El cauteloso optimismo por la captura de cinco personas tras el asesinato de Berta Cáceres se ha convertido en desilusión a raíz de una investigación a puerta cerrada y el asesinato de otra activista ambiental hondureña.
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A cuatro meses del asesinato de la ambientalista indígena lenca Berta Cáceres, la investigación del crimen por parte de las autoridades hondureñas parece ser cada vez más opaca y menos transparente. “Hasta este momento sólo sabemos que las cinco personas capturadas están en prisión preventiva”, dice Tomás Gómez Membreño, coordinador general interino del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Gómez Membreño es el sucesor de Cáceres en el cargo. “No tenemos acceso a la información para saber en qué fase puede estar la investigación en estos momentos”, añade.
Cáceres fue asesinada en medio de un conflicto por el proyecto hidroeléctrio Agua Zarca en el río Gualcarque, en el oeste de Honduras. Durante años, el COPINH ha liderado las protestas de las comunidades locales lencas contra el proyecto. La rápida captura de cinco personas pocas semanas después del asesinato de Cáceres generó ciertas expectativas de que el crimen se pudiera esclarecer en poco tiempo. Entre los capturados están un exmilitar y un ejecutivo de la empresa DESA, que desarrolló el proyecto.
¿Fue un crimen de Estado?
A finales de junio, una investigación de The Guardian apoyó la hipótesis de que el asesinato de Cáceres fue un crimen de Estado. Según el periódico británico, el nombre de Cáceres figuraba en una lista negra entregada a una unidad del ejército hondureño que recibió la orden de matar a la activista. La unidad del ejército hondureño habría sido entrenada por fuerzas de seguridad estadounidenses.
“La noticia no nos sorprendió, porque siempre hemos venido denunciando que el Estado hondureño a través del ejército ha mantenido una represión contra el COPINH y los que luchan en defensa de los bienes comunes de la naturaleza”, dice Gómez Membreño. “Creemos que el ejército también ha sido como un eslabón para el gobierno para que pueda asesinar o secuestrar a personas sin que nadie pueda hacer investigaciones a profundidad sobre este tema.”
Después del golpe de Estado en Honduras en el año 2009, hubo rumores y denuncias de que existían listas negras con nombres de personas que debían ser asesinadas, entre ellas Berta Cáceres. “La pregunta es si en el ejército hondureño hay listas negras con personas que son ejecutadas sistemáticamente”, dice Stefan Ofteringer, experto en derechos humanos de la organización alemana Misereor, que conoce el trabajo del COPINH desde hace varios años. “Si estas listas pasan por la cadena de mando, sería algo novedoso comprobarlo, sería terrorismo de estado.”
“La MACCIH es solo un ente observador”
La desconfianza hacia las autoridades hondureñas ha hecho surgir la exigencia de una comisión internacional e independiente parecida al grupo interdisciplinario que se instaló para investigar el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, en México. A parte de frecuentes manifestaciones en Honduras, el lunes pasado (4 de julio) se organizó una campaña por Twitter para exigir justicia y una comisión independiente.
Sin embargo, parece que la comunidad internacional apuesta por la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), una institución recién creada en Honduras con el respaldo de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Esta es la línea que sigue también el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania. Según el ministerio, que apoyará el trabajo de la misión con 100.000 euros, la dirección de la MACCIH ya ha mostrado su disponibilidad para apoyar la investigación del caso Cáceres.
Esta opción no convence a Tomás Gómez Membreño: “La MACCIH no es nada más que un ente observador, por lo tanto no sería una investigación autónoma”, dice el coordinador del COPINH. Stefan Ofteringer opina que “para una investigación independiente en un caso particular como el del asesinato a Berta se presenta un vacío en el mandato de la MACCIH, y es que no puede investigar de oficio, independientemente de la fiscalía hondureña.” La demanda por una comisión independiente tiene sus raíces también en el miedo de que aunque sean condenados los autores materiales del asesinato, no se toque a los autores intelectuales del crimen.
Asesinan a otra activista hondureña
Mientras tanto, el diputado Hank Johnson, del partido demócrata, ha introducido en el Congreso estadounidense la “Ley Berta Cáceres de Derechos Humanos en Honduras”. El proyecto de ley busca suspender la ayuda financiera de EE. UU. para Honduras hasta que hayan terminado las violaciones de derechos humanos por las fuerzas de seguridad en el país. “Tenemos expectativa”, dice Gómez Membreño sobre la ley. “Creemos que sí sería favorable para nuestro trabajo y también para exigir justicia sobre el asesinato.”
Sería una ayuda muy necesitada por el COPINH, ya que su situación de seguridad sigue siendo precaria. Aunque por el momento no siguen los trabajos en la empresa hidroeléctrica de Agua Zarca, no se sabe todavía si se van a suspender definitivamente. De todas formas, según el COPINH, hay una fuerte presencia de policía militar y del ejército en el lugar. “Tememos por nuestras vidas”, dice Gómez Membreño, quien está siendo vigilado por el ejército. “Estamos pasando una zozobra tremenda, porque no hay una seguridad institucional por parte del Estado.”
Un día después de que DW entrevistara al coordinador del COPINH, apareció muerta Lesbia Yaneth Urquía en el municipio de Marcala, en el departamento La Paz. Yaneth Urquía fue una líder comunitaria vinculada al COPINH desde las protestas en contra del golpe de Estado de 2009. En defensa de los derechos indígenas, la activista luchó contra la construcción de la represa hidroeléctrica Aurora I, en el departamento La Paz. Tan solo en 2016, ya han sido asesinados tres líderes de la organización indígena.
Ríos: fuentes de vida, conflicto y muerte
Para la vida el agua es más valiosa que el oro y el petróleo. Un tesoro cada vez más escaso por el que hay conflictos fronterizos y se vatician guerras. Chile y Bolivia libran, por ahora, una disputa diplomática.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Alipaz/Pool
Chile vs. Bolivia en disputa por las aguas del río Silala
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) instó a Bolivia y a Chile "a cooperar". Ambos países se disputan por el reconocimiento del carácter internacional de las aguas que, la CIJ, en principio, dejó como un asunto esclarecido en el proceso. Bolivia sostiene que se trata de manantiales cuyas aguas fueron desviadas hace 100 años a Chile.
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El Silala: de los Andes a La Haya
La demanda chilena fue respondida por Evo Morales anunciando una "contrademanda" en La Haya, por lo que considera un robo del recurso hídrico en territorio chileno. El vicepresidente boliviano dijo que la demanda es una "chambonada" porque contradice la gestión de Chile para "desconocer la competencia" de la CIJ, cuando Bolivia planteó en 2013 una primera demanda por una salida al mar.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Alipaz
Iniciativa de Chile es ahogada por Bolivia
Según el canciller chileno, Heraldo Muñoz, la acción impulsada ante la CIJ también tiene por objeto "impedir cualquier acción por parte del Gobierno de Bolivia, en un clima de crecientes amenazas, que pudiera impedir el flujo de esas aguas". En la imagen vemos el sistema de desviación de aguas del Silala hacia territorio chileno. No siempre el ataque es la mejor defensa.
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Sangre en Gualcarque, río sagrado de los Lenca
El consorcio sino-hondureño Agua Zarca construye aquí una represa hidroeléctrica, en contra de los intereses de los indígenas Lenca, sus ancestrales "guardianes". La obra amenaza su vida y sustento, que depende de este río que recorre varias reservas naturales y pertenece a una zona geotermal. Por su defensa, el 3 de marzo de 2016 fue asesinada la activista de derechos humanos Berta Cáceres.
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El Zulia: un río que salva
"Expulsan a colombianos de sus casas y las marcan para derribarlas". Así reportó DW el 3 de agosto de 2015 el inicio de la expulsión de miles de personas que tuvieron que pasar a pie el Zulia, un río fronterizo que nace en Colombia y desemboca en Venezuela. El Zulia siempre ha sido una fuente de sustento, conflicto y vía del comercio, legal e ilegal, entre Colombia y Venezuela.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Castellanos
El Esequibo: caudales de oro, mercurio y petróleo
El Esequibo es uno de los ríos más largos y caudalosos de América del Sur, que desemboca en el océano Atlántico y discurre por la frontera izquierda de Guyana, aunque algunos de sus afluentes llegan del noreste de Venezuela. Tiene el segundo delta más grande del continente, después del Río de la Plata. Sus aguas son infestadas por mineros que usan mercurio para sacar oro de esta belleza natural.
Imagen: picture alliance/WILDLIFE/P. Oxford
Codicia en el Esequibo
La disputa se ha agudizado después de que Exxon Mobil descubriera en 2015 yacimientos de petróleo en aguas del Esequibo. El Gobierno venezolano respondió al hallazgo con un decreto que incluye en territorio de Venezuela la zona fluvial y marítima en discusión. La zona de Esequibo, de 160.000 kilómetros cuadrados y rica en recursos naturales, representa dos terceras partes de Guyana.
Imagen: picture alliance/WILDLIFE/P. Oxford
Río Bravo o Río Grande: un río supranacional
Este río es llamado en México Bravo y en Estados Unidos Grande, en donde nace. Con una longitud de 3.034 km recorre Colorado, Nuevo México y Texas, en Estados Unidos, y Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en México. Bill Clinton lo designó como uno de los 14 que integran el sistema de ríos del patrimonio estadounidense. Un patrimonio no siempre compartido de la mejor manera.
La demanda de sus aguas supera la cantidad que contiene el río. Desde el verano de 2003, un buen tramo ha permanecido seco, debido a las pocas lluvias y el excesivo consumo de sus aguas en Estados Unidos. Ecologistas mexicanos temen que el río Bravo pueda desaparecer, afectando a millones de personas en su país.
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Gran represa de Atatürk
Conocido como el Proyecto GAP, es uno de los sistemas de represas más grandes del mundo. Tanto el Éufrates como el Tigris nacen en Turquía, pero mientras para Ankara son un instrumento de desarrollo regional, para Siria e Iraq son fuente de vida. Desde 1987 Turquía está obligada a dejar pasar, al menos, 500 metros cúbicos de agua por segundo del Éufrates hacia Siria.
Imagen: picture-alliance/dpa/M.Biber
La antigua Mesopotamia, el país del Tigris y el Eufrates
Irak y Siria, en la Mesopotamia, el “País de los Dos Ríos”, otrora cuna de la civilización moderna, sigue siendo zona de conflictos étnicos y pugnas entres facciones religiosas y Estados nacionales: rebeldes contra regímenes, suníes contra chiíes, turcos contra kurdos, yihadistas contra lugareños y ecologistas contra gobiernos que buscan el dominio del agua.
Imagen: Reuters
El Tigris: más agua para turcos, menos vida para iraquíes
Las tensiones se mantienen a flor de piel con la represa turca de Ilisu en el río Tigris, que reduce notablemente el caudal de agua que fluye a Iraq y destruyó un patrimonio cultural e histórico milenario en la propia Turquía.
Imagen: picture-alliance/dpa
Ganges: el río que ya “no va”
En sánscrito significa Ganges “va, va”, pero el río fluye cada vez con menos caudal y las aguas que desembocan en el Índico son un mar de contaminación, en parte provocada por los residuos industriales, en parte por los restos humanos lanzados a su caudal en Benarés. India culpa a sus vecinos del norte de desviar cada vez más aguas del "río de la vida y de la muerte".
Imagen: picture-alliance/Wildlife/M. Harvey
Baro: el único río en el desierto de Etiopía
Gambela ha sido tradicionalmente la tierra de los Anuak, pero en los últimos años se han producido ataques violentos perpetrados por otras étnias etíopes o sudanesas, que van en busca del agua del úníco río en una regíon tan grande como Sicilia.