"Es el fin de una era", dijo Rita, una productora de 34 años afincada en Beirut, sobre la muerte del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, a finales de la semana pasada. "Incluso si dicen que Nasralá puede ser reemplazado, esto ha sacudido a sus seguidores porque piensan que Irán los ha defraudado. Ahora todo parece dudoso", resumía Rita, horas antes de que Irán atacara con misiles a Israel, este martes 1 de octubre.

Ahmad, un comerciante de 37 años de la capital libanesa, no opinaba lo mismo. "Hezbolá ha sufrido muchos reveses, pero seguirá adelante. Irán no los abandonará y tienen una gran base entre la población. Sus combatientes creen en el martirio", dijo a DW, "lo que significa que seguirán adelante hasta el último soldado".

"Ellos son ​​más grandes que una persona", añadió otro vecino de Beirut, Nadim, un director de cine de 31 años, definiendo a Hezbolá. "Son una ideología. Israel no puede acabar con eso". Sin embargo, Nadim dijo a DW que se ha cerrado un capítulo en el Líbano.

Para poder hablar libremente, ni Ahmad, ni Nadim, ni Rita quisieron dar sus nombres completos debido a la sensibilidad del tema en el Líbano en estos momentos.

El lunes (30.09.2024) por la mañana, tres días después de la muerte de Nasralá, el líder adjunto del grupo intentó tranquilizar a sus partidarios. En un discurso televisado, Naim Qasem aseguró que Hezbolá no había sido derrotado, aunque reconoció que los recientes ataques de Israel habían sido graves reveses. Según Qassem, el proceso para elegir al sustituto de Nasralá comenzaría pronto y, si las tropas israelíes entraban en el Líbano, Hezbolá las combatiría.

¿Qué le espera a Hezbolá en el plano militar?

"No hay duda de que Israel ha obtenido lo que podríamos llamar una serie impresionante de victorias tácticas sobre Hezbolá", reconoció a DW Hugh Lovatt, miembro del Programa de Oriente Medio y el Norte de África del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. "No hay duda de que ha asestado algunos golpes muy dolorosos al movimiento".

Pero, matizó, "por impresionantes que sean, se trata de victorias tácticas, no estratégicas". En su opinión, los recientes logros militares de Israel contra Hezbolá pueden no ser eficaces a largo plazo, porque sigue siendo incierta la estrategia general para alcanzar los objetivos declarados recientemente, como permitir que los ciudadanos israelíes desplazados regresen a sus hogares en el norte.

"Incluso en base a esas metas, Israel sigue quedándose corto y seguirá quedándose corto", indicó Lovatt a DW. "Porque no importa cuánto daño se le haga, Hezbolá seguirá teniendo la capacidad de atacar el norte de Israel y, por lo tanto, de mantener alejadas a las comunidades israelíes".

Los analistas militares dicen que Hezbolá -que ha perdido a algunos de sus líderes más importantes- se creó con la idea de que los dirigentes serían asesinados y tendrían que ser reemplazados rápidamente.

A los miembros "se les delegan funciones y tareas superpuestas, lo que garantiza que cualquier vacío dejado por un líder caído se llene rápidamente", explicó Amal Saad, profesora de política en la Universidad de Cardiff en el Reino Unido y observadora de Hezbolá desde hace mucho tiempo, en una publicación en la plataforma de redes sociales X (antes Twitter).

Otros analistas apuntan a que es demasiado pronto para saber cuánto se ha visto afectado el grupo. "Hezbolá parece estar sufriendo una parálisis organizativa temporal", señaló el fin de semana el Instituto para el Estudio de la Guerra, una organización estadounidense de tendencia conservadora.

Pero, en los últimos días, Hezbolá ha seguido disparando cohetes contra Israel. Y este martes, el Ejército israelí y la Guardia Revolucionaria de Irán confirmaron que Irán disparó misiles hacia Israel. Antes, los medios israelíes habían informado sobre advertencias de ataques aéreos en todo el país, incluido Tel Aviv.

¿Qué le espera a Hezbolá en la sociedad libanesa?

Al hablar de la situación de Hezbolá, los observadores también subrayan que es más que un grupo armado.

"Es un proyecto identitario que reúne al islam y a la resistencia, ambos entrelazados con un pensamiento comunitario más amplio y con las narrativas" de la comunidad chií, dijo a Al Jazeera esta semana Mohanad Hage Ali, subdirector de investigación del Centro Carnegie para Oriente Medio en Beirut: "Este tipo de organizaciones no mueren cuando sus líderes se van".

Hezbolá es una importante fuerza política y social en el Líbano, a menudo descrita como un "Estado dentro del Estado", con una red de bienestar social y un ejército que rivaliza con las instituciones estatales libanesas.

El sistema político del Líbano es lo que se conoce como "confesional", es decir, a pesar de las elecciones, el poder político suele estar distribuido entre los distintos grupos demográficos que habitan el país. Por eso Hezbolá, que atrae sobre todo a los musulmanes chiítas locales, es tan popular en el sur y el este del Líbano, donde vive la mayor parte de la población chií del país. Y también por eso no es necesariamente tan querido en otros lugares.

Según las encuestas del Arab Barometer, una organización con sede en Estados Unidos que encuesta periódicamente a los habitantes de Oriente Medio, alrededor del 85% de los musulmanes chiítas del Líbano dijeron en 2022 que confiaban en Hezbolá. Pero esa cifra se redujo a un solo dígito en otros grupos libaneses como los musulmanes suníes, los drusos y los cristianos. En general, solo el 30% de los libaneses dijeron que confiaban en Hezbolá.

"Hezbolá no consultó a ninguno de sus socios libaneses para iniciar una guerra en defensa de su aliado Hamas en Gaza", escribió esta semana Michael Young, editor senior del Carnegie Middle East Center.

Lo hizo como parte de un grupo de milicias proiraníes llamado el "Eje de la Resistencia", que se opone a Israel y a los EE. UU. desde sus bases en Yemen, Irak, Siria y Líbano. Y si los libaneses comunes llegan a la conclusión de que Hezbolá es el culpable de la destrucción del país, el grupo puede encontrarse aún más limitado en el ámbito interno, argumentó Young.

¿Qué le espera al "Eje de la Resistencia"?

Se considera que Hezbolá es el actor más poderoso dentro del "Eje de la Resistencia", con la mayor cantidad de armas y combatientes. Pero la reputación de Hezbolá como el miembro más poderoso de los grupos proiraníes se ha visto dañada y los expertos dicen que esto podría tener un impacto grave.

Dentro de este grupo de milicias, Nasralá jugó un papel más grande que su vida, escribieron Hassan Hassan y Kareem Shaheen, editores senior de la revista Newlines, en un artículo de opinión, el fin de semana.

"Su desaparición significa no solo la pérdida de un estratega hábil sino la degradación de toda una narrativa de resistencia que ha animado a la región durante más de tres décadas", argumentaron. "Su muerte golpea el corazón de todo un eje de poder regional, creando efectos dominó que no serán fáciles de contener".

(rml/ers)