El ex canciller alemán Helmut Schmidt ha desatado una ola de críticas, tanto desde su Partido Socialdemócrata (SPD) como de la comunidad turca y de la Iglesia, por unas declaraciones en las que calificó de “error” que Alemania hubiera acogido en el pasado “a inmigrantes de culturas lejanas”.

Representantes de la comunidad germano-turca como la diputada Lale Akgün, del SPD, y el eurodiputado de los Verdes Cem Ozdemir se distanciaron del pronunciamiento de Schmidt, quien esta semana calificó en un medio alemán de “imposible”, a corto o medio plazo, la integración en la sociedad alemana de personas procedentes de “culturas distintas”.

Las declaraciones de Schmidt se produjeron en un momento de debate en la sociedad alemana acerca de la denominada “sociedad multicultural” y de la necesidad de incentivar la integración de los extranjeros para evitar la coexistencia de sociedades paralelas, al margen de las leyes del país.

Este debate surgió a raíz del asesinato del cineasta holandés Theo van Gogh, que puso en tela de juicio el modelo holandés de sociedad abierta y tolerante.