La imagen de Mesut Özil o Lukas Podolski callados mientras resonaba el himno alemán antes del partido contra Italia en que fueron derrotados en semifinales irritó a muchos desus compatriotas, sobre todo en comparación con el fervor que mostraban los rivales italianos al cantar su canción nacional.

¿Perdieron los alemanes por falta de identificación con su país? Así lo sugirió el legendario Franz Beckenbauer, quien aseguró haber obligado a los jugadores a cantar el himno cuando se convirtió en entrenador de la selección en 1984. "Así fuimos campeones del mundo en 1990", dijo el "Kaiser" al diario "Bild" de hoy.

Discusión política

La polémica llegó al mundo de la política. "Que los jugadores canten el himno es cuestión de educación", dijo al diario el primer ministro de Hessen, Volker Bouffier. "No juegan para sí mismos, sino para la selección nacional alemana. Ya es bastante vergonzoso que tengamos que discutir sobre esto. Los jugadores deberían saberlo", se quejó el político de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel.

Incluso el ministro del Interior tuvo que intervenir para frenar el debate. "Después de un partido perdido no hay que ponerse a buscar ahora todas las posibles razones por las que la cosa salió mal", dijo Hans-Peter Friedrich en la radio.

La final del domingo en Kiev desarmó a los alemanes el argumento del himno: mientras Gianluigi Buffon entonó a voz en cuello y con los ojos cerrados la letra del himno italiano, Andrés Iniesta y compañía escucharon en respetuoso silencio el español, que no tiene letra. El resultado es bien conocido.

Fuente: dpa

Editora: Emilia Rojas