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Hitler, el incontinente… en la pantalla grande

José Ospina Valencia8 de enero de 2007

En Alemania se lanza “Mein Führer”, de Dani Levy, la primera sátira cinematográfica sobre Adolf Hitler rodada en Alemania que incluso antes de su estreno ha provocado un acalorado debate.

''Der Führer'' (Helge Schneider) juega en la tina.Imagen: X Verleih/Ecki Friz

Para los alemanes el humor es una cosa seria. En el tratamiento del nazismo y su principal protagonista el humor ha sido incluso - hasta ahora - un verdadero tabú. Si hace dos años el estreno de “El Hundimiento” de Bernd Eichinger sobre los últimos días de Hitler desató una discusión acerca de si es lícito presentar al tirano como un ser humano que se siente acorralado con la guerra ya perdida y sufre por la deslealtad de los suyos, ahora el debate va mucho más allá.

Ante el estreno de la nueva película el martes 9 de enero, muchos alemanes se preguntan si es permisible convertir al último responsable de la muerte de millones de personas en un personaje satírico y, más aún, reír de ello, todo esto además en el país en el que se programó el Holocausto.

En “Mein Führer” del judío suizo Levy, el papel protagónico recae en Helge Schneider, un popular cómico y músico alemán que acostumbra a ir vestido con ropa pasada de moda, barba y cabello descuidados, y que en los últimos años ha alcanzado el éxito con letras de canciones como “haga feliz a su gato con un aseo para gatos” o “la marihuana no es buena, madre, ¡póngame mejor zanahorias!”.

Adolfo. ¿Un niño maltratado por sus padres?

En la película, Hitler es impotente, se orina en la cama y sufre todavía bajo los abusos infligidos por su padre cuando era un niño. En una situación así, Hitler es incapaz de convencer a su pueblo para luchar por la “guerra total”. Por ello, a fin de motivar a Hitler, el ministro nazi de Propaganda, Joseph Goebbels, hace sacar de un campo de concentración a un profesor de actuación para que le imparta clases al tirano.

Levy, quien recibió en 2005 los Premios del Cine Alemán con su comedia sobre una familia judía en “Alles auf Zucker!” (El juego de Zucker), asegura que con su nueva película pretende arrebatar a Hitler y los nazis “cualquier forma de credibilidad, grandeza y petrificación monumental”.

“Aquí en Alemania se recuerda muy a menudo en documentales y películas lo que han hecho los nazis. Esto no se hace de manera positiva, sino crítica, pero todo está cargado de afán documental en busca de la verdad y la realidad. Yo no quiero entrar en esa línea”, dijo Levy. El director, de 49 años y residente en Berlín desde 1980, asegura que pretende más bien seguir la tradición de “El gran dictador”, de Chaplin, o “Ser o no ser”, de Lubitsch.

El director de cine Dani Levy.Imagen: picture-alliance / dpa/dpaweb

Sus actos no fueron nada graciosos

En medio del debate generado en torno a la cinta, el escritor Edgar Hilsenrath, autor de una novela satírica titulada “El nazi y el peluquero”, también cree en Alemania es posible reírse de Hitler, siempre y cuando no se le reste importancia a la barbarie nazi ni se le falte al respeto a las víctimas. “Hitler era también una figura cómica, pero lo que hizo no es tan gracioso”, dijo.

Por su parte, el historiador Klaus Boehnke, de la Universidad Internacional de Bremen, consideró que los alemanes pueden reírse de Hitler porque ya ha pasado el suficiente tiempo, y afirmó que rodar una película como “Mein Führer” sólo es posible porque quedan pocos afectados directos con vida de la dictadura nazi.

Al mismo tiempo dijo que una película como esa no se le puede permitir cualquiera: “Pero como el director se llama Dani Levy y es judío, la cosa cambia”. También consideró que, pese a la clave de humor de la película, en “Mein Führer” no se banaliza el mal.

Hitler no fue y es un chiste

No obstante, el escritor (judío) Ralph Giordano, un superviviente del Holocausto, aseguró que la película de Levy le produce “dolor de estómago” ya de entrada, “por la asociación entre las palabras

“Hitler” y “humor”. Según Giordano, es positivo que el mundo del cine se ocupe de analizar la figura del tirano, pero “puede provocar daño el que el público piense que Hitler es un personaje de chiste”.

En esta línea, Rainer Pommerin, de la Universidad Técnica de Berlín, consideró contraproducente una película en la que la gente se ría de Hitler y afirmó que lo importante es evitar, con firmes conocimientos históricos, que se vuelva a dar otro dictador así, sea en la parte del mundo que sea.

Gran pueblo, gran humor

Según Pommerin, los jóvenes tienen una cultura histórica cada vez peor. Por ello, lo que hay que hacer es procesar sin ningún tipo de reparos los actos brutales del régimen nazi. Las víctimas judías necesitan de ese afán documental en busca de la verdad”.

A pesar de todo, talvez sea el humor una de las características más propias del pueblo judío. Bien es sabido que en momentos de aciago el humor puede ser un instrumento de alivio importante en la lucha por sobrevivir.

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