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PP gana la mayoría absoluta

20 de noviembre de 2011

Mariano Rajoy será el nuevo presidente del gobierno español. El líder del Partido Popular (PP) tiene ante sí una difícil tarea: hacer compatibles las promesas de creación de empleo con el necesario recorte del gasto.

Mariano Rajoy, el gran triufador de la jornada electoral.
Mariano Rajoy, el gran triufador de la jornada electoral.Imagen: picture-alliance/dpa

Sin sorpresas. Los conservadores del Partido Popular (PP) gobernarán en España durante los próximos cuatro años. Tras obtener una mayoría absoluta histórica, su candidato, Mariano Rajoy, será el encargado de intentar sacar al país de la crisis. Una crisis que ha propiciado la mayor debacle electoral de las últimas tres décadas para el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del hasta ahora presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.

Y ahora, ¿qué?

Una gran mayoría del electorado español, pues, ha depositado su confianza en el cambio prometido por los conservadores del PP. Tras más de tres años de crisis y con el desempleo en niveles históricos, el cambio impulsado por los votantes pasa por conseguir la tan anhelada recuperación económica. Una tarea que, pese a las promesas electorales, no resultará nada sencilla. Así lo dejó entrever hace escasos días el propio Mariano Rajoy: “espero que al final de la legislatura se esté creando empleo de forma sostenida y estable”, afirmó el futuro presidente español.

Pero los ciudadanos no son los únicos que exigirán al líder conservador que cumpla sus promesas electorales. Las peticiones llegan también desde Bruselas. La Comisión Europea reclamó la semana pasada “medidas adicionales” al nuevo ejecutivo para conseguir calmar a los mercados. Medidas que Rajoy y su futuro gabinete deberán concretar con la mayor celeridad posible y que tendrán como única meta garantizar el cumplimiento de los objetivos de déficit público para 2012.

Más recortes

Y será difícil que el nuevo presidente pueda cumplir al mismo tiempo los deseos de Europa y de los ciudadanos españoles. Respetar los compromisos en materia de reducción del déficit significaría, en la práctica, llevar a cabo recortes en el gasto sin precedentes. O lo que es lo mismo: que lo más duro del ajuste aún está por llegar. En los últimos dos años, el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero llevó a cabo un recorte del gasto público de 15.000 millones de euros, gracias sobre todo a la rebaja del sueldos de los funcionarios y a la congelación de las pensiones.

La votación transcurrió con plena normalidad.Imagen: dapd

Según los expertos, situar el déficit público en 2012 en el 4,4% del Producto Interior Bruto (PIB) desde el 6% con el que teóricamente debería cerrarse 2011, supondría tener que asumir un tijeretazo de unos 18.000 millones de euros en tan solo un año. Todo ello, en un contexto de constante encarecimiento de los intereses de la deuda y de estancamiento económico -el PIB crecerá este año un 0,8% en lugar del 1,3% pronosticado hace unos meses-. En definitiva, un escenario en el que, de cumplir con el compromiso de reducción del déficit, la creación de empleo -la gran esperanza de los electores españoles- aún tendrá que esperar.

El tiempo apremia

Finalmente, habrá que ver cuál es la reacción de los mercados al triunfo conservador. Y, sobre todo, al hecho de que el nuevo gobierno no pueda tomar posesión del cargo hasta dentro de un mes. Una circunstancia que, en condiciones normales, no debería suponer problema alguno. Sin embargo, la parálisis que significa tener a un gobierno en funciones sin capacidad de actuación durante las próximas semanas puede conducir a un recrudecimiento de la crisis en los mercados de deuda.

Autor: Emili Vinagre

Editora: Emilia Rojas

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