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HRW denuncia trato violento y cruel a refugiados en Hungría

20 de septiembre de 2016

Golpes con porras, mordeduras de perros, gas pimienta, pésimas condiciones higiénicas y violencia generalizada es lo que reciben los refugiados que llegan a Hungría de parte de las autoridades del país, según denunció la ONG Human Rights Watch (HRW).

En un informe presentado en Budapest, esta organización de derechos humanos denuncia que al menos doce refugiados aseguran "haber sido duramente golpeados por personas vestidas con uniformes similares a los de la Policía y el Ejército húngaro y de la guardia rural".

"Human Rights Watch observó y obtuvo fotos de contusiones, perforaciones de piel y otras heridas consistentes con las marcas de las porras y hasta de mordeduras de perros", denuncia la ONG en su informe.

Aparte de las vallas levantadas en sus frontera sur para impedir el paso de los refugiados, el Gobierno conservador húngaro aplica desde hace un año severas leyes por las que la entrada ilegal en su territorio puede ser penada con hasta cinco años de cárcel.

Además, todos los refugiados arrestados en una franja de ocho kilómetros desde la frontera son trasladados al otro lado de las alambradas, donde quedan atrapados en una "zona de nadie" entre suelo húngaro y serbio.

"Es particularmente cruel que solicitantes de asilo que ya habían entrado en Hungría sean devueltos al otro lado de la frontera, donde tienen que esperar durante semanas en terribles condiciones", denuncia esta ONG.

Tanto HRW como otras ONG denuncian desde hace meses el maltrato de los refugiados en esas zonas, donde muchas veces deben esperar semanas, sin recibir los servicios de higiene más básicos, mientras se tramitan sus solicitudes de asilo. Hungría deja entrar desde Serbia a una media de 30 solicitantes de asilo al día.

En su informe, HRW cita, entre otros, a un afgano de 39 años, su esposa de 28 y su bebé de 3 meses que, a principios de agosto, fueron arrestados en territorio húngaro y "acompañados" de vuelta hasta la frontera, "donde la Policía utilizó un aerosol de gas pimienta mientras les empujaron de vuelta a Serbia".

El pasado agosto la ONG pidió explicaciones a la Oficina Nacional de Inmigración de Hungría y al ministerio del Interior "pero todavía no ha recibido una respuesta satisfactoria", recuerda el informe.

"Hacer que los solicitantes de asilo vulnerables sufran innecesariamente en condiciones de miseria sin justificación legal es, simplemente, erróneo", aseguró Lydia Gall, experta responsable de los Balcanes y Europa del Este de HRW.

Por ello, la ONG pide a la Comisión Europea que inste a Hungría a cumplir con sus obligaciones y a respetar el derecho de asilo y a ser protegido y que investiguen las denuncias sobre el uso excesivo de fuerza por parte de funcionarios en las fronteras (efe).