"Luego de la previamente anunciada revisión estratégica de nuestras operaciones, hemos concluido que la propiedad de Heineken en el negocio en Rusia ya no es sustentable ni duradero en el contexto actual", afirmó el segundo productor mundial de cerveza en un comunicado.

Poco menos de dos semanas después de la invasión rusa de Ucrania a principios de marzo, Heineken detuvo la venta y producción de sus cervezas en Rusia, así como las inversiones en el país y las exportaciones allí.

"Estamos conmocionados y profundamente entristecidos de ver cómo se desarrolla e intensifica la guerra en Ucrania", aseguró ahora el grupo, que decidió abandonar Rusia por completo.

La cervecera "transferirá" su propiedad en el país a un nuevo propietario, sin obtener ganancias con ello, aseguró. La transferencia de propiedad se realizará "de conformidad con las leyes internacionales y locales", pero Heineken quiere evitar la nacionalización de su propiedad.

El grupo espera costes extraordinarios de 400 millones de euros. "En cualquier caso, garantizamos los salarios de nuestros 1800 empleados hasta finales de 2022 y haremos todo lo posible para asegurar su futuro empleo", afirma Heineken en su comunicado.

rml (afp, n-tv, dpa, actualizado a las 11:40 CET)