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Hospital para el arte

Christoph Ricking/ Eva Usi4 de julio de 2012

Un grupo de artistas transformó un viejo edificio de hospital en un taller colectivo de arte, un espacio colorido en cambio constante, que aborda la vida, la enfermedad y la muerte.

Imagen: DW

Huele a flores recién cortadas, y el aire es cálido y húmedo. En el segundo piso del Hospital ST. Josef, en Königswinter, en las afueras de Bonn huele a invernadero. El piso de una de las habitaciones al final del pasillo ha sido cubierta de tierra y ahí crecen plantas, que alternan con velas de cementerio, mientras en la pared cuelgan las fotografías de una mujer.

Se trata de la esposa del artista Günter Karl que murió hace un año y medio. Su marido ha transformado el lugar en un espacio de duelo que le recuerda constantemente a su mujer. Esto le ayuda a superar su muerte.

“Hace un año no podía ni tomar un pincel o hacer un dibujo a lápiz”, recuerda Karl. “Me quede como paralizado, ya no podía trabajar”. Entre tanto se siente mejor y el lugar le ha ayudado a superar el duelo que ha significado perder a su pareja después de convivir con ella 39 años.

Imagen: DW

Hospital cultural

St. Josef no es una clínica común y corriente, es un hospital cultural. En el verano pasado los pacientes, médicos y enfermeros se trasladaron a otro recinto y dejaron al viejo edificio vacío esperando su demolición. Hasta que el artista Helmut Reinelt y tuvo la idea de utilizar la construcción para un proyecto artístico.

Después de un poco de trabajo de convencimiento el operador del hospital acabó dando su consentimiento. “Así que pregunté a otros artistas si querían participar y rápido se divulgó la noticia”, afirma Reinelt.

El proyecto se llama “Terminal- último verano de St. Josef”, que entre tanto agrupa a un centenar de artistas que disponen de un areal de unos 4000 metros cuadrados distribuidos en seis pisos. Ahí pintan, construyen y dan un nuevo aspecto a las habitaciones. Adicionalmente organizan conciertos, lecturas de libros y presentaciones teatrales, actividades que ofrecen de manera gratuita.

“Nos financiamos nosotros mismos, no contamos con subvenciones estatales hasta el momento, por lo que todo el que quiera participar debe aportar una cantidad inicial de 35 euros por persona. Con este presupuesto se financia todo lo necesario”, afirma.

Imagen: DW

Reflexión sobre la vida y la muerte

El estéril hospital se ha transformado entre tanto en un colorido centro artístico, con cuartos de distintas formas y colores. Pero no sólo los artistas transforman el especio sino que éste ejerce una influencia sobre ellos. Regine Kleiner y Andrea Goost pintaron el techo del sótano de color azul cielo y las paredes son de color azul índigo. En el refrigerador donde antes se guardaban los cadáveres han dispersado sal y carbón como símbolos elementales de la vida.

“El mar nos transporta a lo desconocido y el barco sobre la mesa es el instrumento de transición. El mar y el cielo sugieren la amplitud que contrasta con el espacio mismo".

Muchos artistas tematizan en su obra la vida, la muerte y la enfermedad. Helmut Reinelt se muestra contento con la relación que se ha desarrollado entre los artistas y el edificio y destaca que la confrontación con la muerte es algo más bien casual. “Tal vez tiene que ver con el hecho de que el edificio está condenado a morir”.

En el otoño será demolido el edificio y hasta entonces los artistas podrán trabajar ahí. El proyecto es un proceso, como el que experimenta Günter Karl tras la muerte de su esposa. La habitación refleja su estado de ánimo y está cada vez más iluminada.

Autor: Christoph Ricking/ Eva Usi

Editor: Enrique López

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