El presidente Juan Orlando Hernández anuncia la "más grande y ambiciosa misión" de seguridad orientada a "liberar" el territorio hondureño de bandas y maras.
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"A partir de hoy lanzamos la más grande y ambiciosa misión para recuperar por territorio, es decir: barrios, colonias, aldeas, caseríos, recuperar el territorio de varias bandas criminales que todavía están atemorizando a la gente", dijo el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, en una rueda de prensa tras reunirse con los jefes de la Policía Nacional, las Fuerzas Armadas y el Sistema 911, entre otros, para replantear el esquema de seguridad, aunque no especificó las medidas de esta nueva ofensiva policial. "Y cuando hablo de bandas criminales, hablo de bandas criminales y hablo de maras y pandillas", aclaró.
Hernández llamó al arrepentimiento de los pandilleros, que "tienen espacio para reconvertirse en ciudadanos de bien", dijo. Y anunció también que su Gobierno buscará "crear esos espacios para que tengan la oportunidad de enmendar su vida y sean ciudadanos de bien". "Pero si siguen por el otro camino, está la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas, toda la Policía Nacional, toda la Policía Militar, todas las Fuerzas Armadas, los órganos de inteligencia para judicializar como corresponde los casos".
Cortar las comunicaciones de los delincuentes en las cárceles es uno de los puntos clave de su nueva ofensiva: "No podemos permitir que sigan reinventándose procedimientos para mandar a través de abogados, para mandar a través de sus parientes órdenes desde las cárceles". "Las empresas que manejan comunicaciones tienen que responder ante el Estado de Honduras si permiten que sigan enviando mensajes a través de las señales de ellos (…) y, si no, van a afrontar las consecuencias", añadió.
Hernández pidió la cooperación ciudadana y de los medios de comunicación para "canalizar las denuncias del pueblo hondureño", ya que la población "es crucial en este avance que hemos tenido y mucho más en lo que viene porque han decidido denunciar". El presidente hondureño destacó la mejora en los índices de criminalidad (el país ha pasado de casi 90 homicidios al año por cada cien mil habitantes, a 52). "A los criminales poco a poco se les viene acabando la fiesta y se les va a acabar del todo", resumió el mandatario.
LGC (EFE/LaTribuna/LaPrensa)
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El Salvador: de expandilleros a panaderos
Vivir en una banda criminal es sinónimo de peligro. En El Salvador las armas y las drogas eran el pan de cada día de Wilfredo Gómez. Después de diez años cambió su vida de delincuente para volverse panadero.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Un cambio profundo
Estas manos solían contrabandear drogas y armas para la temida banda criminal "18th Street Gang", ahora amasan harina de pan en El Salvador. La panadería de la iglesia Eben-Ezer, en la capital salvadoreña, es dirigida por un exmilitante. En la foto, Wilfredo Gómez hornea pan junto con otros diez antiguos integrantes de la banda criminal. Esta es la base con la que comienzan una nueva vida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Grandes costos
Llevar las cuentas y otro tipo de papeleos es su nuevo oficio. El joven se unió a la pandilla "18th Street Gang" cuando era todavía un adolescente. La banda presenta estructuras parecidas a las de las mafias y es una de las más conocidas de las llamadas Maras. Gómez dice que fue atraído por las armas, las mujeres y el sentimiento de pertenencia a un grupo.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Con la ayuda del Señor
El exmilitante Julio Marroquín renunció a su pasado en bandas criminales y ayuda en el servicio de la iglesia de Eben-Ezer. Para desertores como él, la iglesia en Dina, un barrio de San Salvador, es un lugar de refugio. Para los exintegrantes de estas bandas criminales no es fácil encontrar un trabajo o un lugar para vivir. La iglesia le provee a Julio un lugar para dormir y comida.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Marcados de por vida
Roberto Renderos también salió de la banda criminal. Sus llamativos tatuajes hacen que su pasado salte a la vista y también despierte sospechas frente a las autoridades policiales. En octubre la policía arrestó a los panaderos expandilleros porque sospechaba que habían formado una asociación ilegal. La razón: sus tatuajes. Sin embargo, los sospechosos salieron libres sin cargos en su contra.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
Borrar el pasado
En la banda, Raúl Valladares era conocido bajo el apodo de "La Sombra". Para él, su nombre al igual que sus tatuajes de "18th Street Gang" en su cara hacen parte del pasado. Ahora sus tatuajes son removidos con un láser, a pesar de que la banda criminal amenaza de muerte a quien se quite los tatuajes.
Imagen: Reuters/J. Cabeazas
La panadería de los sueños
"Yo perdí mi casa, mi mujer, mi hijo y los mejores años de mi vida persiguiendo una ideología sin sentido", manifestó Wilfredo Gómez acerca de su tiempo como pandillero. A los otros desertores les pasó lo mismo. En la panadería no solo se prepara pan, sino también se fabrican nuevos sueños. "Algún día vamos a tener nuestro propio negocio y vamos a competir con las pizzerías", dice.