Holanda busca parar la sangrienta guerra entre narcotraficantes, tras la detención en Dubái y su extradicción a Holanda de Ridouan Taghi, el hombre más buscado, que será procesado por la Justicia holandesa.
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El detenido llevaba en el negocio desde la década de los años 90, pero en los 2000 "heredó" de un miembro de su familia la "ruta" desde Marruecos a Holanda para el tráfico de drogas, lo que permitió que Taghi controle hoy un tercio del comercio de la cocaína en Europa, según las autoridades holandesas.
Tras el hachís, empezó a traficar con cocaína. La droga llega en portacontenedores desde Sudamérica hasta un puerto de España o Portugal, donde miembros del grupo de Taghi recogen la mercancía para su transporte hacia Holanda, y en ese país se prepara con agentes químicos en laboratorios clandestinos.
Después, Taghi logró expandir su conglomerado, reclutando criminales marroquíes, surinameses, italianos, irlandeses y bosnios, para ingresar una media de 30 toneladas de cocaína anualmente a través de los puertos de Rotterdam y Amberes, y venderla en cualquier país europeo, el mayor mercado de cocaína a nivel mundial. Todo había ido viento en popa en su cártel hasta que, en 2012, el robo de un alijo de cocaína del puerto belga de Amberes inició una guerra sangrienta entre las mafias del narco, una guerra que Taghi y su mano derecha, Said Razzouki, iban ganando a punta de pistola: se les relaciona con el asesinato de al menos 20 personas.
¿Sicarios al mando de Tagui en América Latina?
En 2013, supuestamente mató a su cuñado en España, tras un desacuerdo sobre un envío de drogas, aunque nunca ha sido condenado ni por este, ni por ningún otro de los crímenes que se le imputan a sus sicarios, también en América Latina y Marruecos. La Fiscalía holandesa los acusa de crear "una organización de asesinatos bien engrasada", formada por una nueva generación de delincuentes, que ha sembrado el miedo en el inframundo holandés bajo el lema "El que habla, muere", cuenta a Efe un investigador holandés, que mantiene el anonimato, por temores a represalias.
La semana pasada, comenzó el juicio en contra de Taghi como principal sospechoso en el conocido como caso Marengo, que procesará su presunta participación en cuatro asesinatos, y la preparación de otros ocho.
La prueba clave en ese juicio es el testimonio de Nabil B., testigo protegido que vio cómo se ordenaban los crímenes en cuestión. En un intento de callarlo, hace un año, los hombres de Taghi mataron a tiros, en plena calle, al hermano de Nabil, y el pasado septiembre, hicieron lo mismo con su abogado, delante de su casa en Ámsterdam. Se daba por hecho que este proceso judicial sin precedentes en el país iba a juzgar a Taghi en rebeldía. Su foto y su nombre llevaban años en las listas de Europol, Interpol, y en las comisarías locales de toda Holanda, que había puesto precio a su cabeza: 100.000 euros por cualquier información que ayude a localizarlo.
Pero el pasado lunes, la Policía y la Fiscalía holandesas sorprendieron a todos: Taghi, de 41 años, ha sido detenido en Dubái, donde había ingresado con pasaporte y visado falsos, y existe la posibilidad de que se siente por primavera vez en el banquillo de los acusados. El criminal llevaba viviendo años bajo identidad falsa oculto en la lujosa isla emiratí Palma Jumeirah, entre las paredes de una villa de grandes dimensiones cuyas cortinas estaban siempre cerradas, y pagando el alquiler en efectivo.
Taghi aterrizó este jueves en Holanda, por sorpresa, en un avión privado de las Fuerzas Aéreas y sin juicio previo en Emiratos para que un tribunal decida si se cumplen las condiciones para su deportación: fue la propia policía holandesa la que lo recogió en Dubái, por petición expresa de Emiratos. Su abogada, Inez Weski, denunció que su cliente fue "secuestrado" por las autoridades holandesas desde Emiratos porque "no puede ser deportado solo porque haya una solicitud de extradición, todo el mundo tiene derecho a un juicio, pero simplemente lo subieron a un avión, sin acceso a un abogado o juez".
El ministro holandés de Justicia, Ferdinand Grapperhaus, rechazó las acusaciones de la letrada y aseguró que la transferencia del presunto criminal se hizo "de acuerdo al Estado de derecho" y ni siquiera hizo falta una solicitud de extradición porque las autoridades emiratíes lo declararon persona non grata. Fue transferido directamente a la prisión de alta seguridad de Vught porque las autoridades temen que sus hombres intenten organizar su fuga de la cárcel.
jov (efe, DeTelegraaf)
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Los diez rostros más famosos del narcotráfico: muertos, tras las rejas o aún libres
Algunos son celebridades pese a sus delitos. Su fama, sus fortunas, el miedo y la perversa admiración que despiertan los ha hecho parte de la historia real y ficticia. Algunos han sido condenados, otros solo sindicados.
Imagen: Jair Cabrera Torres
Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, "el Chapo"
Este jefe del Cártel de Sinaloa protagonizó espectaculares capturas y fugas. Desde su fuga en 2001, se convirtió en el 2º hombre más buscado por el FBI y la Interpol, después de Osama Bin Laden. Forbes calculó su fortuna en 11 mil millones de dólares. Guzmán admitió haber asesinado entre 2.000 y 3.000 personas. Fue juzgado en EE. UU. y condenado en 2019 a cadena perpetua sin libertad condicional.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Guzman
Pablo Escobar, "el patrón del mal"
Con una gran fortuna, cientos de enemigos y varios postores solicitando su cabeza, el reinventor del comercio mundial de la cocaína es recordado por sembrar el terror. Su presunta ayuda a los pobres fue una estrategia para utilizarlos como emisarios, informantes y sicarios. Su vida ha inspirado libros y películas. El "Patrón del mal" terminó abatido el 2 de diciembre de 1993 en Medellín.
Imagen: RAUL ARBOLEDA/AFP/GettyImages
Gonzalo Rodríguez Gacha, "el mexicano"
Fue un narcotraficante colombiano, cofundador del Cartel de Medellín los 80. Apoyó la creación de grupos de autodefensa y orquestó el “exterminio” de la Unión Patriótica, un partido formado por exguerrilleros que pactaron la paz. Rodríguez Gacha murió el 14 de diciembre de 1989, en una operación militar que incluyó una persecución por tierra y aire cerca de Coveñas, junto al Tapón del Darién.
Imagen: Getty Images/AFP
Gilberto Rodríguez Orejuela, "el ajedrecista"
Antes de utilizar el terror para conseguir un objetivo, él prefería negociar y comprar. Gracias a su colaboración, Pablo Escobar pudo ser ubicado. Capturado en 1995, pagó una condena de 7 años. De nuevo en la cárcel, estudió Filosofía e Historia y se graduó con una tesis sobre la violencia. Rodríguez Orejuela sigue pagando su segunda condena.
Imagen: picture-alliance/dpa/EPA/SIJIN
Manuel Antonio Noriega Moreno, el general "cara de piña"
Fue un dictador militar entre 1983 y 1989, cuando fue derrocado por el mismo Estados Unidos durante la invasión a Panamá. Noriega colaboró con la CIA y fue fuente de inteligencia, así como un intermediario de armas ilícitas y dinero destinado a la contrainsurgencia apoyada por Washington. Aunque era también traficante de cocaína, fue encubierto años por EE.UU. Pagó cárcel hasta su muerte en 2017.
Imagen: picture-alliance/dpa/Bentley
Amado Carrillo Fuentes, "el Señor de los Cielos"
Este sinaloense asumió los negocios, tras la muerte de su socio Pablo Escobar. Apodado el “Señor de los Cielos”, por su flota de 12 aviones Boeing 727. Lavó más de 200 millones de dólares del Cartel de Medellín para financiar su empresa: el Cartel de Juárez. Huyó de la DEA por Argentina, Chile y Cuba, pero su carrera terminó en México. Carrillo murió probablemente durante una cirugía plástica.
Imagen: picture-alliance/dpa/AFP
Nemesio Oseguera-Cervantes, “el Mencho”
Presunto cabecilla de Los Cuinis, aliados del Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los Cuinis controlan mercados asiáticos y europeos de cocaína y metanfetaminas. Según InSightCrime, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) relaciona a dos medios con el narcotráfico y Los Cuinis: el periódico Unomasuno y el Diario Amanecer. "El Mencho" es uno de los más buscados por la DEA.
Imagen: DEA
Ismael Zambada García, “el Mayo”
Fue socio del "Chapo", líder del Cartel de Sinaloa. Una corte de NY levantó 20 cargos contra ambos, por asesinato, conspiración para cometer homicidio e intento de homicidio de informantes, miembros de carteles rivales y agentes mexicanos. “El Mayo” habría propuesto una "pax mafiosa": reducir los crímenes para no llamar mucho la atención del gobierno de Peña Nieto. Zambada sigue libre.
Imagen: DEA
Yazenky Antonio Lamas, el "piloto del Cartel de los Soles"
Lamas era el piloto personal de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores. Lamas fue extraditado por Bogotá el 24 de junio de 2017 a EE.UU. por su presunto rol en la coordinación de más de 100 narcovuelos de Venezuela a Centroamérica y el Caribe. Lamas "conseguía códigos que permitían a aviones cargados de cocaína del presunto “Cartel de los Soles” hacerse pasar por vuelos comerciales".
Amigo de Chávez desde que era dirigente estudiantil, El Aissami es hoy ministro de Poder Popular de Petróleo de Nicolás Maduro. El Aissami habría recibido sobornos de narcotraficantes. Desde 2017 figura en la lista de buscados por la DEA, así como el empresario Samark José López Bello, su “testaferro”, con 13 empresas en EE.UU., Panamá, Reino Unido, Venezuela e Islas Vírgenes.