Tras el fracaso del último intento de diálogo están dadas todas las condiciones para el inicio de la huelga a partir de las 12 de noche de este domingo 21 y hasta el jueves 25 de febrero. Las empresas involucradas son Lufthansa y sus subsidiarias Lufthansa Cargo y Germanwings. Ésta última opera en vuelos nacionales y europeos. Decenas de miles de pasajeros resultarán afectados y las pérdidas serán millonarias. Analistas calculan que la planeada cancelación de más de 3.000 vuelos ocasionará daños directos a LH por más de 100 millones de euros, sin contar las perdidas colaterales a los pasajeros y la industria.

Pero las dimensiones negativas de esta huelga en una de las mayores aerolíneas de Europa y del mundo parecen haber sido reconocidas por la política apenas en las últimas horas. El ministro germano de Transporte, Peter Ramsauer, se ofreció como "mediador" de emergencia entre Lufthansa y sus pilotos sindicalizados de Vereinigung Cockpit, que agrupa a 4.500 personas.

Ramsauer dijo contar con el respaldo de la canciller Angela Merkel. En la tarde del domingo aún era absolutamente incierto si la propuesta del político iba a ser tomada en cuenta. "En estos tiempos, una huelga de esas magnitudes tendría consecuencias económicas fatales que van más allá del sector del transporte aéreo", advirtió Ramsauer.

Entretanto, todos los aeropuertos alemanes se preparan para enfrentar el caos que puede formarse si todos los pilotos cumplen a la letra el dictado del sindicato "Cockpit". Según Cockpit, "todos los vuelos programados por Lufthansa para despegar desde el exterior hacia Alemania, alrededor de la media noche de este domingo al lunes, serán absueltos, pero una vez aterricen en Alemania, los pilotos parquearán las aeronaves y se sumarán a la huelga".

Gerentes regresarán a la cabina de pilotaje

Por su parte, la compañía alemana de ferrocarriles Deutsche Bahn, se prepara para acoger a miles de pasajeros cuando los vuelos nacionales de Lufthansa sean cancelados. Pasajeros que hayan comprado un tiquete con LH para un vuelo nacional podrán hacerlo válido en trenes de la Deutsche Bahn.

El plan de emergencia de Lufthansa parte del cálculo de que, debido a la huelga, dos terceras partes de los vuelos corrientes no podrán ser realizados. Según datos de la misma empresa serán cancelados unos 3.200 vuelos.

Pero como en casos excepcionales, también se requieren soluciones excepcionales, Lufthansa ha reclutado los pilotos que hoy trabajan en la gerencia para que asuman una cuarta parte de los vuelos.

Germanwings con aviones ajenos

En el caso de Germanwings habrá menos cancelaciones. La empresa dice poder cubrir dos terceras partes de sus vuelos, a pesar de la huelga. Germanwings ha reaccionado con un alquiler masivo de aviones y personal de otras aerolíneas.

En lo que concierne a socios regionales de Lufthansa como Cityline y Eurowings, que cubren rutas menos frecuentadas, no habrá muchas cancelaciones, dice la oficina de prensa de LH. Lufthansa y sus socios regionales transportan a diario más de 150.000 pasajeros.

Dinero y un puesto seguro

¿Pero por qué todo el caos? El sindicato alemán de pilotos Cockpit busca un aumento de salarios, garantías de seguridad de los puestos de trabajo para sus miembros y más influencia en las decisiones del consorcio aeronáutico.

En este sentido Lufthansa ha demostrado cierta flexibilidad. En el dominical Frankfurter Allgemeinen Sonntagszeitung, Stefan Lauer, presidente del Consejo Directivo de LH, expresó "disposición a garantizar a los pilotos de la empresa una plaza de trabajo hasta el 2012". Lauer pidió, a cambio, "prescindir de las exigencias de aumento de sueldo durante los próximos doce meses."

El pleito laboral se ha encendido por el temor del sindicato de que Lufthansa quisiera traspasar parte de sus vuelos a sus socios más baratos. En los ocho años anteriores Lufthansa elevó el número de aviones de 300 a 850, pero sólo dos aeronaves fueron puestas a funcionar bajo las condiciones tarifarias que cobijan a Cockpit, alega su vocero Jörg Handwerg.

Huelga podría dañar recuperación económica

Las organizaciones de industriales advierten que una huelga como la planeada por Cockpit, puede echar por tierra los esfuerzos de Alemania por salir de las dificultades económicas y financieras que aún agobian a muchos países. "Los alemanes pagarían un precio demasiado alto", advierte, por ello, en el diario Bild am Sonntag, Hans-Peter Keitel, presidente de la Asociación de la Industria Alemana (BDI) quien agrega que "una huelga ahora sería doblemente amarga porque la industria exportadora depende de una infraestructura que funcione a la perfección."

Autor: José Ospina-Valencia

Editor: Enrique López Magallón