria
También Ahmed (en el centro), su mujer Heba y su amigo Saleh Zeer tuvieron que abandonar Siria. Ahmed es periodista y trabajaba en diversos medios árabes. Su esposa Heba trabajaba como arquitecta. Saleh estaba a punto de recibir el título de ingeniero.
Idlib, Siria
Ahmed, Heba y Saleh son de Idlib. Esta ciudad del noroeste de Siria fue destruida por los bombardeos. Cuando fue tomada por Estado Islámico, se hizo imposible continuar trabajando como periodista. Tras recibir amenazas, Ahmed se decidió a huir con su esposa y su amigo.
Jana Alwan
Ahmed y Heba también se llevaron consigo a Jana, su hija de un año.
Camino a Alemania
Como otros muchos, el grupo tomó la ruta de los Balcanes hacia Alemania. En cuanto mejore la situación en Siria quieren regresar a casa. Ahmed desea seguir ejerciendo su profesión de periodista, Saleh terminaría sus estudios y Heba ayudaría a reconstruir el país como arquitecta.