Hong Kong: violentos choques entre Policía y manifestantes
2 de noviembre de 2019
Se produjeron múltiples destrozos en el mobiliario urbano y en algunos organismos, como la sede de la agencia estatal de noticias china Xinhua. La Policía empleó cañones de agua y gas lacrimógeno.
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Hong Kong vuelve a sumirse en el caos
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Todo comenzó con una concentración en el Parque Victoria, en el centro de la ciudad, que la Policía no había autorizado, pero que los 128 candidatos prodemocráticos a las elecciones de distrito de finales de noviembre intentaron convertir en mítines. Según la ley hongkonesa, cada candidato puede congregar en un mitin a un máximo de 50 personas sin requerir permiso policial. Al haber 128 candidatos, podrían reunirse 6.400 personas sin incumplir la ley.
Más de un millar de activistas se concentraron en el parque, gran parte de ellos portando máscaras, en desafío a la prohibición del Gobierno local de llevar cubierto el rostro en las manifestaciones. Los agentes antidisturbios advirtieron de que el uso de máscaras violaba la ley y de que la concentración no estaba autorizada, pero los concentrados permanecieron en el lugar, por lo que la Policía empleó gases lacrimógenos para dispersarlos.
Gas lacrimógeno
Tras la actuación policial en el parque, grupos de manifestantes se dirigieron entonces al área de Central, que acoge la sede del Gobierno, el Parlamento y la Policía, donde dos horas más tarde estaban convocadas otras dos manifestaciones, estas sí autorizadas. A los que habían estado congregados en el parque se unieron varios miles de personas más, pero la Policía comenzó a bloquear las avenidas que llevaban hacia Central y comenzaron los enfrentamientos con los agentes, que emplearon también vehículos con cañones de agua, mientras que los manifestantes usaron cócteles molotov, botellas y adoquines contra los uniformados.
Pasadas las 17.00 horas locales la Policía anunció que, invocando las leyes de orden público coloniales y en vista de la "violencia" ejercida por los manifestantes, quedaban prohibidas las dos manifestaciones autorizadas en la zona de Central. A partir de ahí, los enfrentamientos se generalizaron y un gran número de policías se desplegó por varias zonas de la ciudad, donde se sucedieron los lanzamientos de gas lacrimógeno. Grupos de manifestantes levantaron barricadas y hogueras en algunas avenidas para impedir el paso policial y provocaron también daños en varios edificios de organismos vinculados con la China continental.
Las puertas de cristal de la sede en Hong Kong de la agencia oficial de noticias china Xinhua quedaron totalmente destrozadas por un grupo de manifestantes que realizó algunas pintadas y provocó un pequeño fuego en el interior de las instalaciones que pudo ser sofocado. Hubo manifestantes lanzaron igualmente cócteles molotov y arrojaron adoquines al cuartel general de la Policía, en el distrito de Central. La jornada se saldó con docenas de detenidos en varias partes de la ciudad, entre ellos al menos dos candidatos a las elecciones de Consejos de Distrito del 24 de noviembre.
MS (afp/efe)
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Hong Kong: vivir en siete metros cuadrados y con miedo al futuro
En Hong Kong, la gente no solo está preocupada por la pérdida de sus derechos, sino también por los precios cada vez más altos de las viviendas. La frustración entre los jóvenes aumenta debido al alto costo de la vida.
Imagen: Reuters/T. Peter
En las entrañas de Hong Kong
7,5 millones de personas en 11 kilómetros cuadrados: Hong Kong es una de las ciudades más densamente pobladas del mundo y una de las más caras. La frustración y la ira están creciendo entre los jóvenes de Hong Kong. Thomas Peter, fotógrafo de la agencia Reuters, los visitó en sus diminutos cuartos, y no solo hablaron de la situación política en la Región Administrativa Especial de China.
Imagen: Reuters/T. Peter
“Todavía estamos aquí, luchando”
Zaleena Ho, de 22 años, estudia cine y vive en un cuarto de siete metros cuadrados, en el departamento de su familia. “La situación política está empeorando”, dice la estudiante. “La mayoría de nosotros arriesgamos todo para preservar aquello por lo que hemos luchado. También tengo el pasaporte estadounidense. Si las cosas empeoran, me iré. Pero todavía estamos aquí, luchando”.
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La frustración llega hasta el techo
Fung Cheng ya perdió la esperanza de tener su propia casa. El joven de 25 años vive en un cuarto de solo cinco metros cuadrados, en un departamento con sus padres y su hermano. El diseñador gráfico también se siente frustrado por la "elección" de la gobernadora Carrie Lam, por un organismo aprobado por Pekín. "No necesitan preguntarle a la gente quién debería gobernar. Aquí no tenemos democracia".
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Un cómic sin superhéroe
Sonic Lee, de 29 años, vive con su madre. Su habitación tiene seis metros cuadrados. Su lucha contra el creciente poder de China le recuerda a un cómic de Marvel. “Solo que aquí no hay superhéroes. Muchas personas se tienen que unir para hacer grandes cosas”, dice el músico. "Sí, tengo miedo de que un día no me permitan leer ciertos libros ni cantar ciertas canciones".
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No solo el control de Pekín causa preocupación
A los residentes de Hong Kong les preocupa el creciente control por parte de las autoridades de Pekín, dice Eunice Wai, de 30 años de edad. La maestra de escuela primaria vive en una habitación de ocho metros cuadrados, en un departamento que comparte con sus padres y su hermano. También se queja de una injusta política de vivienda.
Imagen: Reuters/T. Peter
Sin espacio
“Los ricos son cada vez más ricos”, dice Eunice Wai, en referencia al mercado inmobiliario de su ciudad natal, Hong Kong. La vivienda en un grave problema: “Hay poco espacio en Hong Kong y la mayoría de la gente no puede comprarse un departamento. Las compañías inmobiliarias controlan el mercado”.
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La identidad de Hong Kong
Vivir con sus padres y que su cuarto tenga cinco metros cuadrados, le molesta al joven Peter Chang, de 23 años. Pero le indigna aún más el programa de inmigración, en el marco del cual Pekín está integrando a 150 chinos continentales en Hong Kong cada día. “Están tratando de diluir nuestra identidad”, cree Chang. China ya ha aplicado esta política en el Tíbet y en Sinkiang.
Imagen: Reuters/T. Peter
Una mirada al futuro
“Es muy aterrador”, dice la estudiante de abogacía Ruby Leung, pensando en lo que pasará después de 2048. China prometió autonomía a la ex colonia británica durante los primeros 50 años luego de su devolución. “Pero ¿qué pasará después?”, se pregunta la joven de 22 años. “¿Nos van a integran como una parte de China?"