Incautación récord de metanfetamina mexicana en Hong Kong
2 de noviembre de 2020
Los agentes de aduanas estiman el valor de la droga en unos 38,6 millones de dólares. Aunque normalmente se vende en América del Norte, la droga de México llega cada vez más a Asia-Pacífico.
Publicidad
Las autoridades aduaneras de Hong Kong anunciaron hoy (02.11.2020) que se han incautado de más de media tonelada de metanfetaminas escondidas en un contenedor de transporte procedente de México, lo que supone el mayor cargamento hallado en la historia de la ciudad, y cuyo valor se estima en unos 38 millones de dólares.
El superintendente Barry Chu Yin-min, de la Oficina de Investigación de Drogas de la Aduana, explicó hoy en rueda de prensa que las autoridades hallaron la droga el pasado jueves dentro de 250 sacos de cemento que llegaron a la ciudad el lunes en un contenedor de transporte.
Crece presencia en Asia-Pacífico
Chu aseguró que el cargamento podría haber alcanzado un valor cinco veces mayor en Australia, su destino final, donde se vende cinco veces más cara que en Hong Kong.Asimismo, el funcionario señaló que la pandemia ha reducido drásticamente los viajes internacionales, con lo que los cárteles de la droga buscan alternativas ante el impedimento de utilizar "mulas humanas", su método de transporte predilecto.
"El contenedor llegó desde Vietnam, donde permaneció tres meses, pero sus documentos indicaban que provenía originalmente de México y había pasado también por Corea del Sur", afirmó por su parte el superintendente Benson Lee Tak-shun.
La mayor parte de la metanfetamina que circula en Asia proviene del "Triángulo de Oro", zona en la frontera de Laos, Birmania y Tailandia. Pero la droga de México, que tradicionalmente se vende en América del Norte, se encuentra cada vez más en esta otra parte del globo.
Los funcionarios agregaron que por el momento no han practicado arrestos.
ee (efe/afp)
Filipinas y la guerra contra las drogas
El presidente filipino libra una guerra sangrienta contra las drogas, que ya se ha cobrado miles de víctimas. Los familiares sufren. Pero no todos rechazan la política de mano dura.
Imagen: picture-alliance/ NurPhoto/E. Acayan
La zona más deprimente de Manila
Barangay en Caloocan, en el norte de Manila. Fue destruido por un incendio provocado por dos drogadictos, y los vecinos lo reconstruyeron con sus propias manos sin ayuda oficial.
Imagen: DW/A.Foncillas
En la cárcel
Detenidos por varios delitos en la comisaría de Pasay, en Manila. Bajo el presidente Duterte muchos jóvenes fueron encarcelados o matados por delitos de drogas.
Imagen: DW/A.Foncillas
Sufriendo las consecuencias
Barangay es una de las zonas más deprimentes y pobres de la capital y con más víctimas en la guerra contra las drogas.
Imagen: DW/A.Foncillas
Madre soltera
Jocelyn Bellarmino. Perdió a dos maridos en menos de un año, ambos tiroteados por hombres enmascarados que llegaron de noche a su barangay de Caloocan. Sobre la tabla en la imagen conserva los únicos recuerdos de su segunda pareja.
Imagen: DW/A.Foncillas
El cementerio de Nabotas
Niños juegan en el cementerio de Nabotas, donde son enterradas todas las víctimas de la guerra contra las drogas de los barrios del norte.
Imagen: DW/A.Foncillas
Una cancha inusual
Todos los días jóvenes juegan voleibol entre las tumbas porque, según dicen, no tienen ningún parque cerca de sus casas.
Imagen: DW/A.Foncillas
El hijo ya no está
La familia en duelo junto al féretro de Tano en su vivienda en Manila. Mataron al hijo por un delito de drogas.
Imagen: DW/A.Foncillas
Jugando bingo para el funeral
La familia de Tano organiza entre sus amigos y vecinos un bingo para recaudar dinero para pagar el entierro y funeral. Es una costumbre en Filipinas.
Imagen: DW/A.Foncillas
Mucho más trabajo
Emong Ramos, de 50 años. Es enterrador en el cementerio de Nabotas desde los 10 años. Dice que su trabajo se ha disparado desde que Duterte llegó al poder. Para él es una buena noticia: cobra por cada entierro.
Imagen: DW/A.Foncillas
No todos están en contra de Duterte
Rosita Opiasa, 59 años. Líder social en Caloocan y defensora a ultranza de Duterte, a pesar de que uno de sus hijos murió en su campaña contra las drogas. Muestra el tatuaje de la misma organización de la que es miembro Duterte.