En el distrito de Heinsberg, oeste de Alemania, se produjo el primer brote del coronavirus en el país. Ahora, la misma región es golpeada por las inundaciones.
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El distrito de Heinsberg, en la frontera entre Alemania y los Países Bajos, fue la primera región golpeada por el coronavirus en Alemania. Ahora, un poblado de la zona, Ophoven, ha corrido con doble mala suerte . Y Mario Girardi la ha sufrido en carne propia. Este inmigrante italiano administró con éxito el restaurante "Dolce Vita" en Erkelenz, a 20 kilómetros de distancia. Pero en marzo de 2020, justo en los días en que estalló la pandemia, se hizo cargo del restaurante "Zur Mühle" enOphoven. Su ubicación y equipamiento no podían ser mejores, creyó: espacio para 80 comensales; aparentemente un verdadero golpe de suerte.
Tras la declaración de la pandemia, Girardi pudo mantener su restaurante a flote a duras penas. Pero ahora parecía regresar la suerte: Italia ganó la Eurocopa y la felicidad fue grande, hasta que el viernes se desbordó el río que pasa por la población. "El 16 de julio tuvimos abierto todo el día, al tiempo que buscábamos detener el agua en todo el pueblo con sacos de arena, sin éxito”, lamenta Mario Girardi.
En la noche, los 700 habitantes de Ophoven tuveron que ser evacuados por la rotura de una represa en el río Rur. Gerardi también tuvo que abandonar su querido restaurante; a la mañana siguiente recibió la llamada de que el agua había subido 40 centímetros en todas las salas de su restaurante. Desde entonces, él, los bomberos y un sinfín de ayudantes han bombeado el lodazal casi hasta la extenuación. "En general, hemos tenido mucha suerte aquí", reconoce Girardi, "en otras partes de Alemania ha muerto gente y las casas han quedado completamente destruidas. Eso me duele en el alma".
Una titánica labor, no solo para los bomberos
El hecho de que Ophoven haya salido relativamente bien parado se le agradece también a los incansables esfuerzos del jefe de bomberos Holger Röthling y su ejército de voluntarios. "Hemos llenado y colocado más de 30.000 sacos de arena aquí. Hubo un gran número de personas que colaboraron estos días".
Röthling se sienta exhausto en el cuartel general de los bomberos, pues apenas ha pegado ojo en los últimos días. El agua baja lentamente, así que él también se siente más relajado. Confía en que pronto todos puedan volver a sus casas. "Cuando saquemos el agua de las calles en los próximos días, revisaremos casa por casa para ver cuánta agua queda. El problema son los calentadores de petróleo, de cuyos tanques se ha derramado el combustible", dice Röthling. Para retirar los residuos de petróleo es necesario contratar a empresas especializadas en bombeo de sustancias contaminantes.
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Maurer, un alcalde gerente de crisis
Wassenberg es una ciudad contigua a Ophoven a la que se puede llegar a pie. Marcel Maurer, su alcalde, dirigió las labores, y decidió evacuar a Ophoven, por precaución.
Esta ha sido la primera prueba dura para el alcalde, que fue elegido hace poco menos de un año y que inmediatamente interrumpió sus vacaciones por la amenaza que se cernía sobre su distrito. "Hemos protegido - por todos los medios - la estación transformadora, de la que depende todo el suministro eléctrico de Wassenberg. Si hubiéramos tenido que cerrarla a causa de la inundación, unos 10 mil habitantes nos hubiéramos quedado a oscuras”. Maurer adaptó rápidamente una escuela primaria en refugio de emergencia: allí fueron acogidas 29 personas que no tenían ni amigos ni familia en la zona. "Te conviertes en un gestor de crisis de un minuto a otro", dice.
Estos días, Ophoven es también un buen ejemplo de solidaridad que no conoce distancias. Docenas de personas vinieron con equipo pesado. Cientos de personas trajeron sacos de arena. Y los agricultores de Münster, a 200 kilómetros de distancia, pusieron sus tractores a disposición en un abrir y cerrar de ojos.
Inundaciones ponen a prueba las relaciones germano-holandesas
Al mismo tiempo, esta comunidad de 700 habitantes es el compendio de la protección inadecuada contra las inundaciones. Hace solo un año, expertos de la junta de aguas habían anunciado que Ophoven podría ser víctima de inundaciones. Marcel Maurer adelantará ahora la construcción de un nuevo dique, que en agosto de 2020 había sido rechazado por "expertos”.
Para el alcalde, sin embargo, la tarea más difícil, además de la reconstrucción, podría ser la normalización de las relaciones germano-holandesas. Desde Ophoven hasta la frontera hay un buen kilómetro; el Rur desemboca en el Maas cerca de Roermond, en los Países Bajos, que también se ve afectado por las inundaciones.
Las autoridades holandesas habían cerrado una esclusa en el Rur a causa de la crecida, y de repente hubo acusaciones de Alemania de que esto había provocado la rotura de la represa que inundó la región. Sin embargo, según cálculos de la Asociación de Diques de Limburgo, no habría ninguna relación, y Maurer intenta visiblemente calmar las aguas: "Los holandeses protegen sus ciudades lo mejor que pueden, y yo habría hecho lo mismo en esa situación. Mantenemos una vecindad muy amistosa aquí en la zona fronteriza, no es el momento de recriminaciones".
(jov/er)
Tormenta sin precedentes en Alemania y Europa Central
Fuertes tormentas provocaron un caos inusitado en Alemania y varios países vecinos, cobrándose docenas de vidas. Hay cientos de personas desaparecidas. En muchas regiones saltaron las alarmas de emergencia.
Imagen: Abdulhamid Hosbas/AA/picture alliance
Muchas personas siguen aún sin energía ni gas
Como resultado de la tormenta, al menos 165.000 personas están sin energía eléctrica. Muchos de ellos tendrán que esperar "semanas o meses" antes de que los suministros de energía y gas vuelvan a funcionar. "La tubería de gas está completamente rota", dijo Marcelo Peerenboom, portavoz de Mittelrhein, un proveedor de gas del distrito de Ahrweiler en Renania-Palatinado.
Imagen: Abdulhamid Hosbas/AA/picture alliance
Continúan los trabajos de rescate y de limpieza
Los bomberos y personal de rescate inspeccionan cuidadosamente las edificaciones destruidas por las inundaciones. Es de esperar que las autoridades sigan encontrando más fallecidos entre los escombros o en los sótanos de sus casas. La esperanza de encontrar gente con vida sigue intacta, pero la situación sigue siendo muy dramática. El número de personas desaparecidas aún no está claro.
Imagen: Bernd Lauter/AFP/Getty Images
En rescate de mascotas y otros animales
En medio de la catástrofe, los animales naturalmente también se vieron afectados. Los animales que habitan en establos, zoológicos o bosques estuvieron en peligro por posible ahogamiento. Por ejemplo, en Solingen, en un refugio de animales, varios de ellos tuvieron que ser evacuados. Otras mascotas, como el perro de la foto, también fueron puestas a salvo.
Imagen: Ian Johnson/DW
La ayuda viene literalmente desde el cielo
Muchas personas que fueron víctimas de las inundaciones tuvieron que subirse a los techos de sus casas para poder estar a salvo. Sin conexión a internet, sin energía eléctrica y sin teléfono, su única esperanza son los servicios de emergencia en helicóptero. Otras regiones y países europeos han enviado más helicópteros para colaborar con los rescates.
Imagen: Marius Becker/dpa/picture alliance
Lo que el agua se llevó, y lo que dejó
A medida que los equipos de rescate y limpieza empiezan a drenar las calles, comienzan a ser visibles los restos que dejaron las grandes inundaciones. Por ejemplo, en Hagen, en la región de Renania de Norte-Westfalia, fue posible encontrar a varios peces muertos en las calles, luego de que el río Volme se desbordara e inundara las avenidas de la ciudad.
Imagen: Sascha Schuermann/Getty Images
Kyll, el río que mata
En tiempos normales, el Kyll es un pequeño afluente del Mosela. Fluye desde la región belga de Valonia hasta los estados alemanes de Renania del Norte-Westfalia y Renania-Palatinado. En el distrito de Eifel a la altura de Bitburg-Prüm, especialmente afectado por la tormenta, el Kyll se desbordó cerca de Erdorf e inundó partes del pueblo.
Imagen: Harald Tittel/dpa/picture alliance
En la región de Colonia habría 20 muertos
Colonia, la cuarta ciudad más grande de Alemania, con cerca de un millón de habitantes, también se ha visto afectada por la catástrofe de las inundaciones, como en este paso bajo nivel en el que solo el techo de un auto sigue sobresaliendo del agua. La Policía de Colonia ha reportado 20 muertos en su distrito.
Imagen: Marius Becker/picture alliance/dpa
Schuld, uno de los pueblos devastados
En el pequeño pueblo de Schuld, en el Eifel, a unos 50 kilómetros al sur de Colonia, casas enteras han sido arrastradas por las masas de agua. Las carreteras han sido devastadas. La imagen del dron muestra la extensión de la destrucción.
Imagen: Christoph Reichwein/TNN/dpa/picture alliance
Histórica inundación en las riberas del Ahr
En el valle del Ahr, las lluvias provocaron la inundación del siglo. Cuando el miércoles por la noche falló el medidor de nivel de agua, el Ahr ya estaba dos metros por encima del antiguo récord. Las calles de Esch (distrito de Ahrweiler) se han convertido en furiosos torrentes. Numerosos pueblos y ciudades de la región están completamente inundados.
Imagen: Thomas Frey/dpa/picture alliance
Bomberos muertos, y casi 100 civiles desaparecidos
La primera víctima mortal de la tormenta se registró en la región de Sauerland. Un bombero cayó al agua en Altena, después de una misión de socorro mientras volvía a entrar en el vehículo de emergencia y fue arrastrado por las aguas. La pequeña ciudad está en gran parte inundada. También ha habido desprendimientos de tierra.
Imagen: Markus Klümper/dpa/picture alliance
No es patrullaje, es ayuda: el Ejército alemán acude al rescate de civiles
En muchas regiones del oeste de Alemania se ha declarado el estado de catástrofe. Esto facilita la coordinación entre las autoridades y la cooperación con la Bundeswehr. Con un tanque de recuperación y equipo pesado de limpieza, los soldados se desplazan para reparar los daños causados por la crecida del Nahma en la ciudad de Hagen.
Imagen: Roberto Pfeil/dpa/picture alliance
Evacuación de barrios completos en varias ciudades
En Leichlingen, los residentes se ayudaron a sí mismos ante la inundación causada por el deborde del Wupper. Debido a las fuertes lluvias, el nivel del río había subido tanto que hubo que evacuar partes de la ciudad. Especialmente afectada se vio la zona por debajo de la represa de Diepental, que estuvo a punto de reventar.
Imagen: Roberto Pfeil/dpa/picture alliance
Daños millonarios
Un coche cubierto de escombros por la crecida del río Nahma en Hagen la noche anterior. Las fuertes lluvias convirtieron el pequeño río de la ribera del Ruhr en un torrente impetuoso.
Imagen: Roberto Pfeil/dpa/picture alliance
Barreras de madera a última hora
El miércoles, los bomberos de la zona siniestrada trataron de evitar lo peor. Un muro de madera debía proteger a Mayschoss, en el valle del Ahr, de las masas de agua. Al final, muchos esfuerzos fueron en vano: las fuerzas de la naturaleza se abrieron paso.
Imagen: Thomas Frey/dpa/picture alliance
Vías de transporte interrumpidas
Un tren parado en la estación de Kordel, en el distrito de Tréveris-Saarburg, en Renania-Palatinado. Parte de la ciudad fue inundada por las aguas del río Kyll. El tráfico local y de larga distancia está interrumpido en amplias zonas del oeste de Alemania; el suministro eléctrico también está interrumpido en varias zonas especialmente afectadas.
Imagen: Harald Tittel/dpa/picture alliance
Las fuertes lluvias también causaron muertes en Bélgica
Dos personas murieron en Bélgica por las fuertes lluvias en la provincia de Lieja. Muchos lugares de las Ardenas se vieron especialmente afectados. La ciudad de Spa está a unos 35 kilómetros de la frontera alemana. El centro quedó parcialmente inundado por las persistentes y fuertes lluvias.
Imagen: Bruno Fahy/dpa/BELGA/picture alliance
Carreteras destruidas
El trabajo de limpieza también llevará mucho tiempo en Bélgica. Las fuertes lluvias han provocado daños masivos en las infraestructuras de las zonas afectadas. Aquí, un coche fue arrastrado a través de una valla por las masas de agua en una carretera inundada.
Imagen: Valentin Bianchi/AP/dpa/picture-alliance
Miedo a la inundación del siglo en Suiza
La navegación se ha suspendido en muchos lugares. Se informa de inundaciones, desprendimientos de tierra y flujos de escombros en varias regiones. Esta vista aérea muestra el río Allaine, que se ha desbordado tras las fuertes lluvias de los últimos días.