Carlos Javier Hualpa Vacas, el hombre que le prendió fuego a una mujer en un ómnibus con pasajeros en Lima y la dejó gravemente herida, aseguró que no quería matar a la víctima, sino "solo desfigurarla". Así lo asegura la prensa peruana este viernes (27.04.2018). "Tenía que darle un escarmiento", dijo el hombre sobre su ataque, aludiendo al hecho de que la víctima, Eyvi Agreda Marchena, no aceptó ser su novia. Según los policías que lo interrogaron, no mostró arrepentimiento alguno durante su confesión.

“No fue un asesinato, fue un travesticidio”

"Cuando el vehículo se detuvo, saqué de mi mochila una botella de yogur con gasolina y se lo arrojé. El bus se movió y (el combustible) se esparció. A mí también me cayó un poco. Cogí un fósforo, lo prendí y lo lancé", relató Hualpa Vacas, cocinero de profesión.

Estupor en el país

En un país estremecido por la violencia contra las mujeres, la acción del hombre, de 36 años, perpetrada el pasado miércoles (25.04.2018) y que dejó 10 heridos, además de la persona contra la que estaba dirigido el ataque,la joven de 22 años Eyvi Agreda, ha causado estupor.

Feminicidios: crímenes brutales

"Nunca llegamos a una relación sentimental. Le propuse estar juntos en 2015. Ella se negó. Me dijo que tenía enamorado. El año pasado, cuando la vi triste, le regalé un peluche y un ramo de flores. Pero ella se molestaba", afirmó el hombre sobre Agreda, su excompañera de trabajo.

América Latina es "la región más peligrosa del mundo para la mujer"

Según personas que los conocían a ambos, el hombre se obsesionó con la mujer desde que comenzaron a trabajar juntos en una cadena de restaurantes. La empresa al parecer se enteró y envió a la chica a otra sede. Desde entonces, el hombre la presionó por diversos medios, le montó persecuciones y la amenazó varias veces a través de internet, lo que tenía a la mujer en permanente pánico, aunque, según su familia, nunca se decidió a decírselo a la Policía.

Llegada a Lima desde la selva

El agresor perpetró el ataque cuando la víctima volvía en ómnibus a su casa. En el vehículo iban unos 25 pasajeros, de los que 10, incluidos dos venezolanos, sufrieron quemaduras de diversos grados. Desde el comienzo las sospechas apuntaron al cocinero, hallado un día después en su casa, en el otro extremo de Lima, con un brazo quemado. Pese a las múltiples evidencias y el reconocimiento por testigos, el cocinero intentó negar su participación.

América Latina, marcada por los feminicidios

La mujer, que emigró a Lima desde la selva en busca de mejor futuro, se debate hoy entre la vida y la muerte. Según los médicos, las quemaduras afectan más de un 60 por ciento del cuerpo y la inhalación de humo le afecta severamente el corazón, los riñones y el hígado. Si sobrevive, requerirá de más de 10 operaciones. El hecho ha vuelto a colocar sobre la mesa el tema de la violencia contra las mujeres en Lima, que, según organizaciones civiles, es superada en pocos países. Asesinatos o intentos de asesinatos, golpizas y violaciones se suman a acosos, insultos, tocamientos y otros ataques, sin que, según grupos feministas, el Estado haga algo por revertir la situación. 

MS (dpa/efe/El Comercio)

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